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Victoria Jackson-Stanley era una adolescente cuando dos manzanas de Cambridge (Maryland), su ciudad natal, fueron consumidas por las llamas el 24 de julio de 1967 durante disturbios raciales.

Hoy, Jackson-Stanley es la alcaldesa de Cambridge, una ciudad de 12,000 habitantes en la costa este de Maryland que está experimentando una revitalización de su centro histórico gracias al turismo y a nuevas empresas. Cincuenta años después de que la sección donde vivían los negros de su ciudad quedara reducida a cenizas, ella y otros están trabajando para que Cambridge avance como una sola comunidad, con blancos y negros.

Ahora, la ciudad conmemora el aniversario de esos disturbios del 20 al 23 de julio como una forma de encarar su pasado problemático. Durante la mayor parte de la historia de la ciudad de Cambridge, negros y blancos trabajaron juntos, pero vivieron separados. Una vez que la ciudad dejó atrás el incendio, muy rara vez se mencionó el hecho de manera abierta. La agenda para el aniversario incluye a algunos de los mismos líderes de derechos civiles que participaron en las protestas pacíficas contra las políticas segregacionistas de la ciudad en la década de 1960.

“Los recuerdos son muy dolorosos, pero no sirve de nada hacerse de cuenta que no forman parte de nuestra herencia”, comentó Jackson-Stanley al diario Baltimore Sun. “Hay que aceptar eso para poder avanzar”, dijo Jackson-Stanley, la primera alcaldesa afroestadounidense de Cambridge y la primera mujer en ocupar ese puesto.

La pequeña ciudad desempeñó un gran papel durante la era de los derechos civiles en Estados Unidos, cuando las protestas encabezadas por la residente de Cambridge Gloria Richardson Dandridge contra las políticas segregacionistas atrajeron la atención de líderes como Martin Luther King Jr., Malcolm X y Robert Kennedy. La lucha de la ciudad se conoció como “El movimiento de Cambridge”.

La alcaldesa recuerda
Jackson-Stanley estaba allí durante un incidente anterior en 1963 cuando el gobernador movilizó la Guardia Nacional de Maryland en la ciudad de Cambridge en respuesta a la violencia entre manifestantes, antimanifestantes y la policía.

“Recuerdo a la Guardia Nacional alineándose con sus bayonetas en la esquina de Park Lane y High Street”, dijo.

Su padre participó en el movimiento, lo cual le costó varios puestos de trabajo y lo puso en situación de peligro a causa de los enemigos del movimiento, comentó Jackson-Stanley. “Yo estaba muy preocupada por su seguridad.”

Hoy, como alcaldesa de Cambridge, su preocupación es el futuro de la ciudad donde ha pasado toda su vida. “Amo mi ciudad”, dijo. “Solamente en mi iglesia, puedo contar siete generaciones de mi familia”.

Una economía cambiante
Durante la primera mitad del siglo XX, la empresa “Phillips Packing Company”, la envasadora de productos de tomate más grande del mundo, fue el principal empleador de Cambridge. Pero cuando cerró, a principios de la década de 1960, la ciudad perdió miles de puestos de trabajo, la mayoría en la comunidad afroestadounidense.

En las décadas que siguieron, otras empresas manufactureras llegaron y se fueron de Cambridge: una compañía enlatadora de atún, un editor de anuarios, un fabricante de la industria aeroespacial. Durante estos años, negros y blancos continuaron trabajando uno al lado del otro, pero por la mayor parte vivían en zonas separadas.

En años recientes, el turismo ha sido un componente importante de la economía de Cambridge. Al igual que otros pueblos y ciudades de la costa este, Cambridge cuenta con vistas escénicas de la bahía de Chesapeake y un centro histórico a lo largo de Race Street. Los líderes empresariales creen que la ciudad está cobrando importancia propia y puede competir con otras localidades más ricas de la costa este, como Easton y Salisbury. Además, en las proximidades hay un complejo de golf.

Cambridge es una de las ciudades más antiguas de Maryland y su historia es muy rica. La fundaron los británicos en 1684 y en una época albergó plantaciones de tabaco. La abolicionista Harriet Tubman nació en la esclavitud en este condado. Un nuevo museo en Cambridge y un parque nacional cercano conmemoran su vida.

Líderes jóvenes emergentes
Dion Banks, de 45 años, es muy joven para recordar los disturbios de la década de 1960. Si bien sus padres participaron en el movimiento de derechos civiles de Cambridge, él no tenía conciencia de cuán intensa había sido la lucha.

Para cuando Banks alcanzó la edad adulta, varias personas afroestadounidenses eran líderes en la comunidad, como Jackson-Stanley, que pasó su carrera trabajando en servicios sociales, y George Ames, que se convirtió en el primer juez afroestadounidense en la historia del condado y fue presidente de la cámara de comercio del condado.

“Nunca tuve ningún tipo de experiencia negativa por motivos raciales mientras viví aquí”, dice Banks. Pero, explica, cuando volvió a Cambridge después de la universidad y de diez años en Chicago, “comencé a darme cuenta de que había ciertas cosas que era necesario abordar”. Describió los recuerdos del incendio, de los cuales nunca se hablaba, como una herida a la que no se le había permitido cicatrizar correctamente.

Junto con la abogada local Kisha Petticolas, Banks fundó la “Red de la costa este para el cambio” (Eastern Shore Network for Change) como un recurso para el desarrollo de programas orientados a la comunidad y el establecimiento de instituciones de servicio social. En 2012 el grupo realizó una reunión municipal abierta en Cambridge sobre las relaciones raciales. Se llamó “45 años después del incendio: ¿cómo saber hacia dónde vamos si no sabemos dónde hemos estado?

“Participaron unas 150 personas, la mitad blancas, la mitad negras”, dijo Banks. “Fue una respuesta increíble. La gente se emocionó, comenzó a llorar. Hubo algo de griterío y entonces me di cuenta de que esa era la primera conversación pública sobre lo que había sucedido hace 45 años”.

La experiencia impulsó a Banks y Petticolas a planear el 50º aniversario en julio de 2017. “Tenemos una historia de derechos civiles muy rica aquí en Cambridge que, realmente, nunca se contó,” dijo Banks.

El “llegado acá”
Brett Summers se mudó a Cambridge desde Washington en 2000, cuando tenía 36 años. Eso lo convierte en un “llegado acá” en la jerga local, no uno “de aquí”, como llaman a los naturales de la ciudad. Summers forma parte del fondo “Cambridge Venture Capital Fund”, integrado por ocho propietarios de negocios que han puesto su dinero detrás de su fe en el futuro de Cambridge.

“Hay una escena culinaria fantástica que se ha desarrollado en Cambridge”, dice Summers. El objetivo del fondo es mantener esos clientes de los restaurantes en el centro de la ciudad. “Queremos que sientan que pueden gastar dinero y pasarlo muy bien en Cambridge, no en otro lado. Para crear ese ambiente, necesitamos más negocios minoristas, por lo que estamos dispuestos a poner nuestro dinero donde los banqueros no quieren ponerlo”.

El grupo invertirá hasta 50,000 dólares en negocios minoristas nuevos para ayudarles a pagar el inventario, realizar mejoras en el interior y alimentar el capital operativo. El dinero se devolverá en un plazo de entre cinco y siete años.

Mirar hacia atrás para poder avanzar
Los eventos de este mes en celebración del aniversario, llamados “Reflections on Pine” (Reflexiones sobre la calle “Pine”), examinarán no sólo la era de los derechos civiles en Cambridge, sino también las décadas previas al cierre de la planta envasadora de tomate Phillips, una época en la que la ciudad tenía un segundo y próspero centro urbano para los ciudadanos negros.

En aquél entonces, Pine Street se conocía como el Black Wall Street (en referencia al distrito financiero de la ciudad de Nueva York) y formaba parte de la red de lugares de entretenimiento para afroestadounidenses conocida como el “Circuito Chitlin”. “Era como una pequeña Nueva York,” dice Banks. “Todos los grandes pasaron por aquí: James Brown, Cab Calloway, todos”.

Las dificultades económicas previas y las políticas de segregación llevaron al final de esa era, pero es ese el tipo de ambiente pujante que la ciudad está intentando recuperar hoy. La conmemoración “Reflections on Pine” incluirá una conversación con la líder de los derechos civiles, la Sra. Dandrigde, (actualmente, de 95 años), un festival callejero, un recorrido a pie por Pine Street y un debate comunitario sobre temas raciales a través de los años en Cambridge.

En un momento en que todos en Cambridge trabajan juntos para que la ciudad avance, hasta la vieja planta Phillips se transformará en una combinación de cervecería artesanal e incubadora de negocios en apoyo de los emprendedores culinarios locales, la comunidad está narrando la historia de su propio pasado mientras mira hacia el futuro.

“Nuestra base económica ha cambiado muchísimo desde que se fueron Phillips y las otras industrias,” dijo Jackson-Stanley. “Nuestra meta ahora es tratar de reconstruir”.

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