Tumores en el corazón, reto del diagnóstico y del tratamiento de calidad

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Houston, Texas, 21 de septiembre de 2023.- Los tumores en el corazón o tumores cardiacos son poco comunes, de acuerdo con Michael Reardon, médico cirujano cardiotorácico, profesor y director quirúrgico del Programa Estructural del Corazón del Hospital Houston Methodist. El 75% de los tumores primarios son benignos, el resto lo constituyen tumores malignos. El diagnóstico y el tratamiento de ambos tipos de tumores es desafiante; sin embargo, un tumor maligno sin tratamiento adecuado tiene una alta tasa de mortalidad.

“Los tumores cardíacos pueden ser benignos o malignos. Los tumores benignos son tres veces más comunes que los tumores malignos. La mayoría de los benignos son lo que llamamos mixomas y los tumores malignos, que son muy, muy raros, los llamamos sarcomas, y éstos solo ocurren en aproximadamente uno de cada 500 casos quirúrgicos,” explicó Reardon.

Entre los tumores malignos, “los más comunes son los sarcomas que surgen de los elementos estructurales del cuerpo, los músculos, los vasos sanguíneos, la grasa o los huesos. La aparición en el corazón es muy rara y los tumores pueden surgir de cualquiera de estos elementos estructurales del corazón, siendo el angiosarcoma el más común que surge del vaso sanguíneo. Son raros porque el músculo cardíaco rara vez se renueva o cambia, como sucede con el revestimiento del tracto intestinal o los pulmones, que están en constante cambio y tienen una mayor probabilidad de desarrollar tumores malignos.”

Sobre los síntomas que se deben tener en cuenta y que podrían alertar la presencia de un tumor maligno, Reardon explicó que “los tumores cardíacos benignos pueden no tener síntomas. Sin embargo, los malignos tienden a mostrar síntomas solo cuando son tan grandes que comienzan a obstruir el flujo cardíaco. Por lo tanto, estas personas tienden a tener síntomas de insuficiencia cardíaca, como dificultad para respirar y fatiga».

Cirugía, la mejor opción
Sobre cómo se debe tratar y atacar este tipo de tumores, Reardon explicó que, “a menudo, responderán a la quimioterapia y mediante la cirugía se puede en muchos casos extirparlos por completo. Es importante enfatizar que pueden reaparecer fuera del corazón, por lo que hay que mantener una vigilancia muy estrecha”.

En el Hospital Houston Methodist, junto con el MD Anderson Cancer Hospital, “tenemos un programa de tratamiento para pacientes de este tipo, el cual hemos construido durante tres décadas y contamos con una metodología muy definida para ayudar a las personas que tienen estos tumores malignos del corazón.”

Al respecto de si estos tumores pueden ser extirpados, Reardon explicó que “hay algunos que no pueden ser resecados, debido a que involucran partes del corazón que no se pueden quitar ni reconstruir. Hemos tenido algunos tumores que se extienden a tal grado en el corazón, que tuvimos que sacar el corazón y reemplazarlo con un corazón artificial”.

En el Hospital Houston Methodist “hemos tratado a más de estos tumores cardíacos malignos que en cualquier otro lugar del mundo. Entonces, tenemos la mayor experiencia que existe en ayudar a las personas a comprender cómo debemos abordar estos problemas, cómo debemos diagnosticarlos y cómo debemos tratarlos”.

De 1 mes a 10 años
Respecto de la tasa de supervivencia de los pacientes con tumores cardiacos, Reardon explicó que, “anteriormente, un paciente tratado con cirugía, como solíamos hacerlo, la supervivencia media era de unos 12 meses. Pero ahora, con todos los avances que hemos logrado, nuestro promedio de supervivencia es de casi cuatro años”, dijo.

“Incluso, tenemos pacientes que han llegado a los 10 años. Eso puede no parecer mucho tiempo, pero si lo comparas con una supervivencia promedio de un mes sin tratamiento, es mucho tiempo, ya que muchas de estas personas son jóvenes”.

Para finalizar, Reardon explicó que el reto más grande en el tratamiento de este tipo de pacientes es “informar a otros médicos de que existen procedimientos disponibles para sus pacientes. Muchos médicos nunca han visto un caso de este tipo, no saben qué hacer y, a menudo, les han dicho a los pacientes que no se puede hacer nada”, expuso.

“Recuerdo a un hombre que vivía en Nueva Zelanda que tenía un sarcoma en el corazón y le faltaba tanto el aire que no podía caminar. Los médicos de Nueva Zelanda y Australia le dijeron que no había nada que hacer, pero sus nietas leyeron algunos de los artículos que escribí, me llamaron y me preguntaron si podríamos ayudar a su abuelo, pedí que su médico nos enviara sus imágenes y pruebas, lo cual hicieron, y dije, sí podemos, podemos operarlo, pero estaba demasiado enfermo para venir aquí, así que volé a Nueva Zelanda, lo operamos y vivió seis años más e, incluso, vio nacer a dos nietos más. Si no fuera porque sus nietas, habría muerto en un par de semanas. Entonces, el mayor problema es hacer correr la voz de que tenemos algo que podemos hacer y que se debe buscar un centro como el nuestro dónde reunimos a varios especialistas para ayudar a la gente que presenta este tipo de tumores raros y que puedan brindarles una mejor oportunidad de supervivencia y calidad de vida”.

Para los pacientes y sus familias el saber que su equipo médico tiene experiencia y éxito en el tratamiento de este tipo de tumores, los cuales son complejos, les da esperanza ante desafío de vida.

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