Ciudad de México, 8 de julio de 2024.- En México, el cáncer colorrectal se posicionó como el tercer tipo de cáncer. Cada año, se diagnostican cerca de 15 mil casos nuevos de este tipo de cáncer y, además, representa la primera causa de muerte por tumores malignos en la Ciudad de México, Estado de México y entidades del norte del país, según la Secretaría de Salud mexicana (SSA).
Este cáncer puede originarse en el colon o recto. La enfermedad comienza con un crecimiento anormal de células (llamados pólipos) en el revestimiento interno del colon o del recto. Con el paso del tiempo, y si no se hacen las pruebas de detección a tiempo, los pólipos pueden convertirse en cáncer colorrectal.
Brenda Jimenez Castisano, especializada en gastroenterología y en el tratamiento de cánceres colorrectales heredados y síndromes de poliposis, también se desempeña como vicepresidenta del Departamento de Cáncer Colorrectal Hereditario y Poliposis en el Cleveland Clinic Weston, Hospital en Florida, afirmó que los pacientes con cáncer de recto están mejorando la supervivencia general y la calidad de vida. “Los médicos están haciendo un mejor uso de las terapias neoadyuvantes, realizando mejores cirugías y tomando mejores decisiones”.
Terapias para reducir tumores
Las terapias neoadyuvantes incluyen quimioterapias, inmunoterapias y tratamientos de radiación administrados para reducir los tumores antes de la cirugía. Desde hace cinco o diez años en los Estados Unidos se empezaron administrar quimiorradiación, seguida de más quimioterapia, a lo que se les refiere como TNT, o tratamiento neoadyuvante total, seguido de un enfoque quirúrgico si es necesario.
En Cleveland Clinic se ha observado que cuando se realiza este tratamiento dual preoperatorio, muchos pacientes responden completamente a este tipo de enfoque. Dando como resultado casos de éxito en donde muchos de los pacientes ni siquiera tenían tumores restantes después de este tratamiento.
En particular, cada vez más pacientes reciben radioterapia antes que después de la cirugía. “Esto implica una mayor probabilidad de eliminar el tejido afectado por radiación mientras se preserva el tejido sano, lo que resulta en mejores resultados funcionales para los pacientes», afirmó Jiménez.
Avances quirúrgicos
Es cada vez más usual el abordaje quirúrgico mínimamente invasivo, otro avance en el tratamiento, el cual está permitiendo que más pacientes eviten la cirugía abierta tradicional. Según el estudio de Cleveland Clinic, hubo una reducción del 50% en la cirugía abierta durante el período de estudio entre 2004 y 2019.
Jiménez comentó que un número creciente de pacientes optan por cirugías robóticas y laparoscópicas. Esto se traduce en incisiones más pequeñas, estancias hospitalarias más cortas y una recuperación más rápida. “Además, empleamos técnicas avanzadas que nos permiten preservar más tejido y mantener la función intestinal normal en más pacientes».
«En general, hay una tendencia a realizar menos cirugías. Esto no es sorprendente dado el aumento del uso de terapias neoadyuvantes, que pueden permitir un manejo no quirúrgico con una estrategia de espera vigilante cuando hay una respuesta completa», explicó.
Mejor toma de decisiones
Jiménez resalta que cada vez más pacientes están obteniendo beneficios para tumores, similares a los implementados en el Cleveland Clinic Weston Hospital. Este hospital es pionero en Florida y el segundo en los Estados Unidos en recibir la acreditación del Programa Nacional de Acreditación para el Cáncer de Recto.
“El tratamiento del cáncer de recto necesita la colaboración de un equipo especializado. En Cleveland Clinic, tenemos expertos en oncología médica y radioterápica, cirugía colorrectal, patología y radiología que colaboran para crear un plan de tratamiento individualizado para cada paciente. A pesar del aumento en el diagnóstico de enfermedades en etapas avanzadas en años recientes, los avances en el tratamiento del cáncer de recto han mejorado los resultados y han incrementado la supervivencia general», concluyó.
