Para fortalecer la colaboración entre los médicos y las compañías farmacéuticas, la Academia Nacional de Medicina de México (Anmm), a través del Comité de Ética y Transparencia en la Relación Médico-Industria (Cetremi), propuso una serie de recomendaciones para facilitar el diálogo entre ambos actores y evitar así los dilemas éticos.

“Una buena colaboración con la industria farmacéutica puede beneficiar el desarrollo de la ciencia y los conocimientos en medicina, y la mejor manera de acercarse a ella es desde el punto de vista ético, para generar un diálogo a partir de los valores compartidos”, comentó Carlos Campillo Serrano, presidente del Cetremi.

Las recomendaciones se fundamentan en tres aspectos esenciales: El paciente es primero, enfatizar la independencia y la conducta ética de los médicos, y apoyar la investigación ética y la innovación.

“Tanto la industria como nosotros debemos aceptar que la salud del paciente es primero, pedimos que la atención que se le brinde sea óptima. También pedimos que nos ayuden a desarrollar tratamientos seguros, eficaces y con los mejores precios”, dijo durante la conferencia Recomendaciones a la industria para el apoyo de médicos celebrada en las instalaciones de la Anmm.

Entre las recomendaciones a la industria farmacéutica está el fomentar la investigación para generar conocimientos y mejorar el uso eficaz y apropiado de los tratamientos; la relación no debe limitarse al desarrollo de los fármacos; los resultados de los estudios independientes realizados por el investigador no deben ser objeto de escrutinio por parte de la industria.

“También esperamos que no ofrezcan beneficios a cambio de prescribir o recomendar un medicamento y al mismo tiempo, se busca a través de estos lineamientos que la industria se comprometa a suministrar el medicamento hasta que el médico determine su falta de eficacia o decida su suspensión”, comentó el integrante de la Anmm, institución que forma parte de la mesa directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (Fccyt).

También se estableció que el apoyo a la investigación debe contar con el consentimiento informado de los pacientes, de forma que la investigación financiada por la industria debe estar sujeta a la legislación, sin permitir la presión sobre la publicación de los resultados, y de este modo, garantizar la publicación de los resultados aún si estos son contrarios a los intereses del patrocinador.

“La relación de los médicos con la industria ha dado muchos frutos a lo largo de los años y se puede contar entre los beneficios de esta relación: El financiamiento de becas que potencien la educación del médico, la difusión de las actividades educativas, han aumentado la oferta educativa, y han ampliado las opciones terapéuticas”, comentó Alberto Lifshitz Guinzberg, también integrante de la asociación civil.

Jorge Ocampo Candidiani, de la Universidad Autónoma de Nuevo León, señaló durante las conclusiones, que la Academia, con este tipo de eventos, exhorta a generar una nueva cultura de colaboración con la industria farmacéutica basada en la transparencia y una nueva calidad de atención, al tener como prioridad, el bienestar del paciente.

Realiza Watson pruebas en Instituto Nacional de Nutrición
Watson, un sistema informático de inteligencia artificial que es capaz de responder a preguntas formuladas en lenguaje natural, desarrollado por la IBM, saltó a luz pública en 2011 cuando ganó a los dos mejores concursantes de la historia del concurso de televisión Jeopardy! y desde entonces, la compañía norteamericana lo convirtió en una tecnología comercial, accesible a través de la nube y con clientes en 25 países del mundo.

Durante dos semanas, especialistas de Watson trabajaron con médicos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (Incmnsz) e integrantes del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, para identificar si los tratamientos médicos que habían elegido los expertos del hospital mexicano de tercer nivel, coincidían con el tratamiento recomendado por Watson, que habían sido entrenado en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center, institución de alto nivel en el tratamiento de cáncer en Estados Unidos, comentó David Kershenobich Stalnikowitz, director general del Incmnsz, durante el Seminario Inteligencia Artificial y el futuro de México, organizado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Fundación México-Estados Unidos para la Ciencia y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico.

En su participación con la conferencia “Panorama general del impacto futuro de la Inteligencia Artificial en México, aplicaciones en salud”, el investigador señaló que “para los criterios del ejercicio clínico realizado en 2014, se seleccionaron 100 casos de los últimos 2 años de 5 tipos de cáncer: mama en primera línea (las líneas se refieren a las opciones de tratamientos por si alguien no ha respondido al recomendado previamente); pulmón en primera y segunda líneas; colon y recto en primera, segunda y tercera líneas, y cáncer gástrico en primera línea.

“Lo que sucedió es que en 38 de los 100 casos, la decisión que se había tomado no estaba alineada con la información que nos decía Watson. Estamos partiendo que la institución analizada es de tercer nivel, que tiene a los oncólogos altamente capacitados y que sigue las mejores prácticas clínicas, entonces se analizó la divergencia”, comentó.

Detalló que para el cáncer de mama, la alineación de los tratamientos que indicó Watson, respecto de las indicaciones de los oncólogos del Incmnsz, fue de 46 por ciento; en el caso de cáncer de pulmón fue de 50 por ciento; para cáncer de colon y gástrico, tuvo una coincidencia del 79 por ciento; y para el cáncer de recto se alineó al 100 por ciento. La suma total de los casos tuvo una coincidencia del 62 por ciento.

Entre las causas probables por las que no se alineara el tratamiento sugerido por Watson con el de los médicos del Incmnsz, es que el costo en los medicamentos hizo variar algunas de las decisiones para usar o no un tratamiento, que los precios no son los mismos en México que en Estados Unidos y la disponibilidad de medicamentos registrado en el país, ya que el formulario farmacológico no es el mismo que en el país del norte.

Otro aspecto fundamental fue que los oncólogos del Instituto no estaban entrenados con la educación de Estados Unidos, sino de Europa y los datos europeos de manejo en esos casos produjeron variaciones en las vías para llevar a cabo los distintos tratamientos, explicó el Premio Nacional de Ciencias 2016 en el área ciencias físico-matemáticas y naturales.

“Creo que la inteligencia artificial nos va a permitir promover la asistencia médica tanto en la dimensión científica como técnica (…) De todo este ejercicio aprendimos muchísimas cosas, pero ahora quisiéramos poner 10 mil pacientes para el estudio e ir creando nuestra propia base de datos y desarrollar la inteligencia artificial y algo que es muy importante es que no se pretende sustituir al médico, lo que se pretende es que el médico pueda entrar al sistema, tenga toda la información necesaria y pueda utilizar a Watson con criterio para lo que más le convenga”, puntualizó David Kershenobich.

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