Ciudad de México, 12 de enero de 2021.- En México, la depresión constituye un problema importante de salud pública, ocupando el primer lugar de discapacidad para las mujeres y el noveno para los hombres; en el mundo, representa la cuarta causa de discapacidad en cuanto a la pérdida de años de vida saludables.

De acuerdo con especialistas, los trastornos del estado de ánimo, dentro de los que se haya la depresión, representan el 11% de las consultas en Salud Mental en México, siendo la ansiedad el principal motivo de consulta con un 20 por ciento.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) proyecta que para el 2030 el principal motivo de discapacidad en el mundo serán los trastornos mentales. Por su parte, el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi) señala que 29.9% de los habitantes mayores de 12 años sufren algún nivel de depresión ocasional, mientras que 12.4% los experimenta de manera frecuente.

De acuerdo con Edilberto Peña, neuropsiquiatra y director del Centro de Investigaciones del Sistema Nervioso (Cisne), “el cuadro clínico está caracterizado por un descenso del estado de ánimo, la pérdida del interés y la capacidad de disfrute, hay menos energía para realizar actividades”.

Agregó que “las personas con depresión presentan síntomas de ansiedad, se les altera el sueño, tienen sentimientos de culpa, baja autoestima, dificultades para concentrarse, lo que genera problemas en la vida social, laboral y familiar. De no atenderse a tiempo, este trastorno puede empeorar y provocar mayores daños a la vida de la persona que lo presenta”.

Para Jacqueline Cortés, médico psiquiatra y presidenta de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, la depresión “debe ser una prioridad de salud pública, dado el impacto que tiene en las personas en edad laboral, tanto social como económicamente. Muchas personas no reciben atención y de las que la reciben, en varias ocasiones no es la correcta”.

Dijo que “aunque no se conocen todos los motivos de la depresión, la ciencia ha demostrado que hay varios aspectos que son muy importantes, por lo que los principales son: herencia (genética), aspectos desafortunados de la vida (traumas) y alteraciones en sustancias químicas del cerebro llamadas neurotransmisores (principalmente, serotonina), entre otros”.

Respecto al tratamiento de la depresión, tanto Cortés como Peña, aseguraron que “cuando es leve y ha durado menos de un año, el tratamiento puede ser sólo con psicoterapia, antidepresivos o la combinación de ambos. Si se considera moderada, la intervención sería con psicoterapia y tratamiento farmacológico. Finalmente, cuando el caso es grave, además de la psicoterapia y tratamiento farmacológico, puede ser necesario, en algunas ocasiones, hospitalizar al paciente para salvaguardar su vida o su integridad física”.

Agregaron que “los antidepresivos son medicamentos que no causan dependencia o adicción. Indicados y manejados por un médico especialista, dan buenos resultados en el tratamiento, mismo que debe durar un mínimo de seis meses a un año. Tratar a una persona en caso de que padezca depresión mejora notablemente su funcionalidad, calidad de vida y, en casos severos, incluso, se conserva la integridad física y la vida, ya que con la mejoría anímica las ideas de muerte o de suicidio van a desaparecer”.

Al respecto, los expertos afirmaron que “actualmente, existe una brecha en la calidad de la atención por la falta de medicamentos y terapias adecuadas. Sólo se invierte el 2% del presupuesto de salud en salud mental y de ese 2% el 80% va a los hospitales, el 20% queda para las actividades de primer nivel de atención y de ésas, la mayor cantidad está dedicada a la prevención y, en particular, al suicidio”.

Por su parte, Nuria Marcos, directora médica, regulatoria y Calidad de Lundbeck MAC, reafirmó el compromiso del laboratorio en pro de la salud mental. “Lundbeck es un laboratorio 100% dedicado a la investigación e innovación de tratamientos para la atención de la salud mental, por ello, nuestra meta es ser parte medular del esfuerzo internacional para vencer a la depresión, sobre todo, después del incremento que se ha registrado debido a la pandemia que estamos viviendo”.

En Lundbeck “estamos redoblando esfuerzos para llevar al mundo la esperanza de que la depresión se puede prevenir y tratar. Estamos comprometidos a restaurar la salud mental para que cada persona pueda tener la mejor calidad de vida posible. Nuestra sólida herencia y extensa experiencia en neurociencias, nos brinda una ventaja competitiva que nos permite ayudar a personas que viven con afecciones mentales como la depresión. El abordaje de la depresión es un desafío mundial, un reto mayor que nos mueve a la acción en favor de los pacientes, con la satisfacción de estar aportando valor para que todos vivamos en un mundo más sano y feliz”, concluyó Nuria Marcos.

Hoja de datos:

1. Definición e impacto

• De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es un trastorno del estado de ánimo frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.
• La depresión puede llegar a hacerse crónica o recurrente y dificultar sensiblemente el desempeño en el trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria. En su forma más grave, puede conducir al suicidio. Si es leve, se puede tratar sin necesidad de medicamentos, pero cuando tiene carácter moderado o grave se pueden necesitar medicamentos y psicoterapia profesional.

2. Datos y cifras

• La depresión es un problema de salud serio. Se calcula que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo y más de 260 millones tienen trastornos de ansiedad. Más mujeres que hombres sufren depresión.
• De acuerdo con estimaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en la Región de las Américas vivían cerca de 50 millones de personas con depresión en 2017, casi un 17% más que en 2005.
• La depresión es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad.
• En el peor de los casos, la depresión puede llevar al suicidio. Cada año, se suicidan cerca de 800,000 personas en el mundo, y el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años.
• Aunque hay tratamientos eficaces para la depresión, más de la mitad de los afectados en todo el mundo (y más del 90% en muchos países) no recibe esos tratamientos. Entre los obstáculos a una atención eficaz se encuentran la falta de recursos y de personal sanitario capacitados, además de la estigmatización de los trastornos mentales y la evaluación clínica inexacta.

3. Depresión en México

• En México, un 18% de la población urbana en edad productiva (15 – 64 años) sufre algún trastorno del estado de ánimo, como depresión, ansiedad, demencia o fobia.
• La depresión constituye un problema importante de salud pública en nuestro país. Afecta a 15 de cada 100 habitantes y la cifra podría ser mayor porque algunas personas jamás han sido diagnosticadas y viven hasta 15 años sin saber que tienen esta afección.
• Asimismo, ocupa el primer lugar de discapacidad para las mujeres y el noveno para los hombres. La depresión tiene una alta co-ocurrencia con otros trastornos como la ansiedad y el consumo de sustancias, con importantes costos económicos y sociales.
• El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) documentó que en México 34.85 millones de personas se han sentido deprimidas; de las cuales, 14.48 millones eran hombres y 20.37 millones eran mujeres.
• También destaca el hecho que del total de personas que se han sentido deprimidas, únicamente 1.63 millones toman antidepresivos, mientras que 33.19 millones no lo hace. Asimismo, del total de personas que toman antidepresivos, alrededor de 414 mil son hombres, mientras que 1.22 millones son mujeres.
• La violencia de la que son víctimas las mujeres es un factor importante que desencadena la depresión. En este sentido, el 35% de la diferencia por género en depresión podría explicarse por el abuso sexual ocurrido en la infancia a niñas.

4. Tipos de depresión

• Depresión mayor o grave. Se identifica cuando se tienen síntomas de depresión la mayor parte del día, casi todos los días, durante por lo menos dos semanas y éstos interfieren con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida. Es posible que una persona tenga un solo episodio de depresión mayor en su vida, pero es más frecuente tener varios episodios.
• Trastorno depresivo persistente. Es un estado de ánimo depresivo que dura, al menos, dos años. Una persona diagnosticada con un trastorno depresivo persistente puede tener episodios de depresión mayor, junto con períodos de síntomas menos graves.
• Depresión postparto. Es mucho más grave que los síntomas de depresión y ansiedad moderadas que típicamente aparecen dentro de las dos semanas siguientes al parto, ya que las mujeres experimentan una depresión mayor. Los sentimientos de extrema tristeza, ansiedad y agotamiento que acompañan a la depresión postparto pueden dificultar que estas nuevas madres completen las actividades de cuidado diario para ellas mismas y / o sus bebés.
• Depresión psicótica. Ocurre cuando una persona sufre depresión severa, más algún tipo de psicosis, como tener creencias fijas falsas perturbadoras (delirios) o escuchar o ver cosas perturbadoras que otros no pueden oír o ver (alucinaciones). Los síntomas psicóticos suelen tener un «tema» depresivo, como delirios de culpa, pobreza o enfermedad.
• Trastorno afectivo estacional. Se caracteriza por la aparición de depresión durante los meses de invierno, cuando hay menos luz solar natural. Esta depresión generalmente desaparece durante la primavera y el verano, pero regresa cada año. La depresión de invierno generalmente está acompañada de aislamiento social, aumento de sueño y de peso.
• Trastorno bipolar. El trastorno bipolar es diferente que la depresión, pero se incluye en esta clasificación, porque una persona con trastorno bipolar experimenta episodios de estados de ánimo extremadamente bajos que cumplen con los criterios de depresión mayor. Sin embargo, la persona con trastorno bipolar también experimenta estados de ánimo extremadamente altos, eufóricos o irritables, llamados “manía” o, en una forma menos severa, llamada “hipomanía”.

5. Síntomas de la depresión

Cuando las personas sufren depresión, experimentan cambios en sus sentimientos o estados anímicos diarios, como:

• Sentirse triste o melancólico la mayoría de las veces o todo el tiempo.
• Sentirse de mal humor o irritable frecuentemente, con ataques súbitos de ira.
• No disfrutar de actividades que normalmente lo hacen feliz, incluso el sexo.
• Sentirse desesperanzado o desvalido.
• No sentirse bien consigo mismo o tener sentimientos de inutilidad, odio hacia sí mismo y culpa.
• Tener pensamientos de muerte o suicidio.
• Padecer dolores y molestias, entre ellos, dolores de cabeza y calambres o problemas digestivos, sin una causa física aparente o que no se alivian ni con tratamiento.
• Las actividades diarias normales también cambian cuando la persona está deprimida:
• Tener problemas para dormir o dormir más de lo normal.
• Tener dificultad para concentrarse.
• Movilizarse más lentamente o parecer «asustadizo» o agitado.
• Sentirse mucho menos hambriento que antes o incluso bajar de peso.
• Sentirse cansado y falto de energía.
• Volverse menos activo o dejar de hacer actividades habituales.

6. Factores de riesgo de la depresión

• La depresión es uno de los trastornos mentales más comunes. Actualmente, los investigadores sugieren que la depresión es causada por una combinación de factores genéticos, ambientales y psicológicos.
• La depresión puede ocurrir a cualquier edad, pero generalmente inicia en la edad adulta. Ahora se reconoce que la depresión puede afectar a niños y adolescentes, aunque en ellos se presenta con una irritabilidad más predominante y estado de ánimo bajo. Muchos trastornos del estado de ánimo y ansiedad en adultos inician con altos niveles de ansiedad en la niñez.
• Especialmente en la edad madura o en la vejez, la depresión puede co-ocurrir con otras enfermedades serias, como diabetes, cáncer, enfermedad cardiaca y mal de Parkinson. Estas condiciones frecuentemente empeoran cuando la depresión está presente. Algunas veces los medicamentos utilizados para el tratamiento de estas enfermedades pueden causar efectos adversos que contribuyen a la depresión.

Los factores de riesgo incluyen:

• Antecedentes de depresión personal o familiar
• Cambios en la vida mayores, estrés o trauma
• Ciertas enfermedades y medicamentos

7. Tratamientos de la depresión

• Por lo general, el tratamiento de la depresión implica una psicoterapia o medicación antidepresiva o una combinación de los dos.
• El primer paso para obtener el tratamiento adecuado es consultar a un profesional de la salud mental, quien puede hacer al paciente un examen, una entrevista y pruebas de laboratorio para descartar otros problemas de salud que pueden tener los mismos síntomas que la depresión.

8. Tratamiento farmacológico

• Los medicamentos llamados antidepresivos suelen funcionar bien para tratar la depresión. Se pueden demorar de 2 a 4 semanas para surtir efecto. Es importante que el paciente mantenga la adherencia al tratamiento y no deje de tomar el antidepresivo sin antes hablar con su médico.
• En una primera fase se medica de forma intensa al paciente para conseguir que los síntomas desaparezcan y se pueda iniciar su recuperación. En una segunda fase se suministran fármacos para impedir la manifestación de la enfermedad.
• El tratamiento farmacológico con antidepresivos se utiliza para corregir desequilibrios en los niveles de las sustancias químicas del cerebro, especialmente la serotonina, un químico cerebral que transmite mensajes en el área del cerebro que controla las emociones, la temperatura corporal, el apetito, los niveles hormonales el sueño y la presión sanguínea. Los antidepresivos actúan incrementando los niveles de serotonina en las células del cerebro y no suelen crear dependencia.

5 principales causas de la depresión en la era postpandemia: Doctoralia
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la depresión es un trastorno emocional que afecta a millones de personas a nivel mundial. Con la llegada de la pandemia de Covid-19 este padecimiento se potenció afectando principalmente a las poblaciones vulnerables, como son jóvenes, mujeres, trabajadores de la salud y personas de nivel socioeconómico menor.

Cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), apuntan que, en México durante la pandemia, los niveles de depresión se dispararon del 3% al 27.6%.

Si bien no se trata de alarmarse, sí de reforzar la atención a este padecimiento, por ende, es necesario que se atienda desde un punto de vista integral, comenzando por fortalecer los servicios de salud enfocados a este padecimiento.

Francisco Díaz Amezcua, psicólogo registrado en Doctoralia, la plataforma líder que conecta a profesionales de la salud con pacientes y, además, brinda el software de gestión más robusto y completo para clínicas y centros hospitalarios, destaca la importancia de no solo realizar acciones para hacer atender la depresión, sino también para informar, detectar y orientar a la población sobre este padecimiento.

De acuerdo con Díaz Amezcua, las 5 principales causas de depresión post COVID-19 son:

1. Confrontar las pérdidas. Durante las últimas semanas del año se presentan padecimientos psiquiátricos y psicológicos ligados a las celebraciones de navidad y fin de año, ya que para muchas personas fueron los primeros eventos que se pasaron sin la presencia de los seres queridos o sin la posibilidad económica para comprar regalos y festejar como en años anteriores y que se siguen arrastrando a inicios de año.
2. Falta de control sobre el futuro. Tener poco control sobre las acciones que podemos hacer en el futuro inhabilita las capacidades de las personas para enfrentar las situaciones que se presenten, por lo que muchas personas creen haber perdido el control de su vida.
3. Inicio de año. Debido a la pandemia de Covid-19 muchas personas sufrieron pérdidas emocionales, por ello, la primera incertidumbre durante la época decembrina e inicio de año es saber cómo se podrá vivir sin la presencia de esos seres importantes, lo que ocasiona sentimientos de vulnerabilidad y tristeza.
4. Cambio en la rutina. El cambio repentino en las rutinas diarias, debido a las nuevas variantes de la Covid-19, puede ocasionar que las personas no se sientan capaces de afrontarlo y desarrollen sentimientos de miedo y abandono.
5. Cansancio emocional. El cansancio emocional es un estado en el que las personas se sienten sobre exigidas, ya que, debido al cambio de rutinas que se han presentado durante la contingencia, se ven obligados a manejar sus emociones para trabajar o estudiar un poco más.

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