Deficiencia de este nutriente se relaciona con la depresión

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Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola. Datos comprobados.

Estados Unidos, 8 de enero de 2022.- Una investigación, publicada en diciembre de 2011, que utilizó datos del Estudio Longitudinal Irlandés sobre el Envejecimiento (Tilda), descubrió que las personas con deficiencia de vitamina B12 tenían un riesgo mayor de presentar síntomas de depresión. De acuerdo con la Asociación Americana de Ansiedad y Depresión, 264 millones de personas en todo el mundo viven con síntomas de depresión. En 2017, casi 17.3 millones de adultos en los Estados Unidos experimentaron, al menos, un episodio depresivo mayor.

Esta cantidad aumentó en 2019 a 19.4 millones de adultos. Por lo general, una persona con depresión también demuestra síntomas de ansiedad. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, los datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición demuestran que, en comparación con los hombres, las mujeres tienen una probabilidad casi del doble de experimentar depresión, ya que ese patrón se observó en cada grupo de edad encuestado.

Los síntomas de depresión pueden incluir sentirse triste o vacío, desesperado, irritable, sin valor e inquieto. También podría presentar problemas para dormir, experimentar cambios de apetito o de peso, tener pensamientos de muerte o suicidas. No todas las personas experimentan los mismos los síntomas. Para algunas personas, sus síntomas complican sus actividades.

El estudio, que se realizó en diciembre de 2021, relacionó las deficiencias de vitamina B12 con la incidencia de síntomas de depresión en los adultos mayores. La vitamina B12 es soluble en agua y se encuentra en algunos alimentos. También está disponible como medicamento recetado y suplemento alimenticio. El cuerpo utiliza la vitamina B12 para el funcionamiento y mielinización del sistema nervioso central, al igual que para formar glóbulos rojos sanos y en la síntesis del ADN.

Las fuentes de alimentos incluyen las de origen animal, como las aves de corral camperas, productos lácteos, huevos y la carne. La absorción de vitamina B12 depende del factor intrínseco, que es una proteína transportadora y de unión que se produce en el estómago. La biodisponibilidad de los alimentos disminuye cuando la cantidad de vitamina B12 excede la capacidad del factor intrínseco.

La vitamina B12 se libera de los alimentos por la actividad del ácido clorhídrico, la proteasa gástrica en el estómago y la saliva de la boca. En 1999, se estimó que la deficiencia de vitamina B12 afecta hasta al 15% de las personas mayores de 60 años. Sin embargo, en este estudio los síntomas clásicos de deficiencia no eran tan comunes.

Los niveles bajos de vitamina B se atribuyen a la alta prevalencia de gastritis atrófica que produce una secreción de pepsina poco ácida y, además, no ayuda a que se libere la vitamina B12 de los alimentos. El estudio realizado en 2021 descubrió que estos niveles bajos de vitamina B12 podrían aumentar el riesgo de depresión en los adultos mayores.

Su deficiencia se relaciona con la depresión
El estudio publicado en el British Journal of Nutrition trató de analizar la relación entre la vitamina B12, el folato y la incidencia de depresión en personas mayores que viven en la comunidad. En el estudio participaron 3,849 personas mayores de 50 años.

Los resultados demostraron una relación entre la deficiencia de vitamina B12, pero no con la deficiencia de folato. Los investigadores descubrieron que incluso después de controlar factores como enfermedades crónicas, cardiovasculares, uso de antidepresivos, actividad física y nivel de vitamina D, los resultados fueron muy relevantes.

Los adultos mayores que tenían una deficiencia de vitamina B12 tenían un riesgo 51% mayor de desarrollar síntomas de depresión durante los cuatro años del estudio. Los datos también demostraron que existen ciertos factores que influyeron en el nivel de vitamina B12 en adultos mayores que incluyó ubicación geográfica, obesidad, tabaquismo, nivel socioeconómico y género.

Aunque encontraron una relación entre los adultos mayores que viven en la comunidad y una deficiencia de vitamina B12, también descubrieron que las personas mayores en el estudio tenían un riesgo menor de desarrollar depresión. En comunicado de prensa del Trinity College Dublin, Eamon Laird, de Tilda, el científico principal del estudio habló sobre los resultados y dijo: “Este estudio es muy importante dada la alta prevalencia de depresión incidente en adultos mayores que viven en Irlanda y, en especial, después de la evidencia que demuestra que uno de cada ocho adultos mayores presenta deficiencia de vitamina B12.

Existe un impulso creciente para introducir una política obligatoria que fortifique los alimentos de vitaminas B en Europa y el Reino Unido, en especial, desde que la idea de fortificar los alimentos con ácido fólico en los Estados Unidos demostró resultados positivos, ya que ahora existe una deficiencia de folato o tasas de estado tan bajo como de 1.2% en las personas de 60 años o más».

Deficiencia de vitamina D desempeña una función muy importante en la salud mental
Este estudio reciente destaca la importancia de una alimentación adecuada. Además de la vitamina B12, existen otros nutrientes que tienen un efecto muy importante en la salud mental. La vitamina D es uno de ellos, también conocida como calciferol, es una vitamina soluble en grasa que su cuerpo puede absorber de algunos alimentos y se produce de forma endógena cuando se expone a los rayos del sol.

Las personas pueden presentar una deficiencia cuando consumen menos del nivel recomendado, se exponen muy poco a los rayos del sol, su absorción en el tracto digestivo es inadecuada o los riñones no convierten la vitamina en su forma activa. Los científicos creen que la deficiencia de vitamina D es un problema de salud mundial infravalorado en proporciones epidémicas.

La forma en que se define la deficiencia de vitamina D también varía. Por lo general, los investigadores interpretan la deficiencia de vitamina D como niveles séricos de 25 (OH)D a 20 nanogramos por mililitro (ng/mL) o menos. Sin embargo, los niveles séricos óptimos de vitamina D se encuentran entre los 40 ng/mL y 60 ng/mL.

Una investigación preliminar que se realizó en el 2021 demostró que existían niveles muy deficientes de vitamina D en pacientes que padecían depresión y adicción al alcohol. En 2007, los investigadores reconocieron la importancia de los niveles bajos de vitamina D para el estado de ánimo.

En otra investigación, descubrieron que las personas con fibromialgia también tenían un riesgo mayor de tener niveles de vitamina D bajos y que, al parecer, darles dosis altas de vitamina D a las personas con depresión y sobrepeso podría mejorar los síntomas. A lo largo de los años, los investigadores todavía se preguntan si la vitamina D tiene una relación causal con la depresión u otro síntoma de la afección.

Otros científicos dijeron que la detección y el tratamiento para la deficiencia de vitamina D podría ser una terapia potencial para la depresión. En 2014, un estudio descubrió que la hipovitaminosis D se relacionaba con la gravedad de la depresión que experimentaban las personas. Sus resultados sugirieron que existía una relación entre la dosis y la respuesta, lo que insinuó que los niveles bajos de vitamina D podrían ser una vulnerabilidad biológica subyacente.

En 2018, el British Journal of Psychiatry publicó una revisión sistemática y un metaanálisis que demostró que los niveles bajos de vitamina D se relacionan con la depresión. El factor importante a recordar es que, darles un suplemento a las personas cuyos niveles séricos son óptimos probablemente no tenga un efecto en los trastornos del estado de ánimo. En cambio, es más probable que el efecto se encuentre en las personas cuyos niveles séricos son bajos.

Importancia de los ácidos grasos omega-3 para la depresión
Las grasas omega-3 son ácidos grasos poliinsaturados esenciales (Pufa), que su cuerpo necesita para realizar una variedad de funciones. Estos incluyen la digestión, coagulación de la sangre, salud cerebral y la actividad muscular. A principios de 2021, las grasas omega-3 fueron noticia cuando los datos demostraron que las personas con un índice de omega-3 de 5.7% o más tuvieron mejores resultados con el Covid-19.

Un índice de omega-3 mide la cantidad de membranas en los glóbulos rojos. Las personas con un nivel menor al 4% tienen un riesgo mayor de presentar una enfermedad cardíaca. Las personas con un índice omega entre 4% y 8% tienen un riesgo intermedio y las que tienen un nivel superior al 8% tienen un riesgo bajo de presentar una enfermedad cardíaca.

Un análisis de los datos publicado en 2016 reveló que había áreas en el mundo donde las personas tenían un índice de omega-3 superior al 8%. Estos incluían a Escandinavia, el Mar de Japón y las poblaciones indígenas que no consumían alimentos occidentalizados. Las áreas del mundo con niveles por debajo del 4% incluyen América Central y del Sur, Europa, América del Norte, Medio Oriente, Sudeste de Asia y África.

Aunque su nivel de omega-3 es importante, igualmente importante es la proporción entre omega-6 y omega-3. Me ha resultado muy difícil corregir un desequilibrio simplemente tomando más grasas omega-3. De hecho, así como una cantidad excesiva de omega-6 es peligrosa, una cantidad excesiva de omega-3 también puede contribuir a ciertos problemas.

Se cree que el desequilibrio entre omega 6 y omega 3 que se produjo en los últimos 150 años es el responsable de las enfermedades relacionadas con la inflamación que son comunes en la sociedad, incluyendo los trastornos depresivos. La creciente evidencia sugiere que la deficiencia de grasas omega-3 contribuye a los trastornos del estado de ánimo, incluyendo la depresión.

Adultos mayores tienen un riesgo mayor de presentar deficiencias y depresión
Las deficiencias de vitamina D y B12 y de grasas omega-3 son las más comunes en la población general y en los adultos mayores. La razón por la que los adultos mayores pueden tener deficiencias de nutrientes tal vez se relacione con una mala absorción, una mala alimentación y la falta de exposición a los rayos del sol.

La falta de niveles óptimos de nutrientes contribuye con el desarrollo de la inflamación y la enfermedad, y una de las afecciones que se relaciona con la inflamación es la depresión. La depresión afecta la calidad de vida y la productividad de los adultos mayores, además de que suelen estar más aislados de los demás.

Hasta la fecha, muchos adultos mayores reciben tratamiento para la depresión, como psicoterapia o medicamentos. Sin embargo, debido a que existe una relación entre la nutrición y el estado de ánimo, tiene sentido abordar primero las posibles deficiencias de nutrientes antes de agregar medicamentos que vienen con una larga lista de efectos secundarios.

Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (Isrs), que son el tipo más común de antidepresivos. podrían provocar náuseas, mareos, insomnio, ansiedad, diarrea y temblores, todo lo cual puede ser peligroso para ellos. Estos efectos secundarios pueden afectar el apetito o aumentar el riesgo de una caída.

Como se demostró durante la pandemia de Covid-19, mantener una salud y nutrición óptimas, ayuda a reducir el riesgo de contraer cualquier enfermedad viral. El estudio presentado también demuestra que es esencial consumir nutrientes para gozar de una buena salud mental. Es mucho más fácil abordar las necesidades corporales antes de que provoquen enfermedades y dolencias. Tomar control de su salud es fundamental para su calidad de vida, aunque podría tomar un poco de tiempo y energía.

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