Colonia, Alemania, /PRNewswire/.- Sesenta años después del lanzamiento al mercado de Contergan (ingrediente activo: talidomida), el mayor escándalo farmacéutico de la República Federal de Alemania sigue activo. El 15 de febrero de 2017 a las 12:00 horas, el Tribunal Regional de Bonn celebrará una audiencia en un litigio que es más explosivo de lo que parece a primera vista.
Andreas Meyer, víctima de Contergan, que nació sin brazos ni piernas y está confinado a una silla de ruedas, está demandando al ex integrante de la Junta de Administración de la Fundación Contergan, el abogado Karl Schucht, para obtener una medida cautelar y una rectificación.
En una carta a los integrantes del Comité de Asuntos de Familia del Parlamento Federal alemán, Schucht había afirmado que Meyer, en calidad de testigo experto en una audiencia pública del Comité, había expresado públicamente diversas falsedades sobre eventos conectados con la Fundación Contergan.
Meyer había dicho, entre otras cosas, que durante 30 años el fabricante de Contergan (talidomida), Grünenthal GmbH, había tenido acceso a las historias clínicas de las víctimas de Contergan en la Fundación Contergan. Además, Grünenthal también les había pagado a los expertos médicos de la Fundación.
En su carta, Schucht afirmó, por el contrario, que Grünenthal en ningún momento había tenido acceso a las historias clínicas de las víctimas de Contergan, sino que los archivos fueron conservados siempre por la Fundación Contergan. Además, afirmó que a los expertos de la Comisión Médica siempre se les pagó de los fondos de la Fundación Contergan.
¿Por qué es tan explosivo? Porque si Meyer gana la demanda, significará que Schucht no sólo había mentido a los miembros del Parlamento. No, el gobierno federal también le había mentido al Parlamento.
Porque el Ministerio Federal de Asuntos de Familia, que ha sido responsable de la supervisión de la Fundación Contergan desde 1972, manifestó en una respuesta a una interpelación menor por parte del grupo parlamentario Die Linke que la carta de Schucht también expresaba la opinión del gobierno federal.
Una cuestión crucial, según Meyer, es el doble papel del abogado Herbert Wartensleben, quien también ha sido invitado como testigo por el Tribunal Regional de Bonn. Desde1972 hasta fines de 2003, Wartensleben no sólo fue el presidente de la Comisión Médica de la Fundación Contergan, que juzga si una víctima ha sido o no afectada por Contergan, y además evalúa el grado del daño -sobre cuya base se valora el monto de la pensión por Contergan, por ejemplo. Desde el juicio por Contergan, Wartensleben actuó una y otra vez como representante legal de Grünenthal en casos relativos a Contergan; más recientemente en 2007 en las demandas relativas a la película en dos partes de la ARD «Eine einzige Tablette» (Una sola tableta).
«El caso trata la cuestión de si la Fundación Contergan fue, o tal vez todavía es, una subsidiaria encubierta de Grünenthal a los ojos del gobierno federal», dijo Meyer.
Meyer estará representado por Jan Hegemann, de la firma de abogados Raue Rechtsanwälte LLP de Berlín. El abogado Hegemann ya representó con éxito a Meyer en 2009 en el caso de la convocatoria de Meyer a boicotear los productos de Dalli-Werke, Mäurer & Wirtz y 4711, compañías pertenecientes al dueño de Grünenthal. El abogado Karl Schucht estará representado por los abogados Gernot Lehr y Tobias Würkert LLM, de la oficina de Bonn de la firma de abogados Redeker Sellner Dahs. Para Meyer, esto es significativo. El fundador de dicha firma, Hans Dahs (padre), que murió en 1972, representó al difunto dueño de Grünenthal, Hermann Wirtz (padre), en el juicio de Contergan.
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