Revolución social

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Para comprender el desarrollo, estructura y función de la sociedad, la teoría social es clave en los estudios sociológicos. Hasta apenas el siglo pasado, tres grandes corrientes de la teoría social predominaron: el marxismo, el estructuralismo y la corriente interpretativa. Sin embargo, Wolfgang Knöbl, director del Instituto de Investigaciones Sociales de Hamburgo, Alemania, señaló que la teoría social no se puede construir únicamente a través de unas cuantas teorías.

Wolfgang Knöbl, explicó que actualmente existe una reconfiguración en el pensamiento occidental (en el cual está fundada la teoría social) puesto que los paradigmas que fundamentan el conocimiento de la teoría social y las ciencias sociales se encuentran en constante cambio y esta reconfiguración no está siendo encabezada únicamente por los intelectuales de Occidente o Norteamérica, sino principalmente por académicos e investigadores que desde diferentes latitudes están creando nuevos enfoques que desafían claramente las premisas básicas del pensamiento occidental.

“La globalización de la ciencia y las ideas están generando también nuevos y diversos paradigmas que están ayudando a la teoría social a `ver su mundo presente´, el cual es cada vez más lejano al que vivieron los padres fundadores de la teoría social”.

El sociólogo alemán dijo que dicha reconfiguración del campo de investigación de la teoría social busca hacer uso de la riqueza cultural e histórica que nos ha heredado el mundo con el fin de obtener una mejor comprensión de los fenómenos sociales y los procesos posteriores a la hegemonía de occidente.

Los cambios que se están generando se deben a tres tipos de razones: los investigadores sociales cuentan con nuevas explicaciones científicas que ofrecen otras perspectivas y paradigmas para pensar la propia historia del desarrollo socio-económico del mundo. “Se trata de nuevas teorías que cuestionan con seriedad explicaciones que por muchos años se han considerado como fundamentales o inamovibles”.

En segundo lugar, existe cada vez más un sentido de convergencia no solo a nivel del pensamiento clásico y el post-colonial sino también mediante los propios paradigmas que edifican el conocimiento científico, ya que están siendo cada vez más lejanas las posiciones que separaban a los investigadores por su adscripción o rechazo al positivismo (aquella corriente filosófica que considera a la “experiencia” como el único medio de conocimiento).

En tercer lugar, el reconocimiento de la no regularidad en la vida social juega hoy un rol más importante en la construcción de la teoría social, la cual está cada vez menos interesada en la generación o edificación de leyes o predicciones. Esto ha incidido en la reconfiguración y nueva teorización de conceptos que en dicha teoría se daban por sentados como: modernidad, persona, individualismo, actor, etcétera.

El director del Instituto de Investigaciones Sociales de Hamburgo no desprecia la teoría social, más bien expande su campo de observación sobre los cambios macro y micro sociales que inciden en la ruptura de certezas tan preciadas para la teoría social como la noción de “modernidad” y entonces sugiere una nueva forma de entender estas transformaciones sociales a partir del término “diversas modernidades”.

Puesto que los términos sociológicos universalmente establecidos ya no resultan adecuados para muchas regiones del mundo que si bien fueron colonizadas por Occidente, poseen raíces y orígenes tan diversos que exigen la creación de sus propios conceptos teóricos.

Así, el sociólogo propone la lectura y análisis crítico del trabajo de los antropólogos sudafricanos Jean y John Comaroff y del sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos. En estos autores, Knöbl observa la construcción de extrañezas sociológicas que llevan a la “des-familiarización” tanto del pensamiento como de los conceptos de la teoría social de Occidente; pues la teoría social en su afán de hacer universales sus explicaciones no solo deja fuera toda sabiduría local sino que la anula, el propósito es recuperarlo.

Finalmente, el sociólogo alemán deja en claro que cada cultura y visión del mundo es inherentemente incompleta y, por lo tanto, puede y debe ser enriquecida por la incorporación de perspectivas alternativas.

Las ideas de Knöbl se expusieron en el marco del quinto Congreso Nacional de Ciencias Sociales organizado el pasado mes de marzo por El Consejo Mexicano de Ciencias Sociales (Comecso), institución que forma parte de la Mesa Directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (Fccyt).

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