Visitar Cuba favorece la represión del régimen

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Washington, D. C., 24 de agosto de 2020.- Visitar Cuba, incluso comprar ron y cigarros cubanos, financia un régimen que reprime a su pueblo y exporta abusos a los derechos humanos.

Los viajeros que se alojan en un hotel de La Habana o que fuman cigarros cubanos en su país están proporcionando ingresos a un régimen que restringe gravemente la libertad de prensa, encarcela a los manifestantes y enseña al régimen ilegítimo de Nicolás Maduro en Venezuela cómo torturar.

“La economía de Castro se basa en el robo de la propiedad privada y la represión del pueblo”, dijo Michael Kozak, secretario de Estado adjunto en funciones para Asuntos del Hemisferio Occidental, en un tuit el 27 de julio. “El ron y los tabacos cubanos son lujos que no valen su costo humano”.

El Instituto Brookings calcula en un informe de 2016 (PDF, 1.4 MB, en inglés) que el 69 por ciento de los ingresos por turismo de Cuba va a parar a empresas estatales. El régimen cubano es dueño de todos los principales hoteles turísticos de la isla. Las únicas propiedades turísticas que no son propiedad del gobierno cubano son pequeñas casas de hospedaje.

Incluso, el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba participa grandemente en la industria turística del país por medio de un grupo empresarial llamado Grupo de Administración Empresarial S.A. (Gaesa). Según el informe del Instituto Brookings, una subsidiaria de Gsaesa, Gaviota, controla el 40 por ciento de las habitaciones de los hoteles turísticos. Gaviota también dirige agencias turísticas, tiendas y restaurantes en la Habana Vieja.

Las ventas de cigarros cubanos alcanzan los cientos de millones de dólares, según la agencia de noticias Reuters. Por supuesto, el régimen cubano también controla la industria del tabaco del país.

El dominio del gobierno cubano sobre la economía de la nación se remonta a la revolución de 1959. El régimen de Fidel Castro se apoderó de la industria del tabaco al año siguiente, incautando fábricas de cigarros, plantas de cigarrillos y almacenes de tabaco. También se apoderó de la producción de la industria del ron, incluidas las marcas más populares de Cuba, lo que provocó que los antiguos propietarios abandonaran el país, un patrón que se repite en toda la economía.

Años más tarde, los ingresos procedentes de las empresas estatales de Cuba alimentan un régimen represivo. En un informe de 2020 del grupo de observación de derechos humanos Human Rights Watch se dice que el régimen continúa acosando a los críticos, y se citan 1,800 arrestos arbitrarios entre enero y agosto de 2019. Cuba tiene detenidos actualmente a 109 prisioneros políticos, según indica el informe.

En el mismo informe de 2020, Human Rights Watch afirma que la policía rutinariamente acosa, maltrata y detiene a miembros de las Damas de Blanco, algunas de las cuales son familiares de los presos políticos del régimen. A principios de este año, la ONU pidió la liberación inmediata de una miembro del grupo, una prisionera política, cuya familia alega que ha sido objeto de abusos en la cárcel.

Mientras tanto, el ejército cubano envía decenas de miles de asesores para ayudar al brutal régimen de Maduro en Venezuela. Los asesores cubanos ayudan a Maduro a dar forma a sus políticas represivas, sirven como su destacamento de protección y entrenan a sus policías y oficiales de inteligencia en los métodos de tortura.

La influencia de Cuba contribuye a los brutales métodos de tortura utilizados en los prisioneros en Venezuela, según un informe de diciembre de 2019 del Instituto Casla.

“Con la guía y el respaldo de los regímenes ruso y cubano, el régimen de Maduro arresta, tortura e incluso asesina a nuestros ciudadanos”, escribió el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, en un comentario publicado en el diario Nuevo Herald. “A los regímenes ruso y cubano les exigimos que detengan la tortura y el abuso en contra de nuestro pueblo y que abandonen nuestro país para siempre”.

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