Ciudad de México, 25 de mayo de 2019.- Las renuncias de Germán Martínez Cázares a la dirección general del Instituto Mexicano del Seguro Social (Imss) el pasado lunes 21 de este mes y la de Josefa González-Blanco Ortiz-Mena, secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), presentada hoy al presidente López Obrador, desataron una ola de comentarios que hablan muy claro de lo que en el lenguaje popular mexicano se denomina: “Alborotar la jicotera”.

El jicote (Lipona beecheii) es un americanismo común que se aplica a diversos insectos himenópteros con el aspecto de avispas, de cuerpo negro y abdomen amarillo, provistos de un aguijón con el cual producen unas heridas muy dolorosas. Por lo general, son insectos tranquilos mientras no se les moleste en su hábitat. Hacerlo significa enfrentar la agresión de toda la colmena que se lanza contra el intruso y lo persiguen hasta aguijonearlo en grupo, lo cual es muy difícil de controlar y de escapar.

En política, se aplica este adagio popular mexicano para nombrar la rebelión de grupos políticos o sociales que muestran su rechazo a determinada política impopular que afecta los intereses de los propios gremios o asociaciones y que se convierte en una acción rebelde que, cada día, aumenta más y más.

En los casos citados de las renuncias mencionadas, aunque tuvieron motivos diversos, ambas abonaron a lo que ya era un hecho y que se manifestará, una vez más, el próximo lunes cuando trabajadores del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), el poderoso gremio que agrupa a los burócratas de todo el país, tomen la calle en demanda de derechos incumplidos, hasta ahora, por el Estado federal.

La convocatoria respectiva, lanzada por la dirigencia del Sindicato Independiente de Trabajadores del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Sitissste), da cuenta clara de su lucha por la toma de las calles de la Ciudad de México y otras más del país, como son manifestarse contra el recorte de personal, despidos injustificados de trabajadores, falta de medicamentos, falta de equipamiento en hospitales y clínicas del instituto, falta de respeto al personal operativo, incertidumbre y terrorismo laboral en los centros de trabajo, falta de liberación del 100 por ciento del presupuesto anual e insuficiencia en la prestación de crédito personal.

Esta manifestación se repetirá el próximo martes 28, tanto en la Ciudad de México como en otras más del país, y se agregará a otras tantas manifestaciones contra la actual política gubernamental, realizadas por estudiantes de nivel básico que demandan la entrega de becas prometidas en campaña por López Obrador; la magisterial del pasado 15 del presente mes, llevada a cabo por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (Cnte) y otras más efectuadas contra la equivocada política ambiental para enfrentar las contingencias atmosféricas, a mediados de este mes, y las realizadas por la población civil contra el aumento en la inseguridad pública en la Ciudad de México.

Todo lo anterior apunta hacia un posible verano muy caliente en México, de continuar las cosas como hasta ahora las ha manejado la actual administración pública federal, caracterizada por un pseudoizquierdismo político, matizado más bien por una visión del centrista que estuvo en marcha durante la época del desarrollo estabilizador (1950/1982), ejecutado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

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