Jorge Herrera Valenzuela
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No bajar la guardia; continúa el riesgo de contagio

Ciudad de México, 25 de marzo de 2021.- El invisible asesino llamado Covid-19 cambió radicalmente la vida de los millones de terrestres sobrevivientes. Transcurrió más de un año para encontrar el antídoto y meses más para aplicarlo como medida preventiva. En México, la cifra se aproxima a los ¡200,000! decesos y el número de contagiados, según la cifra oficial del lunes pasado, es de 2 millones 197 mil. Está en marcha el programa de vacunación preventiva, lamentablemente solo la jefa de Gobierno de la Ciudad de México lo ejecuta con una estrategia que deja satisfechos a los miles de mujeres y hombres de la Tercera Edad.

Recibí información de diferentes Estados en relación con el drama que viven cientos o miles de personas para recibir la aplicación de la vacuna. Verdaderos viacrucis. Nula atención por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno, aunque procuran difundir fotografías en los momentos en que un anciano, en sillas de ruedas, es atendido y hasta le acercan una botella con agua, mientras que muchísima gente, haciendo fila, está bajo el rayo del sol a temperaturas que superan los 30 grados. De esto comentaré más adelante.

Comenzó la vacunación en el municipio conurbado de Ecatepec de Morelos, Estado de México, con tal desorganización que hasta golpes hubo entre los que estaban formados. En la capital mexiquense, Toluca, la desinformación reinó y la gente tardó hasta quince horas formada, soportando las inclemencias del tiempo. No menos fue en Ciudad Netzahualcóyotl. El gobernador Alfredo del Mazo Maza tranquilo en su campaña televisiva. De Aguascalientes, el reporte fue que la vacunación fue muy lenta y también un tanto desorganizada. Los coahuilenses se extrañaron porque los saltillenses no la han recibido como en otros municipios de la entidad, donde ya les aplicaron la primera dosis.

No les cumplen a los tapatíos
Lo que han vivido los adultos mayores de los municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara es digno de amplio comentario y lo hago con el deseo de que llegue hasta las presidencias municipales de Guadalajara, Zapopan, Tonalá, San Pedro Tlaquepaque y Tlajomulco de Zúñiga, así como también se entere el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, quien en su campaña hizo una larga lista de promesas, mismas que no ha cumplido.

Para empezar. El secretario de Salud estatal, Fernando Petersen Aranguren, aseguró que en los 9 módulos que se establecerían en la capital tapatía, atenderían a las personas por orden alfabético del apellido paterno, se distribuirían fichas numeradas y con sello oficial del gobierno para que no hicieran fila, ni acudieran con un día o más de anticipación. Ofreció sillas de ruedas. Todo fue frente a cámaras y micrófonos de la televisión local. Nada cumplió.

Jamás se hizo lista alfabética como tampoco se distribuyeron fichas. El sábado se dijo que, aunque no fueran residentes de la Capital Tapatía, podían acudir a los módulos. Obvio hubo más desorganización.

El mismo funcionario municipal aseguró que en un espacio facilitado por la Universidad de Guadalajara, un estacionamiento, se aplicaría la vacuna a los que llegaran en automóvil, dándose solamente atención a dos personas por auto y al terminarse las vacunas, se indicó que regresaran al día siguiente, respetando el lugar que ocupaban al retirarse. No hubo tal y más de uno fue enviado “hasta la cola”.

Por su parte Miguel Ángel Andrade Ramos, de la presidencia municipal de Guadalajara, hizo ofrecimientos relacionados con el trato a la Tercera Edad, dentro de las instalaciones. Trascendió que el presidente municipal, Ismael del Toro Castro, no está en funciones, porque tiene muy delicada a una de sus hijas e inclusive canceló buscar la reelección.

Uno de los módulos está ubicado en el Parque Agua Azul, de la Calaza Independencia, que data de los años cincuenta, cuando gobernaba el licenciado Jesús González Gallo, para recreo familiar. Nos contaron que en la actualidad ese espacioso parque de 159,000 metros cuadrados, está sucio, abandonado y requiere urgente remodelación. Ahora en su exterior se forman filas de tres kilómetros, sin guardar la sana distancia, nadie recibe la menor atención. Por la tarde a los cientos de personas formadas, les informan que “ya no hay vacunas” y que Dios las bendiga.

Trato inhumano a la T.E.
Después de comentar en este espacio, el pasado día 17 del presente mes, el trato que mujeres y hombres mayores de 60 años recibieron en los módulos de la Ciudad de México, lo que sucede en el Parque Agua Azul se antoja censurable en todo sentido, especialmente, porque ellas y ellos, mayores de 90 años, caminando con mucha dificultad, algunos en sillas de ruedas, otros sosteniéndose con muletas, pasaron más de 24 horas padeciendo las inclemencias del tiempo y ni los empleados de la Secretaría del Bienestar, los del gobierno estatal (Petersen Aranguren) ni los municipales aparecieron.

Imagínese, estimado lector, que la fila comenzaba en la puerta de acceso principal al parque y terminaba tres kilómetros después, precisamente en la misma puerta. Los que fueron a apartar el lugar para los papás o los abuelitos se proveyeron de un banquito o silla, cobijas para la madrugada y ropa ligera para la mañana. Llevaban sombrillas, agua y alimentos. Eso fue el viernes 20 por la tarde y noche, el sábado a las tres de la tarde una voz anunció: “ya no hay vacunas, vengan mañana” y así tuvo que ser. Otra guardia para no perder el lugar. Relevo de hijos, sobrinos, nietos, jóvenes todos.

Ningún funcionario dio órdenes de que se diera atención a las personas que hacían fila, cuando menos para ofrecerles botellas de agua para no deshidratarse. Ni sillas y mucho menos sillas de ruedas. Colocaron “baños” móviles sin ninguna sanitización y que por el fuerte calor despedían repugnantes olores.

No faltaron los “vivales” que ofrecían lugares próximos a la puerta de acceso “a quinientos pesos” y llegaron a pedir hasta más. Por supuesto que ninguno les aceptó “la oferta”. De ello, no se enteró ninguna autoridad, porque no hizo acto de presencia.

Petersen Aranguren deberá, comento en esta ocasión, llamarle a Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, para que le platique cómo hay que organizar la vacunación, porque a la Tercera Edad tapatía pronto le tocará la segunda dosis y cientos de jaliscienses de 50 años de edad para abajo estarán esperando ser vacunados. Al gobernador Alfaro Ramírez no lo distraigan con este problema, porque está ocupado en las próximas elecciones, las del domingo 6 de junio.

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