Desde Chequeado, de Argentina, a PesaCheck, de Kenia, y al sitio brasileño Aos Fatos, hay numerosos ejemplos de organizaciones de fact-checking en todo el mundo que se esfuerzan por mantener bajo la mira a los funcionarios públicos. Sin embargo, el seguimiento y la verificación de sus declaraciones puede ser particularmente difícil en países con una alta censura estatal.
Inspirados en el éxito de Morsi Meter, dos investigadores de ASL19, un grupo tecnológico canadiense que ayuda a lidiar con la censura en Internet, han creado una herramienta de verificación para supervisar las declaraciones de prominentes políticos iraníes.
Fact Nameh recoge declaraciones importantes hechas por funcionarios o políticos iraníes de alto rango cada semana y las clasifica en un medidor de «verdad». Las calificaciones varían del 100% de precisión, a verdades a medias (o engañosas) y testimonios francamente falsos. Cada calificación va acompañada de un artículo explicando cómo se evaluó la veracidad de la declaración.
«Fue muy difícil al principio», dice Farhad Souzanchi, creador de Fact Nameh y radicado en Toronto. «La gente no conocía nuestras intenciones. No sabían si éramos pro o anti-Rouhani, el presidente iraní. Pero el tiempo demostró que no somos ni lo uno ni lo otro”.
«Nos atenemos a los hechos», agrega. «Según los veredictos que damos, a veces, los pro-Rouhani nos critican y otras veces los anti-Rouhani nos acusan de ayudarlo. Pero, a la larga, los que nos siguen de cerca saben que no estamos del lado de nadie”.
Para sumar un elemento humorístico y visual a la verificación, Fact Nameh acompaña sus posts con un personaje ilustrado que actúa como un juez imparcial: Mirza.
Souzanchi lo describe como un «viejo sabio». Cuando una declaración es exacta, Mirza tiene una expresión de inmensa satisfacción. Cuando una declaración es engañosa o no puede ser confirmada, se lo ve confundido o molesto. Las expresiones enojadas y despectivas se reservan para el ranking Shaaj-daar: afirmaciones ridículas y absurdas que no tienen ningún correlato con la realidad.
Fact Nameh fue lanzado el 2 de abril de este año –Día Internacional del Fact Ckecking–, apenas un mes antes de las elecciones presidenciales en Irán. La iniciativa traccionó un fuerte y casi inmediato seguimiento en Twitter y Telegram, cuenta Souzanchi. «Nos centramos en los titulares o temas que hacen a las noticias y, sobre todo, en las declaraciones que no deben pasar desapercibidas o sin control», dijo a IJNet.
La herramienta de verificación parece haber captado la atención de políticos y medios iraníes también. En un caso reciente, después de que Zahra Ahmadipour, directora de Patrimonio Cultural, Artesanías y Turismo de Irán, afirmara que este país se encontraba entre los 10 principales destinos turísticos del mundo, Fact Nameh clasificó su declaración como «engañosa» por no proporcionar evidencia. Después de que el equipo le pidiera a través de Twitter que proporcionara su fuente para el ranking de turismo, ella lo hizo.
«Cuando le agradecí personalmente en Twitter, ella respondió también, diciendo que era su deber», cuenta Souzanchi.
Financiado por el Centro Munk de Asuntos Globales de la Universidad de Toronto, ASL19 ha llevado a cabo proyectos de verificación similares en el pasado, como el Rouhani Meter, que siguió las promesas de campaña del presidente iraní, Hassan Rouhani. El proyecto acumuló unos 32,000 seguidores en Facebook y Twitter, pero ya no está activo.
Mientras la audiencia de Fact Nameh en Irán sigue creciendo, Souzanchi dice que ha visto algunos pasos positivos hacia la creación de una cultura del fact-checking dentro del país. En un momento dado, la emisora estatal iraní, IRIB, organizó una discusión sobre las diferentes maneras en que se están monitoreando las promesas de las campañas políticas. El hecho de que Nameh no se mencionara, pero la verificación estuviese siendo discutida abiertamente fue un paso hacia adelante, opina Souzanchi.
«Nos haría felices que esta tendencia y estas actividades se abrieran camino dentro de Irán», dijo a IJNet. «Es una gran forma de que los políticos sean abiertos, transparentes y se responsabilicen por lo que dicen».