El que ya bailó que se siente

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Ciudad de México, 7 de noviembre de 2020.- Fidel Velázquez Sánchez (24 de abril de 1900/21 de junio de 1997) fue uno de los principales líderes obreros de México. Junto con Alfonso Sánchez Madariaga, Jesús Yurén Aguilar, Fernando Amilpa Rivera y Rafael Caro, llamados los 5 Lobitos, crearon la Confederación de Trabajadores de México (CTM), que se constituyó en uno de los pilares del sistema político priista que gobernó México durante más de 70 años del siglo pasado.

Velázquez Sánchez, a quien por respeto y admiración todos le llamaban Don Fidel, fue un ideólogo de los principios básicos del priismo mexicano. Jamás se supo que tuviera ambiciones políticas de ser presidente del país, aunque sí influyó en las decisiones que la clase política tuvo para elegir al primer mandatario mexicano.

Don Fidel fue famosos por su sentido político de hacer las cosas. Sus dichos eran tomados como lecciones políticas que todos debían obedecer.

En tal sentido, algún día expresó lo siguiente: “El que ya bailó que se siente”, esto para determinar que el político que ya había ocupado un puesto de elección popular no debía de participar en una nueva elección para l mismo cargo, sino dar paso a otros que, igualmente, buscaban esa posición político social.

Así se guío el Revolucionario Institucional (PRI) durante su regencia de más de 70 años. Todos quienes aspiraban a un puesto de elección popular, luchaban para alcanzarlo. Si lo ganaban, eran bien vistos; de lo contrario, no lo volvían a intentarlo.

Esto se mantuvo con fidelidad hasta que el priismo comenzó a descomponerse y a agrietarse. Representantes de esta nueva etapa del PRI, lo fueron Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, hijo del expresidente Lázaro Cárdenas del Río, quien, a instancias, sobre todo, de su madre, Amalia Solórzano, luchó por tres veces para alcanzar la Presidencia de México. Siempre fracasó.

El otro, es el actual primer mandatario: Andrés Manuel López Obrador, también de origen priista y priista, en la realidad, pugnó tres veces por ser presidente de México. Las dos primeras veces, falló. La tercera, por una serie de circunstancias que tiene el mundo político, ganó, y ahora es el presidente de México.

Bien. Ese principio básico del que “ya bailó que se siente”, es la realidad de lo que aconteció en Estados Unidos en la presente elección presidencia que llevó al triunfo en las urnas a Joe Biden, quien derrotó a Donald Trump, algo poco visto en la Unión Americana, donde, por lo general, el presidente en turno, se reelige para completar su programa político administrativo de 8 años, dividido en dos parte de 4 años cada una.

Esta vez no fue así.

Así que Trump, que ya bailó, a sentarse, y Biden, a tomar las riendas de la poderosa nación de Norteamérica.

Esto, por ende, traerá consecuencias para México, puesto que López Obrador le apostó todo a la reelección de Trump, incluso, viajó a Estados Unidos para apoyar con su presencia el voto de los mexicanos (y, en parte, también de los latinos) residentes en la Unión Americana, en favor del republicano Trump.

Ahora, López Obrador, como en el mito griego de Penélope, tendrá que hacer lo mismo: Destejer por las noches todo lo que había tejido en el día. Tendrá que destejer todo lo que tejió en torno a Trump para construir un nuevo escenario con el demócrata triunfador de las elecciones norteamericanas: Biden.

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