Jorge Herrera Valenzuela*

Démonos en este fin de semana un paseo por el Centro Histórico de Puebla de Zaragoza, de la Puebla de Los Ángeles, la Puebla de las cemitas, del mole de caderas, de los tradicionales camotes, de los refrescantes nevados, de las sabrosas chalupas de San Francisco, la Puebla de los Fuertes de Loreto y de Guadalupe, de la Catedral donde reposan los restos del más joven de los Presidentes de México, la Puebla donde cayeron los invasores franceses, los del entonces más poderoso ejército del mundo.

El comentario de esta ocasión está salpicado de historia, de recuerdos, de referencia a sus personajes en la política, en las finanzas, en el deporte, en la tauromaquia, así como citar a figuras del cine, del periodismo y no dejar pasar los acontecimientos derivados del accidente aéreo del pasado 24 de diciembre y del juego electoral que culminará el domingo 2 de junio. Considero que es oportuno aportar unos datos sobre el antes y el después de la Batalla del 5 de mayo de 1862.

Comenzaré recordando que don Benito Juárez llevaba cuatro años como presidente de México, era el año 1862. Dada la nula economía y frente a la deuda exterior millonaria, el oaxaqueño decretó la suspensión de pagos. Debíamos los mexicanos 69 millones de pesos a Inglaterra, 9 millones a España y 2 a Francia. Los tres gobiernos se unieron para presionar, a lo que México les invitó para arreglar pacíficamente el asunto. Ingleses, españoles y franceses decidieron enviar a sus ejércitos e invadirnos. Sólo Napoleón III no aceptó esperar un tiempo para recibir la paga correspondiente y sus 10,000 hombres desembarcaron en Veracruz y el 28 de abril tuvieron su primer enfrentamiento con fuerzas mexicanas, en Cumbres de Acultzingo.

Juárez ordenó a su ministro de Guerra, el joven general Ignacio Zaragoza Seguín, organizar y comandar el Ejército de Oriente, al que se integraron los generales Porfirio Díaz, Felipe Berriozábal, Miguel Negrete y Jesús González Ortega, así como el coronel Juan Nepomuceno Méndez Sánchez; el primero y el último después fueron presidentes de México. Desde las primeras horas del lunes 5 de mayo estaban listos los mexicanos que, ese mismo día, derrotarían a los, hasta entonces invencibles, soldados franceses que comandaba Charles Ferdinand Latrille, conde de Lorencez.

El triunfo de los mexicanos fue objeto de los cálidos honores del presidente Benito Juárez a jefes, oficiales y tropa que comandó el general Zaragoza, de apenas 33 años de edad y que cuatro meses después moriría a consecuencia de un ataque de tifoidea. En enero de ese mismo 1862 había muerto su joven y guapa esposa Rafaela Padilla de la Garza, dejando a tres hijos. Ambos fueron inhumados en el Panteón de San Fernando, en la Capital del país; durante el régimen del presidente José López Portillo, fueron trasladados a la zona de los Fuertes de Loreto y Guadalupe.

Entre la Guerra de Reforma y el segundo imperio, de 1862 a 1867, hubo más encuentros bélicos, como el del 2 de abril de 1867 que fue un sonado triunfo de Porfirio Díaz sobre los franceses, también ahí en Puebla. Se aproximaba el final de Maximiliano y estaba muy cerca La Restauración de la República y el retorno del presidente Juárez a la Ciudad de México, concluía la etapa del presidente itinerante. El emperador francés fue fusilado en el Cerro de Las Campanas, en Querétaro, junto con Miguel Miramón y Tomás Mejía, el 19 de junio del citado año.
Presidentes, periodistas y artistas

Después del “breviario cultural”, lo prometido es deuda y, como ya saben quién, ¡cumplo! Los poblanos ocupan un tercer lugar en la lista de presidentes de México, porque cinco hijos de Puebla llegaron a despachar en Palacio Nacional. En el Siglo XIX fueron los generales Martín Carrera Sabat (27 días, del 15 de agosto al 12 de septiembre de 1855), luego Ignacio Comonfort, fusilado por guerrilleros conservadores y Juan N. Méndez (impuesto por don Porfirio), cuyos restos están en la Rotonda de las Personas Ilustres. Manuel Ávila Camacho fue el último general presidente de la República y don Gustavo Díaz Ordaz cierra la lista.

Del mundo político comento que pocos poblanos saben que su primer gobernador fue el general queretano Manuel Gómez Pedraza, en 1824; por cierto, entre ese año y 1828 hubo 7 gobernadores más. Por breves períodos Guadalupe Victoria, en 1832, gobernó esa entidad después de haber sido el primer presidente de México, otros que ocuparon ese mismo cargo y también fueron gobernadores: Valentín Canalizo, Nicolás Bravo y Juan N. Méndez.

El medio periodístico también registra a poblanos ilustres, principiando por Rafael Alducin Bedoya fundador en 1917 del diario Excélsior e instaurador del Día de las Madres, el 10 de mayo de 1922. Dos grandes amigos y compañeros del diario La Prensa, el cartonista, caricaturista o “monero” Jorge Carreño Alvarado y el reportero César Silva Rojas, ambos originarios de Tehuacán. Don Rosendo Salazar, luchador social y reportero del diario El Nacional. También de Puebla, la escritora y novelista Ángeles Mastretta. En la Rotonda de las Personas Ilustres se encuentran los restos de Don Rosendo. El polémico columnista Carlos Marín Martínez, también es de tierras poblanas.
“Mantequilla”, “Capulina”, “Clavillazo”

Otra relación que es muy amplia, es la de los actores, actrices, comediantes, con el sello de poblanos, comenzando por dos que nos hicieron reír y disfrutar sus actuaciones: Fernando Soto Astol y Gaspar Henaine Pérez, el de formación carpera conocido como “Mantequilla” y el del humor blanco, “Capulina”, respectivamente.

La guapísima Maricruz Olivier y el galanazo que murió a los 89 años, Joaquín Cordero. La simpática e inocente “India María” o sea María Elena Velazco y Antonio Espino y Mora, “Clavillazo”. En estos días aún tenemos en carteleras y trabajando con mucho profesionalismo a: Erik Rubín, Alex Lora, Héctor Bonilla, Fher Olvera (de Maná), Freddy y Germán Ortega, “Mascabrothers”, entre otros.

Personajes muy recordados
Necesitaría mucho espacio para citar a otros personajes poblanos que han destacado y son recordados por sus acciones en bien de la comunidad y sus aportaciones a la cultura, al deporte, a las artes. Por ejemplo, don Manuel Espinosa Yglesias que por décadas fue alma mater del Banco de Comercio, hoy Bancomer con siglas españolas. El capitán Carlos Camacho Espíritu, quien vivió y murió en el campo de su creación, para niños y sus papás: Africam Safari.

Sergio Pitol, diplomático, escritor y traductor, recién fallecido. También en las letras, Elena Garro, excelente periodista, novelista, que fue esposa de Octavio Paz, nuestro orgulloso Premio Nobel de Literatura. A esos nombres añado el de la filántropa Luz Saviñón de Saviñón, cuyo nombre fue impuesto a una calle de la Colonia del Valle, en la Ciudad de México, así como a instituciones de beneficencia y servicio social. No podía omitir a Vicente Suárez Ferrer, uno de los Niños Héroes de Chapultepec. Entre los toreros, Joselito Huerta, “El León de Tetela”; del mundo futbolístico, el respetado Manolo Lapuente y en la política de antaño, el general priista Rodolfo Sánchez Taboada.

Mención aparte de la internacional tenista, la teziutleca Yola Ramírez, mexicana que tiene un sitio en el Salón de la Fama de Wimbledon y en el Salón de la Fama Roland Garros. Ella goza hoy sus 84 años de edad. Felicidades, doña Yolanda del Monte Carmelo Ramírez Partida, su nombre completo.

En la Puebla de Hoy, baste comentar que los poblanos viven un suceso inédito: elecciones extraordinarias para gobernador, porque la primera gobernadora Martha Erika Alonso Hidalgo falleció junto con esposo, el senador y exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas y tres personas más, al desplomarse el helicóptero en que viajaban rumbo a la Ciudad de México, el 24 de diciembre pasado.

De la leyenda sobre La China Poblana me ocuparé en otro comentario finsemanero. ¡Ah!, los restos que están en una capilla de la Catedral de Puebla son los de Miguel Miramón, quien a los 27 años y 4 meses de edad fue presidente de México, allá por 1858, en los días del segundo imperio. Originalmente, Miramón fue sepultado en el Panteón de San Fernando, su tumba estaba cerca de la de quien lo sentenció a muerte, Benito Juárez. Conchita Lombardo pidió el traslado de los restos de su esposo a Puebla.

Un saludo al amigo José Luis González Díaz, poblano amante de la historia y guía en el Museo del Fuerte de Guadalupe.

P. D. Me quedo con el mejor de los recuerdos de la excepcional mexicana María de los Ángeles Moreno Uriegas, primera mujer que dirigió un partido político, el PRI…. Una felicitación a mi estimado amigo y compañero de estudios y de trabajo Víctor Manuel Barceló Rodríguez, por su nombramiento como embajador de México en Uruguay.

* Jorge Herrera Valenzuela (jherrerav@live.com.mx) es un reportero pensionado. Se desempeñó como jefe de Información del diario capitalino La Prensa, maestro en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García y coordinador de Comunicación Social de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), entre otras actividades más.

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