La lengua española no es sexista

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En un intento por incrementar la equidad de género en la sociedad, algunas personas se han dado a la tarea de manejar un lenguaje inclusivo sin darse cuenta de que la gramática del español no discrimina en sí, sino los discursos, planteó la reconocida lingüista Concepción Company Company, durante la conferencia ¿Es sexista la lengua española? que se realizó dentro de la XXXI Feria Internacional del Libro de Guadalajara, encuentro literario que concluirá mañana.

El masculino en la gramática española es indiferente al género, mientras que el femenino es el que discrimina. Ejemplificó la frase “todos tenemos sentimientos” no excluye a las mujeres, mientras que la frase “todas tenemos sentimientos” sí excluye a los hombres.

En aras de esa igualdad de sexo, se han modificado constituciones para hacer especificaciones sexuales como: ciudadanas y ciudadanos, venezolanos y venezolanas, vicepresidentas y vicepresidentes, pero la diferencia de sexo que hacen no tiene nada que ver con el género en la gramática. “Sin embargo, esta tendencia no la aplican a todas las palabras, sólo a aquellas que empoderan a las mujeres como presidente o presidenta, pero ¿por qué no las aplican a cantante y cantanta o testigo y testiga? Esto refleja una falta de coherencia”, dijo la integrante de la Academia Mexicana de la Lengua, la cual, forma parte de la mesa directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico.

La especialista evidenció que no hay una correlación entre los lenguajes que no tienen género y la igualdad entre hombres y mujeres. “En el mundo existen más o menos 6 mil lenguas, de ellas, 600 no tienen género, pero esto no quiere decir que hay igualdad. Hay lenguas como el mixteco que no tienen género en su lenguaje, no obstante, el machismo existe en esas comunidades”, explicó.

Agregó que la gramática no tiene nada que ver con el sexismo: “Quienes estudiamos el lenguaje hemos observado que una lengua otorga identidad, que la gramática es una sedimentación histórica milenaria y que cambia, pero la cultura y la sociedad cambia primero, después, el lenguaje se modifica en escasas tres décadas”, planteó la académica mexicana de origen español.

Al estudiar la estructura de los discursos en la prensa observó que éstos sí discriminan. Así, la oración Pedro ganó el premio de literatura, es diferente a Juana se sacó el premio. “La primera oración reconoce el valor de Pedro, mientras que la segunda oración plantea que el premio otorgado a Juana fue una cuestión de azar y deja entrever que su trabajo no la hizo merecedora del premio. “La discriminación sí está reflejada en el discurso”, puntualizó.

La especialista planteó ante la audiencia lo siguiente: ¿Quién no hace las distinciones de sexo en el lenguaje significa que es sexista? No, significa que usamos la gramática como se ha venido haciendo en los últimos 2 mil años. ¿El hecho de que me digan arquitecta es igualitario? No, si los salarios entre los hombres y mujeres siguen siendo desiguales. ¿El discurso incluyente mejora la igualdad? No, pero sí otorga visibilidad.

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