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Washington, D. C., 7 de octubre de 2020.- Un ayudante de profesor en la Universidad de Princeton permite a los estudiantes utilizar pseudónimos para ocultar sus identidades cuando se refieren a temas considerados controvertidos por el Partido Comunista Chino (PCC). Él no es el único, según dice el diario Wall Street Journal.

¿Por qué ocurre esto?
Los pseudónimos son una de las medidas que las universidades de Estados Unidos están tomando para proteger a los estudiantes extranjeros del alcance autoritario del PCC en sus recintos universitarios.

“No podemos autocensurarnos”, dijo Rory Truex, que enseña políticas chinas en Princeton, al diario Wall Street Journal. “Si nosotros, como una comunidad china de enseñanza, por temor dejamos de enseñar cuestiones como Tiananmén o Sinkiang o cualquier otro tema delicado del que el gobierno chino no quiere que hablemos, si cedemos, entonces estamos perdidos”.

El prolongado compromiso de Estados Unidos con la libertad académica atrae a estudiantes de todo el mundo para estudiar en las universidades estadounidenses. En el 2019, Estados Unidos recibió a más de 370,000 estudiantes de China, más que de ningún otro país.

Sin embargo, una creciente cantidad de instituciones considera necesario tomar nuevas precauciones para proteger a esos valiosos miembros de las comunidades en sus recintos, dado que el PCC amenaza cada vez más la libertad académica más allá de sus fronteras. En noviembre, un tribunal en la República Popular China (RPC) sentenció a un nacional suyo de 20 años de edad a seis meses de prisión por tuits que había publicado mientras estudiaba en la Universidad de Minnesota.

Las autoridades y grupos estudiantiles de Estados Unidos están solicitando a las universidades que defiendan la libertad académica ante las presiones del PCC, especialmente por medio de los Institutos Confucio, que se presentan a sí mismos como centros culturales, pero también vigilan las críticas al PCC y difunden propaganda estatal, según grupos defensores de derechos.

Keith Krach, subsecretario de Estado de Estados Unidos para Asuntos de Crecimiento Económico, Energía y Medioambiente, solicitó a los administradores de colegios universitarios y universidades de Estados Unidos en una carta fechada el 18 de agosto que examinen la influencia autoritaria en los campus de Estados Unidos, incluyendo los Institutos Confucio, a fin de garantizar la libertad académica, cumplir con los derechos humanos, proteger las dotaciones a las universidades y salvaguardar la propiedad intelectual.

Recientemente, Estados Unidos designó a la sede estadounidense de los Institutos Confucio en Washington como misión extranjera. Ello significa que el grupo debe ahora informar de sus fuentes de financiamiento, personal y actividades para mejorar la transparencia sobre su papel como una entidad dirigida por un gobierno extranjero en Estados Unidos.

Una vez disponible esta información ayudará a las universidades a entender mejor la influencia del PCC en sus recintos y permitirá a las escuelas tomar medidas informadas sobre la manera de proteger a sus estudiantes, dijo Krach. “Nuestra meta es ver un ambiente mejorado, abierto y transparente en el cual los académicos chinos y de Estados Unidos puedan participar con una confianza mayor”, agregó.

Krach también insta a las universidades a defenderse contra el robo por parte de la RPC de investigaciones y de propiedad intelectual, así como a asegurarse que los fondos universitarios no sean invertidos en compañías que puedan contribuir al internamiento por la RPC de más de un millón de uigures y otras minorías en Sinkiang.

Una coalición de grupos, entre ellos, los líderes del Comité Nacional Republicano Universitario y miembros del grupo Estudiantes Universitarios Demócratas de Estados Unidos, también piden una mayor protección de la libertad académica. La coalición dice que los institutos Confucio tratan de censurar el diálogo en los campus universitarios estadounidenses sobre temas considerados delicados por el PCC.

“Los flagrantes intentos del gobierno chino para coaccionar y controlar el discurso en las universidades de Estados Unidos, y en todo el mundo, plantean una amenaza existencial a la libertad académica tal cual la conocemos”, expresó la coalición en una declaración del 13 de mayo. “Es un imperativo cívico y moral el que protejamos esa libertad”.

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