Una voz para los jóvenes refugiados en Estados Unidos

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Washington, D. C., 29 de junio de 2021.- Ahmed Badr llegó a Estados Unidos como refugiado cuando sólo tenía 8 años.

Una milicia bombardeó su casa en Bagdad, obligando a su familia a huir a Siria. Finalmente, llegó a Estados Unidos, y cuando era adolescente, Badr, autor y poeta, ya había hallado formas creativas de ayudar a otros refugiados a encontrar su voz.

“Adaptarse al estilo de vida estadounidense fue un desafío al principio”, dice en su sitio web, “pero pronto empecé a darme cuenta del poder de la narración para inspirar y unir a la gente”.

Badr fundó Narratio cuando cursaba el segundo año de la secundaria. Esta organización no gubernamental es una plataforma en línea para apoyar, conectar y destacar la creatividad de los jóvenes refugiados.

“Empecé Narratio para asegurarme de que haya espacios y oportunidades para que los jóvenes desplazados compartan sus propias historias en sus propios términos”, dice.

El 20 de junio, Día Mundial del Refugiado, las Naciones Unidas celebraron la creatividad de los jóvenes desplazados, como aquellos con los que Badr trabaja en Narratio.

Narratio ofrece becas, talleres y asociaciones con otras organizaciones para ofrecer oportunidades a los jóvenes.

En 2019, a través de una asociación con la Universidad de Siracusa y el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, Badr puso en marcha una beca para que los jóvenes desplazados se expresen a través de la narración, y participen con la colección del museo.

Este primer grupo de 11 becarios exploró el Departamento de Oriente Próximo Antiguo del Museo Metropolitano, examinando de cerca una serie de objetos. Los becarios imaginaron de nuevas maneras las historias que hay detrás de los objetos y reescribieron las etiquetas del museo en forma de poemas.

La exposición final de los becarios, Intertwined Journeys, incluía también fotografías documentando la experiencia de los becarios en el programa.

“Conseguí expresar mis experiencias como refugiada de Siria y compartirlas con personas que quieren comprender mejor lo que significa ser un refugiado”, dijo Nidaa Aljabbarin, una de las becarias de 2019. “Después de la beca, me inspiré para escribir más y expresar mis sentimientos a través de la redacción”.

En 2020, el programa de becas se centró en la realización de películas autobiográficas, en colaboración con la Universidad de Siracusa. Para seguir ayudando a los jóvenes refugiados a encontrar su voz, Badr tiene previsto organizar este año dos grupos de becas simultáneas: una centrada en la fotografía, en colaboración con National Geographic, y otra centrada en la poesía. Ambas becas serán en colaboración con el Museo Metropolitano de Arte.

Felone Nganga, una de las seis becarias de 2020, llegó con su hermana a Estados Unidos en noviembre de 2019 desde la República Democrática del Congo. “Creo que contar mi historia va a ayudar a otras personas”, dijo.

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