Washington, D. C., 25 de agosto de 2022.- La empresaria australiana Kristy Carr llevaba años queriendo exportar su fórmula infantil “Bubs Australia” a Estados Unidos. Pero nunca se imaginó lo rápido que iba a ocurrir.
Los suministros de fórmula láctea para bebés se desplomaron este año, y en mayo se redujeron en Estados Unidos a casi la mitad. El gobierno estadounidense se asoció con “Bubs Australia”, que Carr puso en marcha desde su cocina en 2005, para importar de forma rápida y segura la fórmula láctea a los estantes de las tiendas estadounidenses.
En pocas semanas, y con la ayuda de varias agencias gubernamentales estadounidenses, la empresa entregó suficiente fórmula para llenar más de 4.6 millones de biberones.
Operación “Flay Formula”
El proceso que la empresa de Carr llevó a cabo con las agencias gubernamentales de Estados Unidos, a la vez que trabajaba a través de zonas horarias y dormía en colchones inflables, se conoció como operación “Fly Formula” (fórmula voladora). A mediados de agosto, la misión había entregado suficiente fórmula infantil segura y nutritiva para llenar más de 69 millones de biberones con importaciones de más de media docena de países.
“Todo el mundo en Estados Unidos y Australia trabajaba sin descanso para conseguirlo”, dice Carr, sobre los primeros envíos de fórmula infantil de “Bubs Australia” a Estados Unidos. “Fue una experiencia muy positiva cuando el gobierno y la industria se unieron con el único objetivo de resolver problemas”.
Carr y otros consideran que el éxito de la operación “Fly Formula” es un modelo de colaboración necesario para superar los atascos y los problemas de suministro de bienes y productos críticos que están paralizando a industrias de todo el mundo.
.@POTUS has announced a third and fourth Operation Fly Formula mission — delivering 3.7 million bottles of Kendamil formula and 4.6 million bottles of Bubs Australia infant formula.
Learn more:
Third operation: https://t.co/KsXLuquwtmFourth operation: https://t.co/UXcUwyM0Rk.
— The White House (@WhiteHouse) June 1, 2022
Los días 19 y 20 de julio, los Departamentos de Estado y Comercio de Estados Unidos organizaron un foro ministerial sobre la cadena de suministros en el que más de 18 economías se comprometieron a reforzar las cadenas de suministro mundiales. Carr participó y dijo que la reunión ministerial puso de manifiesto cómo las empresas de todos los países y sectores se enfrentan a desafíos similares con cadenas de suministro volátiles e inciertas.
Los asistentes, procedentes de gobiernos, empresas, sindicatos y comunidades desfavorecidas, se comprometieron a trabajar juntos para hacer frente a la escasez actual y construir cadenas de suministro transparentes, diversificadas y seguras que respeten las normas medioambientales y laborales.
Carr afirma que la reputación de Australia en materia de seguridad alimentaria y el estricto control de Bubs sobre sus cadenas de suministro hacen que la empresa encaje bien en los mercados estadounidenses. El hecho de que Bubs ya exportara fórmulas para niños pequeños a Estados Unidos hizo que la empresa estuviera familiarizada con los requisitos de salud y seguridad de la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA).
En mayo, la FDA publicó unas directrices para que los fabricantes de fórmula para bebés pudieran exportar con seguridad a Estados Unidos. Bubs proporcionó información nutricional a la FDA y aumentó la producción a 24 horas al día, siete días a la semana. Los primeros vuelos de fórmula infantil de Bubs llegaron a Estados Unidos en la segunda semana de junio. Las agencias estadounidenses contrataron aviones y tenían camiones esperando en la pista para acelerar las entregas a los principales minoristas.
Otras autorizaciones de la FDA permitieron las importaciones de productores de Inglaterra, Alemania, Holanda, Suiza, Singapur, Nueva Zelanda y México. Se prevé que esas importaciones aporten 16 millones de kilos adicionales de fórmula láctea infantil, suficientes para más de 524 millones de biberones a finales de noviembre.
Carr afirma que la cooperación internacional ha agilizado un proceso que podría haber durado meses o años a una cuestión de semanas. “Lo más satisfactorio fue ver a todas las partes: gobierno, fabricantes, minoristas y proveedores de logística, volcadas en la solución del problema”, dijo Carr.
