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Washington, D. C., 24 de septiembre de 2018.- La captura de rehenes ha sido una característica constante y despreciable del régimen iraní desde que los fundamentalistas islámicos derrocaron al gobierno de Irán en 1979. Aquel año los radicales capturaron como rehenes a más de 60 empleados de la embajada de Estados Unidos y tuvieron prisioneros a 52 estadounidenses durante 444 días.

Los extranjeros que hoy llegan a Irán para trabajar, estudiar o visitar a familiares, son objetivos frecuentes para el régimen, que los considera como oportunidades para extraer dinero a los gobiernos extranjeros o exigir cambios en las políticas.

Las personas con doble ciudadanía, ciudadanos de Irán y de otro país, continúan siendo el objetivo de “detención arbitraria y prolongada” y, con frecuencia, no les es permitido conseguir abogados y defenderse a sí mismos, de acuerdo al Informe 2017 sobre Derechos Humanos en Irán del Departamento de Estado de Estados Unidos.

En algunos casos, las personas con doble nacionalidad han pasado 10 años o más en prisión. Por ejemplo, el empresario estadounidense de origen iraní Siamak Namazi estaba visitando a sus padres en Teherán en 2015 cuando fue arrestado por “colaborar con estados enemigos” y condenado a 10 años de prisión. En 2017, el Grupo de Trabajo de la ONU sobre la Detención Arbitraria consideró “que existe un patrón emergente que implica la privación arbitraria de la libertad de los ciudadanos con doble nacionalidad en Irán”. Actualmente, Namazi se encuentra recluido en la infame prisión de Evin, en Irán, y se le niega el acceso a su abogado o las visitas de sus familiares.

Por ejemplo, la trabajadora de asistencia británica de origen iraní Nazanin Zaghari-Ratcliffe fue arrestada en abril de 2016 bajo acusaciones fraudulentas de espionaje, cuando regresaba al Reino Unido luego de una visita familiar. Un juez en Teherán determinó que no sería liberada mientras Irán no recibiera el pago de una antigua deuda de Gran Bretaña, de acuerdo al Centro de Derechos Humanos en Irán.

El juez “ha confirmado lo que estuvimos sospechando desde hace tiempo”, dijo Richard Ratcliffe, el esposo de Zaghari-Ratcliffe, en declaraciones que hizo en julio al Centro de Derechos Humanos en Irán. “Sus declaraciones confirman que Nazanin está en prisión para ser usada como una ficha de trueque”, expresó.

El ex agente del FBI Robert (“Bob”) Levinson desapareció hace más de 11 años en Irán, convirtiéndose en el rehén más antiguo de la historia de Estados Unidos. El gobierno iraní se comprometió previamente a ayudar a Estados Unidos a localizar a Levinson y el gobierno de Estados Unidos continúa presionando a Irán para que mantenga este compromiso para que pueda reunirse con su familia.

Y Xiyue Wang, estudiante de la Universidad de Princeton y ciudadano naturalizado de China, fue arrestado tras ser acusado de espionaje en 2016, cuando estudiaba persa y hacía investigaciones sobre historia para su disertación de doctorado. Las autoridades de la universidad dijeron que mantienen su “esperanza en que las autoridades iraníes le permitan a este académico genuino, esposo devoto y padre atento regresar a sus estudios doctorales y a su hogar”. La universidad seguirá apoyando los esfuerzos para “buscar su retorno seguro a su hogar”.

En el transcurso de los dos años pasados el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán ha arrestado a, por lo menos, 30 personas con doble nacionalidad, en su mayor parte acusados de espionaje. Para agosto de 2018 todavía quedan 11 en prisiones iraníes, incluyendo a varios estadounidenses.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo en mayo que “estamos trabajando de manera diligente para traer de regreso a cada uno de los ciudadanos estadounidenses que están indebidamente detenidos en Irán. […] Irán debe liberar a todos los ciudadanos estadounidenses, así como a los ciudadanos de nuestros socios y aliados, que en todos los casos fueron detenidos por cargos infundados”.

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