Washington, D. C., 17 de agosto de 2021.- El Programa Fulbright, el principal programa de intercambio académico internacional del gobierno de Estados Unidos, ofrece a estudiantes, académicos, profesores, artistas y profesionales estadounidenses e internacionales oportunidades para resolver problemas globales.
El programa concede anualmente 8,000 becas para estudiar, enseñar y realizar investigaciones. Desde su creación, han participado 400,000 personas de más de 160 países. Los “fulbrighters” estadounidenses estudian, enseñan o realizan investigaciones especializadas en instituciones que los acogen en el extranjero, y los becarios internacionales Fulbright participan en colegios universitarios y universidades de Estados Unidos. Los participantes proceden de todos los ámbitos y son seleccionados mediante un proceso de solicitud competitivo y basado en los méritos.
“Un profesor de Oxford describió una vez el Programa Fulbright como «el mayor y más significativo movimiento de académicos en la faz de la tierra desde la caída de Constantinopla en 1453»”, escribe Ralph H. Vogel en su artículo “The Making of the Fulbright Program” (Cómo se hizo el Programa Fulbright).
Inicios
El Programa Fulbright fue creado tras la Segunda Guerra Mundial por el Congreso de Estados Unidos con el objetivo de prevenir futuros conflictos proporcionando oportunidades a los ciudadanos estadounidenses para intercambiar ideas y crear conexiones con personas de otros países. El presidente Harry S. Truman firmó la legislación que creaba el programa el 1 de agosto de 1946.
Cada año, el Congreso de Estados Unidos asigna fondos al Departamento de Estado para patrocinar el Programa Fulbright. En la actualidad, muchos otros gobiernos también contribuyen de forma sustancial. Otros fondos provienen de instituciones de educación superior estadounidenses y extranjeras, organizaciones no gubernamentales, organizaciones privadas, empresas y donantes individuales.
El Departamento de Estado administra el programa de acuerdo con las directrices políticas establecidas por el Consejo de Becas Fulbright en el Extranjero, nombrado por el presidente.
Las decisiones iniciales de la primera junta directiva fueron los cimientos sobre los que ha crecido el programa, explica Vogel en su artículo. “Cuando el Programa Fulbright comenzó, apenas se vislumbraba que algún día sería considerado por muchos el programa insignia de los programas de intercambio internacional”, escribe.
La negociación de acuerdos con los gobiernos participantes y la creación de comisiones binacionales en el extranjero influyeron en la pronta aceptación de los intercambios, según Vogel. En la actualidad, las Comisiones Binacionales Fulbright de 49 países desarrollan las prioridades del programa. Los gobiernos de Estados Unidos y de los respectivos países anfitriones financian conjuntamente las comisiones, y las dirigen juntas compuestas por ciudadanos de Estados Unidos y del país asociado.
En los países que no cuentan con Comisiones Fulbright, las secciones de asuntos públicos de las embajadas de Estados Unidos supervisan el programa. Varias organizaciones sin ánimo de lucro administran componentes del programa en Estados Unidos en nombre del Departamento de Estado.
Crecimiento
En una carta del 10 de mayo de 1951 dirigida al presidente del consejo de becas, Truman dijo que el Programa Fulbright “nos está ayudando a todos a entendernos mejor que nunca”, al tiempo que combate eficazmente “las distorsiones sobre las condiciones sociales, económicas y políticas” en los 12 países que participaban en ese momento (Bélgica, Birmania, Francia, Grecia, Irán, Italia, Holanda, Nueva Zelanda, Noruega, Filipinas, Reino Unido y Estados Unidos).
El programa llegó a incluir a 40 países a finales de la década de 1950
El 27 de enero de 1958, el presidente Dwight D. Eisenhower pidió que se ampliaran los intercambios Fulbright, diciendo que “la información y la educación son fuerzas poderosas en apoyo de la paz”.
Posteriormente, el presidente John F. Kennedy ofreció su firme apoyo. Muchos exbecarios Fulbright han reforzado los lazos entre los países en el “«mercado común» de los asuntos educativos, científicos y culturales”, dijo. “Aquí, creo, está una de las áreas de mayor esperanza en nuestras relaciones exteriores, y un área que debe ocupar cada vez más su lugar como un componente principal de nuestra política exterior”.
En 2021, el Programa Fulbright celebra su 75 º aniversario. Comenzó ofreciendo oportunidades de intercambio en un número limitado de países. Hoy en día, opera en más de 160 países de todo el mundo.
Puertas abiertas
Los exbecarios Fulbright han ayudado a sus comunidades y al mundo. Entre ellos se encuentran
• 40 jefes de Estado o de Gobierno actuales o anteriores.
• 60 premios Nobel.
• 89 ganadores del premio Pulitzer.
• Muchos otros líderes en el servicio público, los negocios, la ciencia, la educación y las artes.
Entre los “fulbrighters” más destacados se encuentran Juan Manuel Santos, expresidente de Colombia que ganó el premio Nobel de la Paz en 2016; Thomas Pickering, diplomático y exembajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas; el historiador John Hope Franklin; los escritores John Steinbeck, Maya Angelou y Sylvia Plath; el físico Riccardo Giacconi, galardonado con el premio Nobel en 2002; el actor John Lithgow; la soprano de ópera Renée Fleming; el artista del vidrio Dale Chihuly, y el arquitecto Daniel Libeskind.
Muchos becarios Fulbright han hecho importantes contribuciones en sus campos y a menudo hablan del impacto positivo que su intercambio tuvo en sus vidas y comunidades.
El marroquí Sofyan Essarraoui, de 27 años, participó en el Programa Fulbright como asistente de enseñanza de Lenguas Extranjeras, enseñando cursos de árabe mientras también estudiaba en el Colegio Universitario Bennett de Greensboro (Carolina del Norte), durante el año académico 2019-2020. Regresó a Marruecos y trabaja en Marrakech como profesor de inglés y guía turístico para el Ministerio de Turismo marroquí. Dice que el Programa Fulbright le enseñó la cultura estadounidense y le ayudó a desarrollar fuertes habilidades de comunicación. Por su parte, dio a conocer a muchos estadounidenses la cultura marroquí.
El Programa Fulbright permitió a Amber Ajani, de 30 años, de Pakistán, estudiar ciencias ambientales en la universidad American University de Washington de 2014 a 2016. Dice que el programa le dio una “exposición internacional inestimable”. Hoy es becaria en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
“Me sorprendió lo limitada que había sido mi visión del mundo y lo mucho que me quedaba por aprender y experimentar”, dice. Se siente agradecida por la oportunidad, que incluyó “conocer a gente de diferentes partes del mundo con antecedentes, experiencias y perspectivas tan diversas”.
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