Panaut, los peligros que encierra

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Salvador García Juárez, Articulista invitado*

Ciudad de México, 15 de mayo de 2021.- La teoría conspiracionista del control de la sociedad estaría a punto de convertirse en realidad, pero no con la aplicación de la vacuna contra el Covid-19, sino con el llamado Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (Panaut) que, entre los peligros que encierra, podría tener dentro de sus fines el espionaje y el control de los mexicanos.

El nuevo padrón exige que todo titular de un teléfono celular facilite a su operadora telefónica datos personales como nombre, dirección, nacionalidad, firma e identificación oficial. Pero la cosa no para ahí. El Estado podría exigir -a ti y a mí- nuestros datos biométricos: huellas dactilares, iris de ojos, identificación de voz, facciones del rostro y hasta nuestro ADN. ¿Con qué pretexto?

El presidente Andrés Manuel López Obrador afirma que la creación del padrón de usuarios telefónicos servirá para combatir al crimen organizado y la comisión de diversos delitos que se cometen por medio de un celular como extorsión, secuestros y trata de personas y que no serán utilizados para otro fin. El famoso “Cachirulo” del Teatro Fantástico de la década de los 60s, con asombro le habría contestado ¡Señor presidente! ¿Y, de que quiere su chocolatote?

Imagino la impaciencia del presidente por ver desfilar a personajes como el “Chapo”, el «Mencho», o el «Mayo Zambada» en las telefónicas de su preferencia, con gran prisa para registrar sus celulares con su INE, iris de ojos y huella digital, como si fueran a aprovechar la “Gran Barata de Liverpool” ¡Háganme el reverendo favor!

De acuerdo a registros oficiales, desde los 447 penales que hay en el país sale el mayor número de llamadas telefónicas de extorsión hacia nuestros hogares y se coordina un número importante de los delitos de alto impacto que afectan a la sociedad. En respuesta desde “la mañanera” nos dan la inverosímil explicación que la 4T pretende combatir a los criminales con nuestros datos biométricos, utilizándolos seguramente como cañones de papel llenos de confeti.

En México, ninguno de los partidos políticos que nos han gobernado a nivel local o federal han mostrado voluntad política de combatir la nefasta corrupción que impera en el interior de los reclusorios y, hoy, el partido Morena no es la excepción, por lo que habría que preguntar ¿por qué los ciudadanos tenemos que pagar el costo de la inexplicable ineptitud y negligencia de los funcionarios encargados de velar por nuestra seguridad?

Son muchas las razones del porque la sociedad no debe avalar un padrón de esta naturaleza; la tarjeta SIM se consigue en mercados formales, informales o simplemente robándola; además que, el delincuente domina las técnicas para eludirlo. Por ejemplo, un delincuente le puede dar dinero a equis persona para que vaya a comprar unos 5 o 10 teléfonos; pero, a su nombre y seguramente lo hará por la necesidad obligada a llevar a cabo esta acción. Pero, después de cometer un delito con alguno de estos celulares, el responsable ante las autoridades será la persona que compró el aparato.

Otras formas son: utilizar plataformas de voz sobre IP cómo Skype; clonar los chips o comprarlos en Estados Unidos, donde no piden datos para adquirirlos. Con ejemplos como los anteriores, queda claro que en el Panaut, van a aparecer los datos de todo el mundo, excepto de los delincuentes: Además de que, se corre el peligro de que, con esta medida, incremente el robo de celulares de manera alarmante.

¿Cuánto se va a invertir en la seguridad de nuestros datos? Simplemente: ¡Nada! El Instituto Nacional de Telecomunicaciones (IFT), encargado de llevar a cabo este registro, gracias a la “austeridad republicana”, no se contempla dotarlo de presupuesto adicional y, por si fuera poco, cada año le recortan más lo que, lo tiene al borde del colapso.

México está en el ranking de los tres países más hackeados en donde en promedio se roban 5 millones de datos al año, no solo de la iniciativa privada como sucede con los bancos, sino también en el gobierno. Ahí están, por ejemplo, los casos de Pemex, CFE, etc., y Amlo pretende que nuestros datos sensibles queden en manos de las telefónicas y autoridades de seguridad y procuración de justicia; además, quedando expuestos a la delincuencia de la informática, y también, a alguno de los 148 carteles del crimen organizado contabilizados en el país. ¡Sí que da miedo!

Si el IFT, encargado de resguardar nuestros datos confidenciales no tiene dinero para hacer este padrón, menos va a tener recursos para crear los candados informáticos necesarios para proteger la información de 126 millones de celulares.

Como diría el clásico: “¡pero qué necesidad!”. En 2009, el antecedente del Panaut fue el Renaut, creado con la idea de combatir la delincuencia. Este padrón fue vulnerado y tristemente terminó en el mercado negro de Tepito, vendiéndose a cualquier comprador por tan solo 500 pesos; además de que, no solo no bajaron los delitos, sino que la extorsión telefónica aumentó en 40%. Y, ahora resulta que desde Palacio Nacional se pretende revivir la segunda versión del Renaut; pero, además, con la terquedad de recabar nuestros datos biométricos.

Podríamos pensar que, tal vez, al presidente le explican y no entiende o no entiende y no le explican, o en Morena y la 4T lo entienden tan bien y lo tienen tan claro que gracias al imperialismo exacerbado que, ya empieza a manifestarse, creen que contar con los datos biométricos les facilitará el trabajo no solo para la seguridad, sino para otras muchas cosas más.

Está claro que con tu huella dactilar y tu voz pueden contratar un crédito a tu nombre o vaciar tu cuenta bancaria; también, desaparecer, de una manera tan simple de las redes sociales, todo rastro de aquel que disienta con el presidente López Obrador. Más grave aún, podrían involucrarte en un crimen de Estado, contando para ello con todos tus datos biométricos para probar que sí lo cometiste. ¡Vaya!

La idea del Panaut, al parecer, no solo podría ser una puntada más del presidente López Obrador, sino, también, posiblemente una idea descabellada que podría tener consecuencias funestas para los ciudadanos de este país. ¿Hay alguna otra razón válida por la que lo mexicanos estemos dispuestos en legitimar este nefasto Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil? Conste, es pregunta.

* Presidente del Consejo Nacional de Defensa a la Ciudadanía, A.C. (presidencia.cndc@gmail.com)

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