Washington, D. C., 20 de diciembre de 2018.- La fortaleza duradera de la relación bilateral entre Estados Unidos y Filipinas puede verse desde muchos ángulos, desde el comercio y la inversión hasta la educación y los intercambios culturales, pasando por la colaboración estrecha cuando se producen desastres naturales.
En ninguna parte es más evidente la cercanía de la alianza que en los robustos lazos militares de los aliados. Hoy se mantienen unidos con la misma firmeza que en la Segunda Guerra Mundial, cuando soldados estadounidenses y filipinos lucharon uno junto a otro para cambiar la situación en el Pacífico.
Seis años después del final de la guerra, los aliados firmaron un tratado de defensa mutua que reconoce que un ataque armado en el área del Pacífico contra cualquiera de las partes sería una amenaza para la paz y la seguridad de ambos países.
Durante el ejercicio anual de entrenamiento conjunto conocido como “Balikatan” (“hombro con hombro” en idioma filipino) y otros ejercicios, “nuestros dos ejércitos construyen fuerzas eficaces y preparadas que son capaces de responder a los desafíos de seguridad centrándose en una variedad de misiones, incluyendo la defensa mutua, la lucha contra el terrorismo y la asistencia humanitaria y el socorro en casos de desastre”, expresó el embajador de Estados Unidos en Filipinas, Sung Kim.
Los dos aliados también colaboran estrechamente en la lucha contra el terrorismo. La policía filipina ayudó a las autoridades estadounidenses a rastrear y, finalmente, capturar al autor intelectual del atentado original contra el Centro Mundial del Comercio en 1993. El ejército estadounidense brindó apoyo de inteligencia y reconocimiento al ejército filipino cuando expulsó a los militantes islámicos de la ciudad de Marawi en la isla de Mindanao, en el sur de Filipinas en 2017.
Más recientemente, Estados Unidos aportó 26.5 millones de dólares en ayuda no militar contra el terrorismo a los organismos filipinos encargados de hacer cumplir la ley, incluido el apoyo a la investigación y el enjuiciamiento de casos de terrorismo y programas de lucha contra la radicalización y el extremismo violento.
Estos esfuerzos conjuntos son “otro potente ejemplo de la profundidad y amplitud de nuestra relación como amigos, socios y aliados”, dijo Kim.
En el Pentágono el 18 de septiembre, el secretario de Defensa, James Mattis, y el secretario de Defensa Nacional de Filipinas, Delfín Lorenzana, reafirmaron la asociación de defensa mutua.
Mattis también agradeció al secretario Lorenzana por la contribución de su país a la seguridad marítima por medio de sus patrullas aéreas y marítimas trilaterales con Indonesia y Malasia en los mares de Sulú y de Célebes.
