México: el rescate de la identidad por la educación

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Víctor Manuel Barceló R.*

Los empeños por la formación educativa para una vida de bienestar generalizado de la población en México –de modo muy similar en la Región Latinoamericana y Caribeña- viene construyéndose con altibajos, producto de la falta de continuidad de la visión y misión de los gobiernos, que con diversas tendencias e intereses políticos atentan contra la educación, mismos que se suceden a partir de la última década del S. XX y lo que va del XXI, en que se modifica el sentido de la formación de los habitantes, cada vez más alejada de sus intereses vitales, encausada a la formación de amanuenses.

El fondo de la educación nacional mexicana se remonta a las antiguas culturas originarias (Olmeca, Maya, Mexica, Tolteca, Teotihuacana, Mixteca, Zapoteca, Cholulteca y otras) que son simiente nativa y resisten a la presión de religiones y el implante de dioses ajenos, para constituir en el tiempo el mestizaje. Este es el nacimiento del mexicano actual, producto de la yuxtaposición de la cultura europea –a través de la invasión-conquista del imperio español a la Región- con un coloniaje de tres siglos y dos más de un México independiente, logro de hombres proverbiales como: Miguel Hidalgo y su decreto de abolición de la esclavitud (1810) y José María Morelos que con sus Sentimientos de la Nación (1813), dieron vida a la construcción de la 1ª Transformación de la Nación. Pero el país era joven, rico en recursos naturales y fronteras abiertas, que le hicieron pasto de otros intereses imperiales, que habrían de mutilarle más de la mitad de su territorio para constituir el gran imperio al norte.

La educación mantiene tendencias y controles religiosos que se prolongarían por más de la mitad del S. XIX. Sin embargo, otras influencias se hicieron sentir en ese terreno. La Compañía Lancasteriana surge como nueva manera de educar, a finales del S. XVIII. El fundador de este sistema fue Evangelista Torricelli, un italiano considerado el pionero en hacer esta nueva técnica educativa en la que los alumnos más avanzados enseñaban a los demás. También se le llamó “Sistema de enseñanza mutuo” o “lancasteriano”.

Se cristaliza el método en México –que ya estaba siendo utilizado en diversos países de la Región Latinoamericana y Caribeña- por Manuel Codorniu, en 1821, médico particular de Juan O’Donojú, el último virrey de la Nueva España. Así, funda la compañía Lancasteriana -22 de febrero de 1822- para apoyar la gestión de Agustín de Iturbide, cuyo gobierno estaba carente de fondos suficientes para un proyecto educativo que cubriese las necesidades de muchos miles de niños y adolescentes. Los fundadores fueron: Manuel Codorniu, Manuel Fernández Aguado, Agustín Buenrostro, Ignacio Rivoll, Eduardo Torreau, el general de división José María Tornel y el coronel Eulogio Villaurrutia.

La 1ª escuela instalada con este sistema fue la de “El Sol”. En 1823 se abrió la 2ª, nombrada “Filantropía”, utilizando un ex convento. A los estudiantes, dentro del sistema lancasteriano, se les daban lecciones durante seis horas de clase: lectura, aritmética y catecismo del Padre Ripalda eran la base. Disponían de un receso de dos horas, al medio día. Se extendió a muchas escuelas particulares y fue declarado método oficial para las escuelas gratuitas municipales en 1823. Entre 1842 y 1845, el gobierno federal entregó a la compañía lancasteriana la educación primaria de toda la república. Al terminar su gestión general dejó 106 escuelas primarias en la capital, todos usando el sistema mutuo o lancasteriano.

Benito Juárez en la presidencia de México, profesaba el afán de conformar una educación formal. Hacer una educación más normativa. Entre 1856 y 1867 se empezó este periodo de reforma educativa por parte de los liberales. La compañía lancasteriana inició su declive en 1870, también porque los municipios empezaron a construir una estructura educacional mucho más nutrida. La compañía se disolvió en México bajo la presidencia de Porfirio Díaz, en 1890.

* Víctor Manuel Barceló Rodríguez es un político mexicano, ex-diplomático y ex gobernador interino del Estado de Tabasco. Desde muy joven, militante del Partido Revolucionario Institucional. Fue subsecretario de Organización Agraria de la Secretaría de la Reforma Agraria en 1985 y, posteriormente, embajador de México en Colombia. Fue representante de México ante las ONU.

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