Devolver a millones de niñas sus ‘días perdidos’

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Washington, D. C., 27 de marzo de 2019.- Durante a una visita a un orfanato en Kenia en el año 2008, Celeste Mergens, trabajadora de asistencia humanitaria del Estado de Washington, se enteró que durante varios días al mes las niñas se sentaban en cajas de cartón, con frecuencia pasando hambre a menos que alguien les llevara algo de comer.

Fue entonces que Mergens se enteró de que muchas mujeres y niñas de los países en vías de desarrollo no tienen acceso a productos de higiene femenina.

“Supe que teníamos que hacer algo al respecto, para que no perdieran sus clases y fueran aisladas en sus cuartos”, dijo Mergens.

Ese año Mergens fundó una organización denominada “Días de las Niñas” (Days for Girls) que recluta voluntarios para coser compresas absorbentes, lavables y reutilizables, empaquetadas en paquetes con colores llamativos.

Mergens dijo que, en principio, consideró producir productos desechables, pero pronto se dio cuenta que las mujeres y las niñas necesitaban algo sostenible “con que pudieran contar mes tras mes”.

Actualmente, hay unos 60,000 voluntarios en países de seis continentes que conforman una red global que distribuye los equipos junto a folletos educativos sobre la salud y la menstruación a mujeres y niñas de 127 países. La elaboración de los paquetes está organizada por “fuente abierta” de modo que cualquiera pueda hacer las compresas reutilizables en cualquier parte del mundo.

El impacto de “poder recuperar sus días”
Mergens dijo que eligió el nombre “Días de las Niñas” porque “les devuelve los días, los días para la educación, la oportunidad, la salud y la dignidad”.
“Hasta que las mismas niñas me dijeron que las explotaban sexualmente a cambio de una sola compresa desechable no me di cuenta del impacto tan enorme de no tener lo que se necesita para esta básica función biológica”, dijo Mergens.

La organización Días de las Niñas no es la única que participa en este asunto. Por ejemplo, en Los Ángeles, un grupo de estudiantes de secundaria hizo una venta de pasteles para ayudar a que escuelas rurales de la India tengan máquinas de coser las compresas sanitarias para que las niñas puedan quedarse en la escuela. El proyecto, en el que les ayudó la profesora de inglés Melissa Berton, atrajo la atención de una joven directora estadounidense de origen iraní, Rayka Zehtabchi, que hizo un documental corto sobre la máquina para hacer las compresas.

La película, titulada “Period. End of Sentence” (juego de palabras con el vocablo inglés “period”, que significa tanto “menstruación” como el signo de puntuación “punto” en una frase) hizo que Zehtabchi ganara un óscar, siendo la primera mujer estadounidense de origen iraní en ganar una estatuilla.

Luego de terminar la filmación, se creó la organización “The Pad Project” (“proyecto compresa sanitaria”) como una manera de ayudar a que las mujeres de todo el mundo abran un negocio para distribuir las máquinas para hacer las compresas sanitarias.

Utilizando de nuevo el juego de palabras en inglés el proyecto tiene el lema de que la menstruación no debe acabar con la educación de una niña, según dijo Zehtabchi al aceptar el óscar.

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