Ciudad de México, 25 de septiembre de 2020.- De acuerdo con el experto Gino Jafet Quintero Venegas, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Unam, la recuperación del sector turismo no será a corto plazo, pues hasta que no exista una vacuna para el Covid-19, será difícil que los paseantes tengan nuevamente confianza para desplazarse a distancias largas, además de que, cada vez, son más frecuentes los viajes cercanos.

“Los analistas más optimistas dicen que a mediados de 2021 tendremos una reactivación del turismo a niveles similares de hace ocho o 10 años, pero otros aseguran que hasta 2025 vendrán nichos de oportunidad, porque, aparentemente, empezarán a implementarse espacios nuevos para satisfacer las demandas del turismo nacional que sustituirán a las derramas internacionales”, refiere.

Asegura que en México hay empresarios que tienen interés por la actividad turística más ecológica, pero lo considera una contradicción porque para ello es necesario controlar la capacidad de carga turística, es decir, limitar el número de viajeros en los destinos para privilegiar la conservación por encima de la derrama económica. Añade: “hasta que no haya la seguridad de poder viajar será complicada la reactivación”.

En ese sentido, Gustavo López Pardo, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas (Iiec) de la Unam, coincide y añade que el turismo masivo genera la sensación de alerta por riesgo de contagio de la Covid-19, por lo que se debe pensar en qué es lo que beneficia al turista, a la sociedad y a la economía. Considera que esta es una gran oportunidad para impulsar el turismo interno, que fortalezca al mercado regional y que coadyuve a la reactivación económica a nivel nacional.

Jafet Quintero asegura que con la adopción del turismo rural la economía se volvió más vulnerable y puede verse con los pueblos mágicos, que aunque no son plenamente rurales, apuestan por esa industria para su crecimiento económico. Sin embargo, con la situación de pandemia se volvieron aún más vulnerables.

“El gobierno mexicano podría implementar planes como los de la Unión Europea para un turismo rural integrado, en el que las actividades económicas del campo potencien la actividad turística sin que ésta se vea como el motor de todo, sino como un engranaje de todo”, agrega.

La llamada industria sin chimeneas se concentró, principalmente, en los destinos de playa. Los grandes desarrollos hoteleros y turísticos se enfocaron en invertir en las zonas costeras de México y el mundo. Así, por décadas, los pueblos y zonas rurales quedaron marginados de los beneficios que genera el turismo, como la creación de empleos, progreso de las localidades y de sus habitantes.

En suma, generación de riqueza que se traduce en bienestar. No obstante, los cuantiosos ingresos que se obtienen por esta actividad, en la actualidad es uno de los sectores más afectados por la pandemia de la Covid-19.

En ese sentido, y de acuerdo con la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas (OMT), de 100 a 120 millones de empleos directos están en riesgo de perderse. Mientras que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) prevé una pérdida del 1.5 por ciento al 2.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.

En este año, el Día Mundial del Turismo, que se celebra el 27 de septiembre, tiene como lema “Turismo y desarrollo rural”, y se refiere a la creación de oportunidades fuera de las grandes ciudades y la preservación del patrimonio cultural y natural. Para Naciones Unidas y el mundo, este sector es un pilar económico que proporciona trabajo y nuevas oportunidades, especialmente a poblaciones desfavorecidas.

Anuncio

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí