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Washington, D. C., 6 de mayo de 2019.- Los gobiernos opresores están comprando tecnología de China que les permite rastrear y vigilar a sus ciudadanos, según una alta funcionaria del Departamento de Estado.

“China exporta conocimientos de tecnología que puede ayudar a los gobiernos autoritarios a rastrear, premiar y castigar a los ciudadanos por medio de un sistema de vigilancia digital”, dijo Kimberly Breier, secretaria adjunta de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, en un discurso que pronunció al 26 de abril ante el Consejo de las Américas.

China fue pionera en esta tecnología en regiones como Tibet y Sinkiang para espiar a los tibetanos, los uigures, los kazajos y a miembros de otros grupos minoritarios.

Los acuerdos para exportar esta vigilancia de alta tecnología y los equipos de rastreo con frecuencia son parte de la iniciativa de “la Franja y la Ruta” de China, de acuerdo a un informe reciente de evaluación de “la Franja y la Ruta” de China, realizado por el Centro para la Nueva Seguridad de Estados Unidos (Center for a New American Security, Cnas).

Por ejemplo, Zimbabue, como parte de un acuerdo comercial de la Franja y la Ruta “está importando el sistema de reconocimiento facial de China y posiblemente lo aplique de modo que pueda reducir el costo del autoritarismo”, indica el informe.

China exporta su filosofía
El “modelo chino para el desarrollo económico y para el control del Internet cada vez se está haciendo más atractivo para los líderes de tendencia autoritaria en todo el mundo”, dijo Adrian Shahbaz, director de investigación en la organización Freedom House para tecnología y democracia, en un estudio realizado en febrero sobre los lazos entre tecnología y autoritarismo.

En el informe de Freedom House “Libertad en la Red 2018”, 18 de los 65 países analizados habían comprado sistemas de compañías chinas como Yitu, Hikvision y CloudWalk. Estas compañías combinan los “avances en la inteligencia artificial y el reconocimiento facial para crear sistemas capaces de identificar amenazas al orden público”. Todas esas compañías mejoraron su tecnología en Sinkiang, vigilando a los uigures.

“Pekín tomó medidas para propagar su modelo en el extranjero con la realización de sesiones de capacitación a gran escala para funcionarios extranjeros y proporcionando tecnología a los gobiernos autoritarios”, indica el informe de Freedom House.

Entre los regímenes que compran a China sus sistemas de vigilancia figura Venezuela que también contrató a la empresa china de telecomunicaciones ZTE para crear una tarjeta nacional de identidad que se conecta a una base de datos que el gobierno usa para controlar y reprimir a los venezolanos, según Breier.

Un futuro desolador
El presidente chino Xi Jinping dijo en un discurso de 2017, en el XIX Congreso del Partido Comunista de China, que “la senda, la teoría y el sistema” del modelo de gobierno de China “ofrece una nueva opción para otros países y naciones”.

El informe de Freedom House lo describe de manera diferente diciendo que China “está recreando el mundo a imagen de su distopía tecnológica”.

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