Ciudad de México, 17 de julio de 2019.- Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera pronto será un interno más en la cárcel ADX Florence, la máxima prisión de los Estados Unidos, ubicada cerca del poblado Florence, en el Estado de Colorado, EU.
Atrás habrá quedado el mito del sinaloense que se escapó dos veces de cárceles de máxima seguridad en México. Lo hizo en forma increíble, casi, casi, anecdótica.
Nacido en un poblado serrano de Sinaloa, en el noroeste nacional, el Chapo Guzmán siempre mantuvo un bajo perfil, a diferencia de otros grandes narcotraficantes que acostumbraban legar su vida y hazañas en narcocorridos, la versátil música norteña que narraba, con pelos y señales, la vida de esos amos del narcotráfico.
No se conoce algún narcocorrido que se hay escrito para narrar sus hazañas, como sí existen muchos dedicados y escritos ex profeso para sus compañeros, como El Señor de los Cielos, Caro Quintero y otros atrevidos barones del narcotráfico.
El Chapo, por el contrario, pasó casi desapercibido hasta sus huidas de los penales de máxima seguridad. Incluso, apareció en la mundialmente lista de los hombres más ricos del mundo.
Ahora, todo eso será mito. Su realidad será otra: condenado a cadena perpetua, más 30 años de prisión y alguna otra condena para evitar que algún día pudiera salir libre.
Su destino está echado: ADX Florence, cercana a las Montaña Rocallosas, será su aposento. Estará confinado en una pequeña celda 23 horas al día con una sola hora para ejercitarse.
Sus compañeros de prisión serán terroristas, multiasesinos y otros condenados más, radicados en esta prisión, catalogada de máxima seguridad en EU, inaugurada en 1994 y con 405 residentes, hasta ahora.
