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Washington, D. C., 14 de diciembre de 2018.- Crecer en Kosovo, a principios de la década de 2000, hizo que Elena Gallina, la hija de los trabajadores estadounidenses de ayuda humanitaria que trabajan en ese país, tuviera un conocimiento íntimo de los desafíos de la reconstrucción de un país después de un conflicto armado.

Hoy en día, Gallina se está preparando para sus estudios en la Universidad de Oxford en Inglaterra como becaria estadounidense de Rhodes. Allí realizará una maestría en estudios sobre refugiados y migración forzada y una maestría en Administración de Empresas. Está particularmente entusiasmada con la idea de ayudar a mujeres y niñas atrapadas en conflictos.

“Espero que me permita lograr que más personas tengan acceso a conseguir su propio empoderamiento”, dice Gallina, que trabajó como intérprete de refugiados albaneses mientras estudiaba en la Universidad Estatal de Boise, en Idaho.

Gallina está entre los 32 estudiantes estadounidenses elegidos en la promoción 2019 de los becarios Rhodes de Estados Unidos. Casi la mitad de los becarios estadounidenses de 2019 son inmigrantes o estadounidenses de primera generación, y 21 son mujeres, la mayor cantidad de mujeres elegidas en una promoción Rhodes estadounidense.

Las becas fueron otorgadas en 1902 por el empresario y magnate británico de la minería Cecil Rhodes.

Lia Petrose planea obtener una segunda licenciatura en informática y filosofía en Oxford. Como estudiante en la Universidad de Pittsburgh, Petrose estudió cómo utilizar los historiales médicos electrónicos de una manera que mejore la forma en que se proporciona la atención médica a los pacientes en países en desarrollo como Malaui. Actualmente, Petrose es asistente de investigación en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y está investigando los incentivos públicos y privados para la innovación en los mercados de cuidados de la salud.

“Espero utilizar los datos de salud para informar a los que toman decisiones clínicas, especialmente en entornos de bajos recursos como Malaui y Etiopía, al mismo tiempo que defiendo la propiedad de estos datos por parte de los pacientes y su capacidad al respecto”, dice Petrose, quien creció en Etiopía. Espera que el programa de Oxford le ayude a adquirir las habilidades técnicas que necesita para computar los datos de los historiales médicos electrónicos y, al mismo tiempo, explorar las cuestiones morales en torno a la defensa de los pacientes, como la privacidad y el acceso a la investigación.

Rayan Alsemeiry tiene planeado hacer una maestría en filosofía en Oxford. Habiendo pasado por períodos de desamparo cuando su familia se mudó por primera vez a Mesa (Arizona), desde Arabia Saudita en 2001, desarrolló una pasión por ayudar a las comunidades vulnerables. Actualmente, estudia pobreza y exclusión social en la Universidad de Yale.

“La beca Rhodes me permitirá dedicarme por completo a pensar en cómo podemos abordar la pobreza y el aislamiento social, temas que personas como mi mamá y muchos de mis vecinos de Mesa enfrentan durante toda la vida”, dice.

Gallina, Petrose y Alsemeiry se encuentran entre los 100 becarios Rhodes de más de 60 países que asistirán a Oxford a partir de octubre de 2019.

La autora de este artículo es la redactora independiente Linda Wang.

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