Jorge Herrera Valenzuela*
En este septiembre, el mes patrio de los mexicanos, vivimos una nueva etapa. Empezó hace dos meses y medio, no el cambio de una etapa, sino la era de la transformación.
Dejémonos de especulaciones y entendamos que debemos sembrar sin violencia, para cosechar sin tempestades. Esperemos serena y tranquilamente a que los que vienen trabajen y cumplan con lo que prometieron en la campaña. Estoy cierto de que, sin caer en los extremos, siempre peligrosos, sin banderas revanchistas y con verdadero nacionalismo transformador, México habrá de recuperarse de la crisis social en que estamos inmersos desde 2013.
Sin duda alguna, las redes sociales son el vaso comunicante con mayor inmediatez. Todas las noticias llegan en el momento que se están produciendo. La crítica en torno a los sucesos oficiales y particulares están a la orden del día. Ni qué decir de las muestras del ingenio y la sátira referidas a deportistas, a artistas, a senadores, a diputados, a gobernadores y a todo el que se les atraviesa en el camino.
Bueno, pues, en esta ocasión doy paso a la transcripción de un supuesto diálogo entre un gringo y un mexicano. Cada uno de los que visitan está página digital queda invitado para, si lo considera, comentarlo en su medio social. Desconozco quién es el autor, pero el que lo hizo circular escribió: “Esto es lo más bello y significativo que he leído sobre mi México”.
– “Gringo (G): Hola, ¿de dónde eres?
– Mexicano (M): Hola, soy de México.
– G.- Aahh! La tierra del Chapo, los narcos, la marihuana, crímenes y extorsiones.
– M.- Disculpe, ¿es usted adicto, ¿verdad?
– G.- No!!! ¿Por qué?
– M.- Porque si usted fuera deportista me habría identificado con Ana Guevara, Hugo Sánchez, Julio César Chávez, el Finito, el Chicharito Hernández, el Canelo Álvarez, Rafael Márquez, etc.
Y si usted fuera culto, me habría preguntado sobre las grandes culturas como los Mayas, los Aztecas, los Olmecas, los Chichimecas.
Y si usted hubiera viajado, me preguntaría por nuestras ruinas arqueológicas, nuestras ciudades coloniales, nuestras grandes megalópolis o nuestras exuberantes playas. O por nuestra biodiversidad de selvas, playas, desiertos, bosques.
Me habría identificado con nuestros grandes pintores: Diego Rivera, Rufino Tamayo, Frida Kahlo, José Clemente Orozco, o nuestros compositores: Agustín Lara, Consuelo Velázquez, Armando Manzanero, Juan Gabriel, José Alfredo Jiménez; o nuestros escritores y poetas: Sor Juana Inés de la Cruz, Juan Rulfo, Octavio Paz, Juan José Arreola, Elena Poniawtoska, Amado Nervo, Jaime Sabines; o nuestros inventores y científicos: Manuel Mondragón, Guillermo González Camarena, Luis Ernesto Miramontes; nuestros cineastas: Ismael Rodríguez, Emilio Fernández, Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu, Emmanuel Lubezki e incluso Luis Buñuel que siendo español, adoptó la nacionalidad mexicana.
Y si usted fuera un gourmet, me habría preguntado por los tamales, la cochinita pibil, el mole, el adobo, los chilaquiles, los chiles en nogada, el guacamole, el pan de muerto, etc.
Por nuestras bebidas: el tequila, el mezcal, los vinos, las cervezas.
Sin embargo, veo que sólo conoce al proveedor de su adicción.
Sólo quiero probarle que México es muchos más de lo que la gente ignorante cree. Que somos muchos mexicanos honestos que incluso si no nos conoce le abriremos las puertas de nuestra casa y le encantará conocernos y visitarnos, porque México es aún muchísimo más maravilloso de lo que yo pueda contarle. ¡Viva México!
La primera celebración del “Grito”
Mi pequeña e inquieta nieta Aura me dijo que deseaba saber desde cuándo “es la fiesta del 15 de septiembre” y me fui al archivo periodístico, donde me encontré que “la fiesta” (utilizo el término expresado por la niña) comenzó con la celebración del que conocemos como “Grito de Independencia” en un edificio del poblado de Huichapan, en el hoy Estado de Hidalgo, siendo el general tlalpujuaquense Ignacio López Rayón quien el 15 de septiembre de 1812 rindiera honores, con una descarga de artillería, a los iniciadores del movimiento libertario. En el año 1825 y desde Palacio Nacional, Guadalupe Victoria fue el primer presidente de los Estados Unidos Mexicanos que ondeó la bandera nacional y lanzó ¡Vivas! a Hidalgo y a Allende.
El Himno Nacional, hace 164 años
Correspondió a Miguel Lerdo de Tejada, el más liberal de los liberales en el Siglo XIX, convocar al certamen para que compositores y músicos le dieran a los mexicanos un Himno Nacional, después de las composiciones musicalizadas que surgieron desde 1826 cuando Guadalupe Victoria despachaba como el primer presidente de los Estados Unidos Mexicanos. La historia es muy amplia y casi todos los mexicanos hemos oído hablar de Francisco González Bocanegra y de Jaime Nunó Roca, autores de nuestro vibrante y patriótico Himno Nacional; el potosino escribió la letra y el catalán creó la música. La noche del 15 de Septiembre de 1854 en el Teatro Santa Anna, el Himno fue interpretado por primera ocasión; los intérpretes fueron la soprano Claudina Fiorentini y el tenor Lorenzo Salvi. Por cierto, el once veces presidente Antonio López de Santa Anna no acudió al evento, al cual él invitó inclusive al Cuerpo Diplomático.
Los jurisconsultos, de fiesta
Para seguir en los pasajes del mes de septiembre, encontramos en las páginas de la historia que el 21 del citado mes, en el año 1551, en la Real y Pontificia Universidad de México de todas las ciencias, dio comienzo la enseñanza del Derecho en la Facultad de Cánones y Leyes. El establecimiento de la institución está asentada en una Cédula Real del Emperador Carlos V, enviada al virrey Luis de Velasco. Transcurrieron más de tres siglos para que la institución fuera denominada Escuela Nacional de Jurisprudencia y el 29 de marzo de 1955 se elevó académicamente a Facultad de Derecho, siendo la Generación 1956 de Abogados la primera que cursó los cinco años de estudio en la Ciudad Universitaria. El plan de estudios hace 467 años contemplaba las cátedras de Teología, Escrituras, Cánones, Leyes, Artes y Gramática. Para ejercer como abogado, el aspirante era examinado por personajes de la Real Audiencia.
P.D. Está circulando un mensaje que escribió el diputado morenista Azael Santiago Chipi y dirigente seccional de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, Cnte, luchador junto con el exebrardista Mario Delgado, dueño del control absoluto de la Cámara de Diputados, para que de la Reforma Educativa no quede ni una coma. He aquí lo que escribió el profesor oaxaqueño: “Concluimos con la sesión en el congreso (sic) y logramos la aprovación (sic) de un punto de acuerdo, en donde exhortamos a las Autoridades Educativas y Estatales a suspender de manera inmediata, cualquier proceso de evaluación….”. Sin comentario.
* Jorge Herrera Valenzuela es reportero jubilado. Durante varios años fue jefe de Información del Diario capitalino La Prensa; se desempeño como maestro en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, y trabajó en la Coordinación General de Comunicación Social de la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA), actual Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu). jherrerav@live.com.mx
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