Acuerdos de ‘navegantes a bordo’ con Estados Unidos para proteger las aguas del Pacífico

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La República de las Islas Marshall tiene una gran tarea: vigilar más de 2.1 millones de kilómetros cuadrados de océano (Pacífico) de su zona económica exclusiva, el área de agua en la que tiene los derechos soberanos de pesca, perforación y otras actividades económicas. La cadena de islas consiste en 181 kilómetros cuadrados de tierra.

Por medio de acuerdos internacionales, conocidos como acuerdos para tener oficiales a bordo entre países, los barcos de Estados Unidos pueden ayudar a las Islas Marshall a cuidar esas aguas. Gracias a un acuerdo de 2013 los oficiales encargados de aplicar la ley en la isla nación pueden embarcarse en las naves de la Guardia Costera de Estados Unidos y de la Armada de Estados Unidos y convertirse en “navegantes a bordo”. Pueden prohibir a las naves involucradas en actividades ilegales, como la extracción de las aletas de tiburón, así como el contrabando de drogas y armas.

Estados Unidos tiene en el Pacífico acuerdos para navegantes a bordo con las islas Cook, Kiribati, los Estados Federados de Micronesia, las islas Marshall, Tonga, Samoa, Palao, Nauru y Tuvalu.

En 2011, las islas Marshall establecieron la zona santuario más grande del mundo para el tiburón. Con esto quedó prohibida la pesca del tiburón en esa vasta franja del océano. Por ello, cuando los navegantes de las islas Marshall a bordo de un patrullero de la Guardia Costera de Estados Unidos encontraron a un barco haciendo la pesca ilegal del tiburón de inmediato lo cerraron y multaron a la nave con 125,000 dólares.

“Hemos generado ingresos con la ley y hemos convertido en creyentes a todos aquellos que decían que no sería aplicable”, dijo Tony deBrum, un antiguo líder político de las islas Marshall, en una entrevista con el fondo de caridad Pew Charitable Trusts.

Los navegantes a bordo marcan una diferencia
La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada del atún les cuesta a los países ribereños del Pacífico más de 600 millones de dólares al año, según cálculos de 2016. Un estudio coloca esa cifra en hasta 23,500 millones de dólares en todo el mundo, o sea, uno por cada pescado atrapado.

Ello marca una gran diferencia en la vida de la gente. El Banco Mundial calcula que las pesquerías permiten el sustento de entre el 10 y 12 por ciento de la población mundial.

“Establecer estos acuerdos bilaterales para los navegantes a bordo nos permite a nosotros tanto proteger nuestras propias [zonas económicas exclusivas], como también ayudar y crear capacidad y conocimiento con esos países con los que tenemos acuerdos”, dijo Richard Howes, de la Guardia Costera de Estados Unidos, que supervisó el cumplimiento de las operaciones en el Pacífico en 2016, en una entrevista con la revista Sea Power.

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