La mayoría de la investigación en México está enfocada a desarrollar conocimiento y muy poca está orientada a atender las necesidades del mercado, lamentó, en entrevista, Brenda Valderrama Blanco, titular de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología del Estado de Morelos.

Señaló que cuando las investigaciones están diseñadas a resolver una problemática específica tienen más probabilidades de terminar en un producto o servicio.

“Tenemos 279 patentes nacionales que algunas de ellas ya van para los 10 años –cuando tienen una validez de 20 años- que nadie las ha comercializado. Invertir en una investigación, invertir en un proceso de patentamiento, invertir en una patente, mantener una patente que nadie quiere no es buena idea, es mejor invertir en un proyecto que tenga un cliente que al final la comercialice y la lleve el mercado”, dijo la integrante del Sistema Nacional de Investigadores.

Una filosofía innovadora
Para el gobierno de Morelos, una prioridad es fomentar una filosofía innovadora en los jóvenes enfocada a la solución de problemas nacionales a través de proyectos.

“Nos interesa muchísimo en el gobierno del estado la creación de empresas con jóvenes desde el bachillerato hasta el doctorado, que con sus propias invenciones puedan generar Startup, empresas de base tecnológica. La incubadora de empresas del gobierno del estado apoya cinco proyectos cada año, vamos por el tercer año y les hace una inversión de medio millón de pesos en promedio a cada empresa, para llevarlas desde la idea hasta el producto y además ayudamos a buscar inversionistas privados para llevar su producto al mercado nacional e internacional”, detalló.

La secretaria de Innovación, Ciencia y Tecnología de Morelos explicó que el modelo de vinculación consiste en que la institución o universidad firma un contrato donde cede gratuitamente a los jóvenes la patente para que la comercialicen.

Explicó que este modelo tiene dos grandes virtudes: promover el desarrollo tecnológico y la transferencia de tecnología.

“La patente se hace cuando ya alguien la va a licenciar y la va hacer productiva, y esto no significa necesariamente que la institución va a perder beneficios, al contrario, crea una vinculación muy robusta, muy profunda que va a seguir dando proyectos a largo plazo”, aseguró Valderrama, quien realizó estudios de licenciatura, maestría y doctorado en el Programa de Investigación Biomédica Básica de la Universidad Nacional Autónoma de México, institución que forma parte de la Mesa Directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (Fccyt).

Vinculación academia-empresa
Brenda Valderrama explicó que hay dos forma para la vinculación academia-empresa; una es realizar una investigación por contrato, “esa, gracias a los programas federales como el Programa de Estímulos a la Innovación, y a la propia innovación que ocurre a nivel estatal, ha ido mejorando; en ese sentido cada vez más los investigadores están dispuestos a hacer proyectos a más corto plazo y hacerlos sobre contrato para entregar los resultados, y por otro lado, los inversionistas están entendiendo que los investigadores les pueden resolver problemas concretos con una inversión mucho más baja que si lo hicieran solos, de esta forma, estos pequeños contactos, uno a uno, están generando ya vinculaciones a largo plazo muy productivas para ambos lados”.

La otra opción para la vinculación academia-empresa es a través de la generación de proyectos que pueden emerger de las instituciones y crear nuevas empresas, sin embargo, esa parte todavía está más complicada y lenta “porque la academia no tiene el ritmo de trabajo que requiere una empresa, sigue viéndolo como un proyecto a largo plazo y las empresas requieren soluciones en semanas o meses, no en años”, explicó la investigadora que realizó una estancia posdoctoral en el Imperial College, en Londres, Inglaterra.

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