Manual para la planificación y el diseño urbanos con perspectiva de género

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• La planificación y el diseño urbanos modelan el entorno que nos rodea, y ese entorno, a su vez, conforma el modo en que vivimos, trabajamos, jugamos, nos movemos y descansamos.
• Históricamente, las ciudades han sido planificadas y diseñadas por los hombres y para los hombres. Tienden a reflejar los roles de género tradicionales y la división del trabajo en función del género. En general, las ciudades resultan más adecuadas para los hombres heterosexuales, cisgénero y sin discapacidades que para las mujeres, las niñas, las minorías sexuales y de género, y las personas con discapacidades.
• La publicación Handbook for Gender-Inclusive Urban Planning and Design (Manual para la planificación y el diseño urbanos con perspectiva de género) (i) busca responder a estas preguntas urgentes: ¿de qué manera podríamos planificar y diseñar ciudades que funcionen bien para todas las personas? ¿Cómo sería una ciudad de ese tipo y cómo la crearíamos?

Principales conclusiones
Las mujeres ocupan solo el 10% de los puestos más importantes en los principales estudios de arquitectura del mundo, y las ciudades se han planificado y diseñado, históricamente, para reflejar los roles de género tradicionales y la división del trabajo en función del género. Por consiguiente, las ciudades funcionan mejor para los hombres que para las mujeres.

Los hombres, las mujeres, las minorías de género y las personas con capacidades diferentes tienden a utilizar el espacio público de manera distinta: todas las personas tienen necesidades y rutinas diferentes cuando se trata de la manera en que acceden a la ciudad. Sin embargo, la ciudad se construye para un usuario masculino “neutro”, con lo que quedan desatendidas las necesidades, los intereses y los hábitos de las mujeres y niñas de la ciudad.

Hay seis áreas temáticas en el entorno urbano que, al combinarse con la desigualdad de género, limitan, incomodan e incluso ponen en peligro a las mujeres, niñas, y minorías sexuales y de género de todas las edades y capacidades:

• El acceso: utilizar los servicios y espacios públicos, sin limitaciones ni barreras.
• La movilidad: moverse por la ciudad de forma segura, fácil y asequible.
• La seguridad y la ausencia de violencia: estar libre de peligro real y percibido en los ámbitos público y privado.
• La salud y la higiene: llevar un estilo de vida activo sin riesgos para la salud en el entorno construido.
• La resiliencia climática: poder prepararse, responder y hacer frente a los efectos inmediatos y a largo plazo de un desastre.
• La seguridad de la tenencia: tener acceso a la tierra y la vivienda y ser propietarios de ellas para vivir, trabajar, y generar riqueza y capacidad de iniciativa.

Aunque el Banco Mundial y otras instituciones están firmemente comprometidos con la promoción de la igualdad de género, a menudo los planificadores urbanos, los directores de proyectos y los profesionales no son conscientes de la importancia de priorizar las cuestiones de género en el proceso de diseño urbano y no disponen de los conocimientos o instrumentos específicos sobre el terreno para aplicar eficazmente estrategias con perspectiva de género.

Para abordar esta situación, el Handbook for Gender-Inclusive Urban Planning and Design promueve una planificación y un diseño con perspectiva de género que incorpora activamente la voz de las mujeres, niñas, y minorías sexuales y de género. La publicación busca llenar el vacío evidente que existe entre las políticas y las prácticas, las intenciones y la acciones, mostrando por qué y cómo incorporar la inclusión de las cuestiones de género en la planificación y el diseño urbanos.

En el manual se presentan enfoques prácticos, actividades y directrices de diseño que muestran maneras de implementar un proceso de diseño participativo e inclusivo en que se analizan las experiencias y los usos de la ciudad desde la perspectiva de toda la ciudadanía: mujeres, hombres, y minorías sexuales y de género y otras minorías.

También proporciona directrices de diseño claras y específicas —apropiadas y adaptables a todas las regiones—, para una serie de ámbitos de planificación, entre ellos la vivienda, el transporte público y la infraestructura de movilidad, otros servicios de infraestructura y los planes maestros de las ciudades.

Estudios de casos sobre proyectos inclusivos desde el punto de vista del género que se implementaron exitosamente en diferentes partes del mundo muestran hasta qué punto medidas de diseño simples pueden aumentar drásticamente la capacidad de iniciativa y el bienestar de los grupos desfavorecidos y de las minorías de género.

Los estudios de casos también ponen de manifiesto que: 1) el aumento de la visibilidad y la participación de los grupos desfavorecidos puede promover la seguridad y el acceso a la esfera pública; 2) una planificación adecuada con una perspectiva de género puede garantizar la plena participación de las voces insuficientemente representadas; 3) una mejor representación puede dar lugar a diseños innovadores que sirvan mejor a todas las personas, no solo a las mujeres, y 4) las medidas provisionales a corto plazo pueden complementar e incluso posibilitar esfuerzos estratégicos a largo plazo para mejorar la igualdad de género.

No puede haber ciudades inclusivas respecto del género si no existen procesos que contemplen las cuestiones de género.

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