Fereidoon P. Sioshansi, presidente del Menlo Energy Economics de California, en Estados Unidos, explicó en El Colegio de México, cómo las energías renovables aplicadas en los hogares han impactado significativamente en los ingresos de las grandes compañías encargadas del suministro eléctrico en diferentes países como Alemania, Australia y Estados Unidos.

Sioshansi, a cargo de una consultora independiente con sede en San Francisco, describió cómo los habitantes en esta región de Norteamérica han retado el status quo, al dejar de ser sólo consumidores y convertirse en generadores de su propia energía. Estos innovadores en el campo energético reciben el nombre de prosumers o prosumidores, término que ha surgido en la creciente nomenclatura que describe a la población que depende cada vez menos de los servicios de la red eléctrica, utilizando la energía solar.

Con techos formados por celdas solares y calentadores de agua ubicados en los tejados, han logrado evitar conectarse a la red eléctrica, disminuyendo hasta en 74 por ciento sus gastos en el recibo de luz.

En la conferencia “La innovación y la disrupción en el replanteamiento del futuro del sector energético”, Sioshansi exploró la etapa que se vislumbra en esta revolución energética. Por medio de novedosos sistemas de almacenaje, la compañía Tesla ha propuesto un sistema que guarda la energía recolectada a través de estas fuentes alternativas. El término prosumanager, propuesto por Fereidoon, se aplicará a los consumidores que serán capaces de producir, almacenar, consumir y exportar electricidad, convirtiendo a sus hogares en pequeñas compañías eléctricas.

Una generación de distribuidores e intermediarios abrirán nuevas oportunidades para consumidores, prosumidores y prosumanagers que se volverán proactivos en el mercado de la futura energía tanto a nivel local como a gran escala.

Las dificultades en México
El panorama ofrecido por Fereidoon P. Sioshansi suena muy alentador. Sin embargo, en México esta nueva realidad enfrenta aún varios retos debido principalmente al problema de desigualdad existente, explicó en entrevista para el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (Fccyt), José Miguel González Santaló, integrante de la Academia de Ingeniería de México.

“México es un país muy distinto. Primero tenemos un nivel de pobreza muy alto en más de la mitad de la población, que paga tarifas eléctricas de consumo básico muy subsidiadas. Con estas tarifas eléctricas, a la gente no le conviene poner paneles solares y, además, se trata de personas que están en un nivel de pobreza que les impide comprarlos.

“Lo que se planteó para el Estado de California, que tiene un nivel de pobreza de menos de 5 por ciento, no es directamente aplicable a México donde tenemos más de 50 por ciento de nivel de pobreza. Tenemos que considerar esta situación social, de dos Méxicos, una parte de la población que puede tener acceso a las tecnologías más modernas y otra que difícilmente puede cubrir sus costos básicos de manutención y vivienda”, comentó el coordinador del grupo de expertos de energía de la Agenda Ciudadana en Iberoamérica en Ciencia, Tecnología e Innovación.

El exdirector de la División de Sistemas Mecánicos del Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias, agregó que estas diferencias “son puntos esenciales que habría que contemplar en el futuro si queremos desarrollar política pública en el país en este campo”.

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