Tomarán la calle, científicos de todo el mundo

“El plan para una Marcha para la Ciencia en Washington, D.C., el 22 de abril, se ha vuelto viral. Más de 500 demostraciones separadas están planeadas en todo el mundo: Un esfuerzo sin precedentes de investigadores, cabilderos y partidarios que saldrán a las calles para proyectar un mensaje global”, dice el editorial de Nature, una de las revistas científicas más influyentes del orbe.

“Los organizadores se han fijado un objetivo ambicioso: El evento será ‘el primer paso de un movimiento global para defender el papel vital que juega la ciencia en nuestra salud, seguridad, economías y gobiernos’. Este papel, sostienen, está siendo atacado por ‘recortes presupuestarios, censura a investigadores, desaparición de sets de datos y amenazas con desmantelar agencias gubernamentales».

El texto añade que la idea de la Marcha ha recibido un amplio apoyo de decenas de grupos, tanto de respaldo como de presión. Entre ellas, la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (editora de la revista estadounidense Science), la Unión de Científicos Preocupados de los Estados Unidos, la Unión Europea de Geociencias y la Asociación Europea de Geoquímica, entre muchas otras organizaciones.

“Sí, existe el riesgo, como afirman los críticos, que la marcha y la protesta más amplia que espera simbolizar, puedan diluirse o incluso desviarse por numerosos intereses. Sin embargo, existe una solución sencilla para los científicos que se preocupan por esto: Subir y gritar más fuerte acerca de lo que se piensa que importa más”, dice el editorial fechado el 11 de abril.

“Sí, es posible que estas multitudes sean pintadas por algunos medios de comunicación hostiles como prueba de que la ciencia es sólo otro grupo de interés especial de tipo partidario, el cual, al alinearse implícitamente contra el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, cimenta la idea (equivocada) de que la ciencia es una preocupación izquierdista y liberal (…). Tales voces subestiman la importancia de una audiencia más productiva para la marcha: Una compuesta por personas que apoyan naturalmente los objetivos de la ciencia y que podrían ser empujadas por una protesta considerable, a ser un poco más activas en la demostración de ese apoyo”.

Al referirse a las voces críticas contra la Marcha por la Ciencia, Nature señala que “sí es cierto que la marcha desdibuja las líneas entre ciencia y política. Pero esa línea ya es mucho más confusa de lo que algunos tratan de argumentar. Es posible preocuparse por la ciencia y el pensamiento científico, ignorando el contexto político en el que opera. Pero es difícil hacer eso y exigir el cambio al mismo tiempo”.

“Estas protestas mundiales dan a los científicos la oportunidad de reflexionar sobre lo que valoran de la ciencia, de reconocer los puntos comunes en las metas que comparten con los demás y para reafirmar el proceso científico como la mejor forma de informar a la política, aunque no siempre se tenga la última palabra”, concluye la publicación.


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