Las galaxias en el Universo tienen varias formas, como espiral, irregulares o lenticulares, pero desde hace una década se notó que existían algunas cuya forma hacía recordar a las medusas con largos tentáculos de gas.

Un equipo de científicos ha estudiado desde hace tiempo a estas galaxias para saber si el gas de sus tentáculos se escapaba sólo hacia el espacio o si, en realidad, alimentan al agujero negro supermasivo que contienen estas estructuras en su interior.

Jacopo Fritz, del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica (IRyA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), en Morelia, Michoacán, en colaboración con Bianca Poggianti y Yara Jaffé, del Observatorio Astronómico de Padua, en Italia, revisó decenas de estos objetos y presentó sus resultados en la revista Nature.

Lo que encontraron es que el mismo mecanismo que produce los largos tentáculos de las galaxias medusa es el que lleva gas desde su centro hacia el agujero negro que habita en ellas, haciendo que brillen intensamente.

Fritz analiza con el Telescopio Very Large, de la Organización Espacial Europea (ESO), un grupo de 90 galaxias medusa como parte del Programa de Observación Gas Stripping Phenomena (Gasp), pero debido a sus características, por el momento se centraron en siete que tienen mayor actividad en sus agujeros negros.

“Lo que acabamos de descubrir es que parte del gas no se va afuera de la galaxia, sino al centro de ésta, hacia el agujero negro, lo que permite acretar material dentro de él y generar chorros de energía”, precisó el investigador de origen italiano.

Las medusas se encuentran, en su gran mayoría, en los grandes cúmulos de galaxias, a unos 600 mil millones de años luz de la Tierra, es decir, si quisiéramos llegar a ellas en una nave que alcanzara la velocidad de la luz, tardaríamos 600 mil millones de años en alcanzarlas.

Al ser parte de grandes grupos de galaxias, su mutua atracción gravitatoria provoca que éstas pasen por nubes de gas caliente y denso que actúa como un potente viento, expulsando colas de gas fuera de la galaxia que pueden ser mucho más grandes que la galaxia misma, como suele ocurrir con las medusas, de ahí su nombre.

Aunque como parte del proyecto, a los científicos les faltan por observar unas 30 galaxias, los datos obtenidos con el Multi-Unit Spectroscopic Explorer (Muse) que es un instrumento de segunda generación instalado en el telescopio Very Large les permitió encontrar patrones de comportamiento de estas galaxias que van más allá del movimiento usual del gas a través del cúmulo de galaxias, precisa Fritz.

“Estas galaxias contienen hoyos negros muy masivos que, al tener una gravedad muy alta, atraen gas que se va a sus alrededores y esto hace que se produzca mucha energía en zonas muy pequeñas, lo que es algo poco común”, explica el investigador de la Unam, institución que forma parte de la mesa directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico.

El hecho de que el gas active el hoyo negro dentro de estas galaxias tiene múltiples implicaciones, añade, pues podría ser una explicación del por qué todas las galaxias tienen agujeros masivos negros en su interior.

Casi todas las galaxias tienen agujeros negros supermasivos pero el por qué sólo algunos reciben material en su interior o acretan para brillar intensamente es algo que se desconoce, enfatizó.

“Este trabajo nos podría ayudar a entender entonces cómo es que los agujeros negros se vuelven tan grandes, por qué las galaxias evolucionan y cómo se da este proceso, es decir, por qué se dan algunos cambios y otros no”, finalizó.

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