Juego de las emociones

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El juego de las emociones es complejo y participa en la modelación del comportamiento en una sociedad, por ejemplo, en la política. «Las emociones no sólo tienen una historia, sino que su desarrollo y transformación también han creado historia y han moldeado sobre todo los discursos políticos» comentó Ute Frevert, directora del Centro de Investigación de Historia de las Emociones, del Instituto Max Planck, de Alemania.

Para explorar las órdenes emocionales del pasado, los historiadores trabajan estrechamente con psicólogos y especialistas en educación. Además, recurren a la experiencia de antropólogos, sociólogos, musicólogos y académicos que trabajan en literatura y arte.

«Nuestra investigación descansa en la suposición de que las emociones, los sentimientos y sus expresiones están moldeados por la cultura y aprendidos y adquiridos en contextos sociales», explicó durante la conferencia Populism and the power of the emotions (El populismo y el poder de las emociones), que se realizó durante el Simposio Fronteras de la Ciencia, organizado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y la Sociedad Max Planck.

Frevert explicó que grandes discursos como el comunismo o el nacionalismo fueron creados explotando las emociones del público y de las clases trabajadoras. La relación entre el rol de la gente y los gobernadores está mediada por las emociones, entre lo que la gente pide y lo que ellos quieren. No son sólo movimientos políticos, sino discursos que manipulan la verdad para controlar las emociones.

Empatía y manipulación
Para ayudar a comprender el impacto de la empatía en la comunicación interpersonal, la filósofa mexicana Olga Hansberg Torres explicó que ésta es esencial para la comunicación interpersonal: «La empatía es un proceso imaginativo complejo en el que un observador simula a otra persona situada en otro estado psicológico mientras mantiene una clara diferenciación de sí mismo. De modo que la empatía es necesaria en las relaciones íntimas positivas, es decir, en aquellas donde hay un respeto mutuo y se busca el bienestar de la pareja.

Pero ¿cómo opera la empatía en aquellas relaciones íntimas negativas?, ¿qué pasa cuando una persona aprovecha su conocimiento afectivo de los sentimientos de los demás para causarles dolor o sufrimiento de una manera altamente efectiva?

«En una relación íntima negativa, aquellas relaciones donde no hay respeto entre las partes, uno de los sujetos ha desarrollado la sutil capacidad de crear algo similar a la empatía, y esta capacidad la lleva a producir daño para regocijarse con el sufrimiento de los demás o para hacerlos más intensos y más precisos», explicó la investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México, durante la conferencia «Afectividad en las relaciones personales», que formó parte del Simposio Fronteras de la Ciencia.

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