A purificar el agua y comer hormigas

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Ciudad de México a 5 de Septiembre de 2018.- Este año, México participó, por primera vez, en el premio James Dyson Award y estos fueron los ganadores: 1. Bermuda, por Marco Barba Sánchez, 25 años y diseñador industrial. 2. Azcatl, por Karla Rosales, de 26 años, y Mariana Cervantes, de 27, ambas diseñadoras industriales. 3. Aguadapt, por Álvaro Gutiérrez, ingeniero ambiental, de 24 años, Melissa Landman, ingeniera mecánica, de 23 años, Aaron Krupp, ingeniero mecánico, de 27 años, y Stephan Calvet, estudiante de ingeniería química.

Esta competencia de diseño internacional es parte de la Fundación James Dyson, que convoca e impulsa a la siguiente generación de ingenieros a proponer soluciones viables a problemas de la vida real. El distintivo de esta competencia, a diferencia de otras similares, es que los participantes tienen autonomía sobre su propiedad intelectual.

Este es el primer año en el que México se suma a la competencia internacional (además de Suecia, Filipinas y la UEA) nombrando a tres proyectos finalistas que después se sumarán, en conjunto con 27 naciones más, a competir para el ganador global -seleccionado personalmente por Sir James Dyson-, y que se publicará en octubre próximo.

El ganador nacional recibirá $50,000 pesos como premio, para invertir en su proyecto, y la oportunidad de participar a nivel global; además, los tres finalistas recibirán apoyo de difusión nacional e internacional para dar a conocer sus proyectos y formar parte de una comunidad de inventores alrededor del mundo.

¿En qué consiste el premio? Ganador internacional:

  • El premio para el ganador internacional es de $740,000.00 MXN pesos para el estudiante y $125,000.00 MXN para el departamento de la universidad.
  • Un segundo y un tercer lugar internacional: $125,000.00 MXN para cada uno
  • Ganadores Nacionales: $50,000 MXN

¿Quién puede participar?
Cualquier estudiante de cualquier nivel universitario de las carreras de diseño de producto, diseño o ingeniería industrial, o graduados hasta hace cuatro años de alguna de estas carreras que haya estudiado en Australia, Austria, Bélgica, Canadá, China, Francia, Alemania, Hong Kong, India, Italia, Irlanda, Japón, Malasia, México, Holanda, Nueva Zelanda, Filipinas, Rusia, Singapur, España, Corea del Sur, Suiza, Suecia, Taiwán, UAE, Reino Unido o los Estados Unidos.

Proyectos ganadores:

Primer lugar: Bermuda
Otorgado al proyecto Bermuda, un filtro para abastecimiento de agua potable de emergencia enfocado principalmente a comunidades de pescadores de bajos recursos que pasan varias semanas en alta mar para realizar su trabajo y que comúnmente corren el riesgo de un naufragio.

Problemática:
La idea de un proyecto como Bermuda nace debido a la falta de tecnología y equipo óptimo para los pescadores en lugares remotos y con escasos recursos. Estos pescadores tienen altas posibilidades de sufrir un accidente y quedarse varados en alta mar sin los insumos necesarios para sobrevivir hasta su rescate. A pesar de estar rodeados de agua, ésta no es apta para su consumo dejándolos a la deriva sin mucho qué hacer para protegerse.

Solución:
Convierte el agua de mar en agua potable, además de poder utilizarse como un excelente flotador salvavidas. Trabajando por medio de la evaporación del agua por la exposición solar y a la presión generada en su interior y su cuerpo inflable con duración de tres años.

Con una capa exterior negra semitransparente, el interior está recubierto de aluminio con vinilo lo que ayuda en la concentración del calor y la capa intermedia con aire -el cual se utiliza para inflar el aparato- ayuda a regular la temperatura y optimizar el proceso. En la parte superior, la tapa contiene una válvula que ayuda con la regulación del vapor para liberarlo más rápidamente. Esta también tiene una inclinación para captar las gotas del agua concentrada en el agua destilada. Al llegar a cierta cantidad de agua la válvula se vacía, primero a través del filtro que permite limpiar el agua permitiendo su consumo.

El ganador:
Marco Barba Sánchez estudió Diseño Industrial, egresado de la Universidad Anáhuac campus Mayab, además cuenta con un diplomado en Administración de Proyectos por la misma universidad, y otro en Fundamentos de procesos de manufactura por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Hasta ahora ha podido ejercer su profesión en diversas ramas del diseño y actualmente diseña productos, accesorios y empaques para puros y licores de lujo en Humidif Group; en sus tiempos libres diseña muebles y carpintería y proyectos de diseño industrial personales y para otras personas.

“Ganar este reconocimiento me hace crecer en mi profesión y me incentiva a seguir adelante con proyectos que impacten de manera positiva en la sociedad y el premio lo planeo invertir en ello”, dijo.

Segundo lugar: Azcatl
Las mujeres pusieron una fuerte huella en el concurso con el proyecto Azcatl. Dos estudiantes de ingeniería del Instituto Politécnica Nacional (IPN) propusieron la producción de hormigueros impresos en 3D que permite reducir los tiempos de reproducción de las hormigas proveyendo de escamoles como alimento alto en proteína como una solución a la problemática alimentaria en el mundo.

Problemática:
De acuerdo con diversos estudios la población mundial aumentará en 9,000 millones para 2050. A consecuencia de esto, el desabastecimiento de agua y comida crecerá de forma importante y nuestro planeta no será capaz de cubrir la demanda. Las posibilidades de una crisis alimentaria global son reales.

Solución:
Azcatl es un hormiguero prefabricado que ayuda a las hormigas a establecer sus colonias de forma más rápida y fácil. Con esta ayuda el ciclo de repoblación no se interrumpe de forma drástica produciendo escamoles -hueva de hormiga, utilizada en la cocina mexicana como un manjar y excelente fuente proteínica- en todas las temporadas.

El equipo:
Karla Rosales y Mariana Cervantes estudiaron diseño industrial en el Centro de Investigaciones de Diseño Industrial en la Unam, en donde se conocieron y trabajaron en equipo en diversos proyectos. Durante el 2013, las dos estudiantes hicieron un intercambio en España; Karla en la Universidad Politécnica de Valencia y Mariana en la Universidad Politécnica de Cataluña.

Al regresar a su ciudad natal, las dos estudiantes se graduaron de la Universidad en el año 2016 y comenzaron a trabajar en diversas áreas. Karla, dirigida a la industrial textil, y Mariana a la industria tecnológica a la par de su proyecto personal el cual se basa en la investigación de insectos comestibles, su producción y la oportunidad de desarrollo sustentable.

En palabras del equipo: “Creemos que los insectos son el eslabón perdido en la industria alimentaria, los cuales pueden crear una economía circular como fuente de alimentación alta en proteína”, expusieron.

Roberto Saint Martin, uno de los jueces y co-fundador de Robotix -la organización de robótica y Stem para niños más grande de México-, comentó que “la tarea de formar parte del jurado fue muy motivante y enriquecedora, no sólo por los otros dos jueces con quienes fue exquisito colaborar, sino porque todos participamos de algo que beneficiará al país y al mundo. El ejercicio de proponer una solución proactiva, mediante el diseño y la innovación, ante los problemas que nos aquejan es un enorme multiplicador del valor que generamos como sociedad. Colaborar en esto fue una tarea motivante y muy gratificante”.

Tercer lugar: Aguadapt

Presentamos el proyecto que nos recuerda, la importancia de proveer de agua libre de bacterias y químicos a comunidades con acceso limitado o nulo a agua potable.

Problemática:
Enviar agua embotellada es muy común en situaciones de desastres naturales, como lo pudimos recordar en México durante 19S. Adicionalmente, comunidades de escasos recursos alrededor del mundo son afectadas de forma desproporcionada por altos índices de contaminación por químicos.

Aguadapt resuelve ambos problemas al poder ser adherido a cualquier contenedor de agua, si ningún entrenamiento y -con un peso y tamaña aproximado a una botella de un litro de agua- puede producir más de 27,000 litros de agua.

Utilizando materiales de bajo costo, Aguadapt remueve bacterias, químicos orgánicos y puede ser modificado para remover arsénico, flúor y otros contaminantes a un precio accesible menor a $2 USD diarios.

Solución:
Los filtros para agua potable de bajo costo son muy limitados en su enfoque. Por aproximadamente $30 USD, Aguadapt dura más de cuatro años, eliminando químicos orgánicos y hasta un 99.9999% de patógenos -además de poderse adaptar para otros contaminantes-, instalándose fácilmente en contenedores.

El equipo:
En la diversidad encontramos cuatro perfiles que juntos pusieron sus habilidades al servicio del equipo.

Stephan Calvet, estudiante de quinto año de Ingeniería Química, especializado en absorción del exceso de flúor en agua subterránea.

Álvaro Gutiérrez Berra, ingeniero ambiental graduado de la Universidad de Guanajuato quien diseña y prueba prototipos buscando soluciones económicas y de fácil acceso.

Melissa Landman, reciente graduada de ingeniería mecánica de la Universidad de Delaware, DE, EEUU, actualmente trabaja en la mejora del diseño y en la optimización de la producción del cartucho cerámico.

Aaron Krupp coordina el equipo de investigación y desarrollo de tecnología de Caminos de Agua, lugar donde trabaja el equipo. Con estudios de ingeniería en Oberlin College, OH, EEUU y en Caltech, CA, EEUU, Aaron ha trabajado sobre varias tecnologías en varios países incluyendo robots que juegan, desalinización sin electricidad, toallas sanitarias biodegradables y sillas ruedas mecánicas para zonas rurales.

En palabras del equipo: «Ganar el Premio Dyson significa poner en marcha un proyecto que tiene el potencial de proporcionar agua potable accesible, saludable y segura para todos».

Acerca del James Dyson Award
Desde los inicios de la competencia hace catorce años, el icónico inventor ha contribuido con más de £1M (equivalente a $25,000,000.00) a empoderar conceptos que rompen los límites de lo establecido. Para ayudar a desarrollar ideas novedosas, cada año el ganador mundial recibe $740,000.00 MXN, y los ganadores de cada región participante reciben $50,000 MXN. A diferencia de otros proyectos similares los participantes tienen completa autonomía sobre su propiedad intelectual. El James Dyson Award forma parte de un mayor compromiso de Sir James Dyson por demostrar el poder que tiene la ingeniería para cambiar el mundo. El Dyson Institute of Engineering and Technology, el James Dyson Foundation y el James Dyson Award representar la visón del empoderamiento a jóvenes ingenieros, al motivarlos a aplicar su conocimiento teórico y descubrir nuevas formas para mejorar la vida de las personas a través de la tecnología.

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