En 1967, se estrenó la película Al maestro con cariño, basada en la novela del mismo nombre (To sir with love) del escritor inglés E. R. Braithwaith, dirigida por Peter Bogdenovich, y protagonizada Sidney Poitier, como Mark Thackerey.
El argumento es el siguiente: Thakerey es un ingeniero desempleado que consigue trabajo como maestro en una escuela de nivel medio superior. El grupo de estudiantes es rebelde por lo que tiene que emplear toda su sagacidad para impartirles sus conocimientos académicos. Lo hace primero con el sistema tradicional, sin resultado positivo alguno; por lo que decide innovar la enseñanza y se convierte en uno de ellos más.
Así logra su cometido. Lo mismo baila los ritmos de moda que se enfrenta con los más agresivos en discusiones y hasta leves peleas incruentas.
La película fue todo un éxito por la frescura de los métodos docentes que aplicaba y que rompían con lo tradicional.
Anteriormente, la educación básica se regía por un principio clave: “La letra con sangre entra” que simbolizaba lo duro que era iniciarse en la educación. El nivel máximo era obtener un 10 en la calificación anual; tener un 5, en promedio, significaba reprobar el año; el 6 era pasar de panzazo.
En la actualidad, sobre todo en los niveles medio, medio superior y superior, reprobar los semestres es lo común. No una ni dos materias, sino tres, cuatro, cinco y hasta seis. No pasa nada. La escala de aprobación, que va del 0 a 10, es obsoleta y la evaluación se hace de forma distinta.
El maestro que, junto con el sacerdote y el médico, conformaban la tríada más importante en la vida, cedieron esos sitios a otras manifestaciones en la nueva escala de valores de la sociedad moderna.
El magisterio moderno, aunque, en su mayoría se mantiene dentro de los parámetros clásicos, cuenta con un importante grupo de maestros disidentes y, a veces, hasta contestatarios, sobre todo en materia política partidista.
El grupo más visible de este tipo lo conforman los militantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (Cnte), contrapuesta al gremio oficial, enrolado dentro del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (Snte).
Los antecedentes de la Cnte se remontan a las luchas magisteriales de Othón Salazar, realizadas a fines de la década de los 50 del siglo pasado y continuadas por Iván García Solís, al frente del Movimiento Revolucionario Magisterial (MRM).
El triunvirato de iniciadores de la Cnte lo conformaron Misael Núñez, maestro del Valle de México, muerto en circunstancias que aún no se esclarecen; Teodoro Palomino, quien terminó su vida política como presidente del Partido del Trabajo cuando Cecilia Soto González, una feminista, política, analista y exdiplomática sonorense, fue candidata por este partido político a la Presidencia de la República, en la contienda electoral de 1994, y otro maestro de paso centellante por la Cnte: Alberto Coucutz, desaparecido, casi de inmediato, sin dejar huella alguna, incluso de recuerdo mítico, entre lo real y lo imaginario.
La bandera de la Cnte inicial fue el incremento salarial del 20 por ciento y la democratización del Snte, a cargo en ese entonces de Carlos Jongitud Barrios, bajo la dirección de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de Fernando Solana Morales.
La Cnte tuvo un pasado glorioso a nivel nacional. Agrupó en su seno a maestros de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Puebla, Hidalgo, Ciudad de México, Estado de México y Veracruz. Sus tentáculos se extendieron hasta Jalisco, Zacatecas, Nayarit, Colima, Sonora, Chihuahua, Durango, Nuevo León y Tamaulipas.
Su lucha era atractiva para el magisterio nacional, pero, poco a poco, fue cooptada por partidos políticos de corte izquierdistas y sus banderas abatidas para concentrarlas en la lucha político-electoral, por lo que sus huestes se arrinconaron en Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán (en esta entidad bajo el cobijo del exgobernador Lázaro Cárdenas Batel, ahijado de Fidel Castro y, por lo mismo, punta de lanza en la entidad purépecha del magisterio castrista que desplazó a miles de mentores estatales para darle cobijo a los cubanos).
Hoy se celebra el Día del Maestro en México. A los tradiciones festejo de festivales infantiles que realizaban en su honor los educandos y la entrega de pequeños obsequios, ahora la realización de estos homenajes se da en estados sureños, en especial Chiapas, con manifestaciones magisteriales callejeras en contra la reforma educativa federal y con el influjo total de partidos políticos que medran con ese tipo de organizaciones disidentes.
Esto es más claro cuando en Oaxaca, otras de las entidades claves del emporio de la Cnte, el actual mandatario estatal, Gabino Cué, entró en negociaciones con ella y se mantiene con relativa tranquilidad, pese a que en junio entrante habrá elecciones políticas para gobernador allí.
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