Ciudad de México, 26 de agosto de 2020.- La Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) trabaja en la creación de los Centros Ciudadanos para la Sustentabilidad (CCS), espacios dedicados a los ciudadanos, sobre todo, aquellos que viven en las ciudades, para desarrollar su capacidad de resiliencia ambiental y sanitaria y vincularse en su día a día con la naturaleza.

El objetivo del proyecto es que al final de la administración cada estado del país cuente con, al menos, un CCS. Este año se espera contar con tres: uno en Pátzcuaro, Michoacán, y dos en la Ciudad de México (Viveros de Coyoacán y en BioParque San Antonio). Para el 2021 se estarían fundando en los Estados de Yucatán, Colima, Querétaro, Jalisco, Veracruz, Oaxaca, Sinaloa, Quintana Roo y Guanajuato.

Los Viveros de Coyoacán son un importante centro de información forestal, ubicado en el sur de la Ciudad de México, a donde, tradicionalmente, acuden cientos de corredores aficionados a ejercitarse en un circuito peatonal que circunda al bosque de este parque arbóreo.

Igualmente, sirve de paseo para otros cientos de capitalinos que acuden a este singular sitio de la Ciudad de México, cada fin de semana, en especial, y cuyas ardillas son un verdadero espectáculo para los infantes que, a la entrada, compran cacahuates para obsequiárselos a las ardillas que, inteligentemente, acuden al encuentro de los niños para recibir el regalo.

Actualmente, está al cuidado del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias (Inifap). Tiene una amplia colección de árboles de todo tipo, distribuido en las respectivas secciones y, al centro, cuenta con un local para comer o tomarse un refrigerio.

La Coordinadora Nacional del Proyecto de los Centros Ciudadanos para la Sustentabilidad de la Semarnat, Ximena Celis, explicó que el objetivo es sensibilizar y concientizar a los ciudadanos que viven en las ciudades, sobre todo, en polos con algún grado de marginación, con el fin de que transiten a estilos de vida más sustentables.

Los CCS, instalados en espacios públicos, serán laboratorios biosociales donde, con base en las necesidades e intereses locales de la población, Medio Ambiente dotará de un capital semilla para equiparlos con diversas ecotecnias.

En esos espacios se generarán actividades dirigidas a producir alimentos por medio de huertos urbanos, autogestión del agua mediante captadores de lluvia y biofiltros, autogestión de electricidad con la aplicación de ecotecnias que generen energía renovable como las bicimáquinas, biodigestores y celdas fotovoltaicas, así como manejo sustentable de los residuos, por mencionar algunos.

“Queremos que los centros sean espacios vivos, que la población los visite, aprenda y replique en casa lo vivido y aprendido”, señaló Ximena Celis.

Adicionalmente, se trabajará para que estos espacios acerquen a la población al conocimiento de los saberes ancestrales enmarcados en la bioculturalidad de los territorios. Que se rescaten especies endémicas y nativas de la medicina tradicional, la riqueza gastronómica, la bioconstrucción y técnicas de cultivo, además de incorporar aspectos artísticos y culturales.

Cada CCS tendrá sus propias particularidades a partir de las necesidades e intereses locales de los ciudadanos y de los contextos específicos del cambio climático. En los Viveros de Coyoacán se están construyendo jardines polinizadores, mientras que en Yucatán se desarrollará el modelo de huerto basado en los conocimientos de la milpa maya y sobre la abeja melipona.

Actualmente, explicó la funcionaria federal, se camina en dos vías: realización de talleres virtuales de socialización con actores locales, como organizaciones de la sociedad civil, instituciones educativas, autoridades de gobierno estatales y municipales, comités vecinales, empresas locales, etcétera.

El objetivo es que los ciudadanos conozcan el proyecto para que, cuando las condiciones sanitarias lo permitan, visiten los CCS e intervengan el espacio físico y se genere el sentido de apropiación del mismo, es decir, que los ciudadanos sepan que es su espacio.

La otra vía es la documentación jurídica para firmar convenios de colaboración con las autoridades locales que manejan el espacio.

“Queremos que se convierta en un proyecto netamente ciudadano, porque si bien Medio Ambiente va a dar un recurso semilla para su equipamiento y socialización, serán los ciudadanos quienes persistan en la sostenibilidad del proyecto para que perdure y trascienda las demás administraciones”, precisó.

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