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Washington, D. C., 31 de octubre de 2018.- Cada año, los cazadores furtivos matan a decenas de miles de elefantes.

A pesar de la reciente prohibición en China del comercio de marfil, que entró en vigor el 31 de diciembre de 2017, las poblaciones de elefantes aún están en peligro a causa de la caza ilegal.

Los elefantes de bosque son especialmente vulnerables por el enorme territorio que cubren y el espeso follaje de los bosques dificulta rastrearlos y protegerlos.

Para resolver esto, el proyecto “Elephant Listening” (escuchar a los elefantes) de la Universidad de Cornell ha formado un equipo con la empresa emergente tecnológica de California, llamada Conservation Metrics, con el fin de aplicar un nuevo enfoque: Escuchar a los elefantes mediante computadoras.

El proyecto ha estado grabando los sonidos de los elefantes durante décadas, pero el análisis de las miles de horas de audio grabado a través de micrófonos remotos es un proceso lento y agotador.

La asociación permitirá ahora analizar con mucha más rapidez los sonidos captados en 50 instrumentos de grabación ubicados a lo largo de los 1,500 kilómetros cuadrados del Parque Nacional Nouabalé-Ndoki en la República del Congo, incluyendo los gruñidos de los elefantes y sonidos de disparos de balas.

Datos mucho más veloces
El equipo de Conservation Metrics ha desarrollado un programa de computación que puede separar los sonidos de los elefantes del ruido de fondo, analizar los datos y entregar los resultados mucho más rápido de lo que un humano podría hacerlo.

Anteriormente, se podía tardar hasta tres meses en recuperar las tarjetas de sonido y escucharlas para analizar los sonidos captados por una sola unidad de grabación. Ahora, gracias al programa de escucha de inteligencia artificial de la empresa emergente, esta actividad puede realizarse en tan sólo 22 días. Y ese lapso de tiempo cada vez se hace más corto.

“Lo que el proyecto para escuchar a los elefantes realiza en términos de trabajar en colaboración con esos lugares del África es realmente impresionante, aunque la logística es realmente difícil”, afirmó Matthew McKown, director ejecutivo de Conservation Metrics, en declaraciones al diario Daily Mail.

La colaboración podrá “acelerar las cosas de manera que podamos mostrar a las personas que manejan el parque nacional que les podemos brindar información que puede marcar una diferencia”, explicó Peter Wrege, director del proyecto

Ayudar a los elefantes
El proyecto no sólo trata de recopilar datos científicos. Al rastrear las manadas, los científicos pueden alertar a los guardas de los parques cuando los elefantes se dirijan hacia zonas con granjas o de explotación forestal, donde los paquidermos corren un mayor peligro de ser lastimados.

Los guardas de los parques también pueden mejorar su labor de rastrear y detener a los cazadores furtivos si les es posible identificar las inmediaciones donde recién se han realizado disparos.

El uso de la acústica sola “no ha de frenar la caza furtiva”, expresó Wrege, pero “sí ofrece la posibilidad de ser la única manera de poder tener información suficiente y constante. Es abrumador, pero vale la pena, y puede hacerse. Lo único que tenemos que hacer es seguir en ello”.

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