Una historia de dos ciudades: Empleos ecológicos en Pittsburgh y en La Guajira

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Washington, D. C., 23 de abril de 2022.- Por un tiempo, una de las últimas plantas siderúrgicas de Pittsburgh que estuvo en funcionamiento y una vez contó con el ir y venir de 12,000 empleados quedó ahí como una reliquia rústica.

Hoy, la fábrica suministra energía solar a empresas de alta tecnología. Su transformación, gestionada por una docena de personas que se forman sobre la marcha para los “empleos ecológicos”, se inscribe en una tendencia creciente en Estados Unidos. Los problemas climáticos son abordados por trabajadores que, hace unos años, trabajaban en industrias más tradicionales. En la actualidad, solo el sector de la energía solar emplea a 250,000 trabajadores.

La acería “Mill 19” (así la llaman), de Pittsburgh, alberga ahora el mayor conjunto solar de una sola vertiente de Estados Unidos. Suministra toda la electricidad a la división de robótica de la Universidad Carnegie Mellon y a Catalyst Connections, una organización de formación para el empleo. El equipo de 12 personas que instaló sus paneles solares estaba dirigido por Tim Sippey, un hombre que recuerda a su padre trabajando en el mismo edificio cuando era una acería.

Responder a una crisis, crear empleos
Estados Unidos trabaja para reducir el uso del carbón, tanto en el país como en el extranjero, de manera que se creen buenos empleos y se garanticen comunidades sanas y habitables. Desde Pittsburgh hasta lugares como La Guajira, en el norte de Colombia, Estados Unidos trabaja con los sectores público y privado para invertir en energía y empleos ecológicos.

En Pittsburgh, Sippey desearía que su padre, trabajador del acero, estuviera vivo para ver el resultado del trabajo de su cuadrilla. “En 21 años, ha sido el mejor trabajo que he dirigido”, dice.

A pesar de su nerviosismo inicial y de los diversos retos, el equipo terminó antes de lo previsto y rompió menos paneles de lo previsto por Scalo Solar, la empresa que contrató a la cuadrilla, que esperaba que hubiera más roturas como en una instalación típica.

El viento sopla en Colombia
Varios miles de millas hacia el sur está La Guajira, una región de Colombia que está preparándose para una transición hacia los empleos ecológicos similar en algunos aspectos a la ocurrida en Pittsburgh.

Colombia depende de la energía hidroeléctrica, que utiliza las corrientes de los ríos para generar el 72% de la electricidad del país. (La mayor parte del resto del suministro eléctrico de Colombia se produce con combustibles fósiles).

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) considera que Colombia corre un alto riesgo de sufrir daños por el cambio climático. Pero tras décadas de este uso, las frecuentes sequías están reduciendo el nivel de los ríos y haciendo que la energía hidroeléctrica sea menos fiable. Para 2070, la temperatura anual podría aumentar entre 2 y 4 grados centígrados en Colombia y las precipitaciones anuales podrían disminuir un 30%.

La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) ha acudido a Colombia para ayudar a diversificar las opciones de energía ecológica de Colombia.

Usaid se ha unido al gobierno de Colombia y al sector privado en el programa Actividad de Expansión de la Energía Renovable (Scaling Up Renewable Energy, Sure, en inglés), que apoya las primeras subastas públicas de energía limpia del país. Estas subastas permiten a las posibles empresas de energía limpia, desde la eólica hasta la solar, hacer propuestas de negocio y, una vez aceptadas, iniciar operaciones de energía limpia en Colombia.

Con mucha frecuencia, cuando una empresa de energía limpia gana un concurso de energía renovable, trae consigo a sus propios empleados formados en el país de origen de la empresa. Pero la formación Sure de Usaid desea contratar trabajadores colombianos en empleos ecológicos y les está proporcionando las habilidades que necesitan para trabajar en los sectores emergentes de la energía limpia.

Thomas Black, líder de energía renovable de la Misión de Usaid en Colombia, considera que las subastas crean la necesidad de una nueva generación de trabajadores de “cuello verde” (obreros del sector ecológico). Comenta que la formación de Usaid ayuda a cambiar los conocimientos técnicos hacia nuevas formas de energía más sostenibles. “Vemos esta revolución de las energías renovables como algo que se ha encendido y está en marcha ahora”, dice Black.

Este artículo está redactado a partir de una historia multimedia titulada De azul a verde: Transformar los empleos en todo el mundo.

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