Ciudad de México, 16 de mayo de 2023.- En México, la gestión de los residuos sigue siendo uno de los principales retos debido al crecimiento poblacional, el cambio y aumento de hábitos de consumo, la falta de infraestructura y de políticas públicas implementadas de manera adecuada.
Dado este escenario, en el país se generan alrededor de 120 mil toneladas de residuos al día y solo el 6% de ellos se envía a reciclaje o se reutiliza, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Por ello, en el marco del Día Mundial del Reciclaje, este 17 de mayo, la invitación a las empresas y los ciudadanos a hacer conciencia de la importancia de adoptar sistemas de gestión para los residuos, así como reflexionar sobre el impacto que tienen los hábitos de consumo de desechos y asumir un compromiso de adoptar prácticas sostenibles. La economía circular es una de ellas.
“La mejor forma de reducir residuos es no generarlos y si no es posible evitarlos debemos tratar de reducir su generación, que aquellos que se generen sean reutilizables o puedan destinarse a un nuevo uso sin necesidad de modificación ni que se tenga que inyectar energía o recursos en transformarlos para poder utilizarlos”, afirmó Cristian Bustos, ceo de Beeok.
El directivo, quien es especialista ambiental con más de 25 años de experiencia, destaca que si bien el reciclaje es una buena forma de darle una nueva vida útil a un producto, requiere de cierto consumo de energía y de recursos, lo que provoca un impacto importante en la transformación de ese objeto o material para darle una nueva vida.
El mercado nacional de reciclaje en México tiene un valor superior a los 3 mil millones de dólares, de acuerdo con estimaciones de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (nipac), citadas en la Revista Internacional de Estadística y Geografía en el informe “Midiendo la economía circular en México” del Tecnológico Nacional de México, enero-abril de 2023.
Bustos desglosa que el 58% de los residuos que se generan en México son orgánicos, el 18% papel y cartón, 9% plástico, 6% vidrio y 9% otros (envolturas no metálicas u otros residuos que no se pueden clasificar en los anteriores). Además, revela que el 94% de los residuos urbanos se terminan depositando en rellenos sanitarios.
“Hasta hace 15 años los rellenos sanitarios eran la tecnología más avanzada en cuanto al manejo de residuos, antes de que se promoviera la economía circular. A la fecha, estos rellenos sanitarios no operan como se debería y algunos de ellos están excedidos en capacidad. Además, existen vertederos a cielo abierto clandestinos no autorizados”, subraya el experto de la scale up digital que desarrolla software para gestionar diversos indicadores sostenibles como residuos y huella de carbono.
Ante este escenario, urge que organizaciones e individuos adopten acciones como aplicar los programas de 3R (reducir, reutilizar y reciclar), tratar de generar residuos lo menos posible y, sobre todo, fomentar la economía circular, es decir, desde que se diseña un producto o un proyecto se debe pensar en cómo conceptualizarlos para que no generen residuos.
“Es importante establecer los principios de la economía circular y utilizarlos desde la concepción del producto; no podemos evitar la extracción de materias primas, pero sí darles una nueva vida sin tener que llevarlas a una disposición final como un desecho o residuo y sí podemos transformarlas de manera que la vida útil de este material se extienda”, explicó Bustos.
A través de los sistemas de gestión se pueden establecer políticas y planes de clasificación, de separación y de disposición final de residuos; además, permiten establecer rutas y la forma en cómo las compañías pueden cumplir con las normas en cuanto a manejo de residuos.
“Empresas e individuos debemos ser innovadores, promover la reutilización y el reciclaje, reflexionar en el impacto de los hábitos de consumo de desechos y comprometernos en adoptar prácticas sostenibles para crear este cambio de que nuestro planeta puede ser lo más limpio y saludable posible para todos”, concluyó.
