San Isidro Labrador no cumple caprichos

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Mañana, 15 de mayo, inicia, formalmente, el ciclo pluvial anual. Algunos meteorólogos indican que este día también comienza la etapa de los huracanes, aunque, la mayoría, los ubica a partir de 1 de junio, provenientes del Pacífico.
Las lluvias se normalizan el 24 de junio, precisamente el “mero día de San Juan” y el ciclo se cierra en los primeros días de octubre.

En la tradición rural, aún en estas fechas de tecnología de punta, es común que se prepare en algunos poblados a San Isidro Labrador, patrón de los hombres del campo, para que, en caso de que se retrasen las lluvias, tenerlo listo para sacar en peregrinación por la región para que traiga las lluvias.

Otras veces, al contrario, lo pasean para que las ahuyente. De ahí la conseja popular: “San Isidro Labrador llévate las lluvias y tráenos el sol”. En resumidas cuentas, el santo nunca queda bien. Ni con tirios ni con troyanos.

La sabiduría de la población rural es innata, aunque toma como base el Más Antiguo Galván, un calendario con casi 200 años de publicarse en México y que sirve para informarse, al inicio del año sobre el comportamiento de las lluvias, los ciclones que vendrán, eclipse de sol y luna y, en el pasado, hasta para poner el nombre a los hijos.

El santoral del Más Antiguo Galván es abundante en nombre y, por lo general, se acudía a él para ver cuál ponerles a los hijos, de acuerdo al día de su nacimiento.

Esta costumbre ancestral se perdió en los años reciente cuando se optó por nombre anglosajones a los hijos, en lugar de los clásicos de la tradición judeo-cristiana que hacían referencia a los grecolatinos, salpicados por algunos árabes y, desde luego, bíblicos.

Los hijos de los padres modernos, pese a que mantienen esos mismo nombres; sin embargo, los utilizan en lengua anglosajona, porque en el imaginario popular suena más bonito que la niña se llame Hillary, en lugar de Hilaria, aunque su significado sea el mismo, o que el niño se llame Jónatan (con hache o sin hache, según el real parecer del padre o del escribano del registro público) que Jonás, aunque sea lo mismo.

En ese imaginario popular, de hecho, hasta el nombre en español se agringa. A Juan se le llama Jhony; a Roberto, Robert; a Guillermo, Williams, y a Francisco, Frank, entre otros muchos.

Pero esto es otro cantar. Lo real es que inician las lluvias y no será un año pluvioso, sino más bien con tendencias a lo seco.

El Meteorológico Nacional (SMN) informó que durante mayo y junio se prevé una disminución en las precipitaciones en la República Mexicana, mientras que el promedio de las temperaturas que se estiman en mayo, junio y julio en el sur de México, serán superiores a la media.

Este reporte indica que del 1 de enero al 9 de mayo de 2016, a nivel nacional, se registró una lámina acumulada de 77.7 mm, lo que representa 2.8 mm menos que el promedio.

En mayo disminuye la precipitación en el centro y el sur de México y junio se prevé menos lluvia de lo habitual en la mayor parte del territorio nacional, principalmente en el noroeste del país.

Lluvias superiores al promedio, se estiman en el norte y occidente del país. Durante mayo y en julio se prevé una recuperación, con valores por arriba de la media en el centro-norte y el norte.

De acuerdo con las previsiones, en mayo se registrará una lámina acumulada de lluvia de 39.8 milímetros (mm), es decir 4.3 por ciento (%) menos que la media, que es de 41.6 mm, de acuerdo con la climatología del periodo 1981-2010. En ese sentido, se prevé menos lluvia de lo habitual en Guanajuato, Michoacán, Estado de México, Ciudad de México, Tlaxcala, Puebla, Morelos, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Chiapas, Campeche y Yucatán, así como en regiones de Sonora y la Península de Baja California.

Condiciones por arriba del promedio se pronostican en Nuevo León, Durango, Zacatecas, Nayarit, Jalisco y Colima, así como en el norte de Baja California, el sur y el norte de Baja California Sur y en regiones de Sonora, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas y Sinaloa.

Con una lámina de 100.4 mm de lluvia a nivel nacional, junio tendría un déficit de 1.8% en comparación con 102.3 mm del promedio histórico. El análisis climático indica precipitaciones inferiores a la media en Sonora, Chihuahua, Coahuila, Sinaloa, Durango, Nayarit y Tlaxcala, el sur de Tamaulipas, Michoacán, Oaxaca y Campeche, el oriente de San Luis Potosí, el norte de Veracruz y el centro de Chiapas.

Precipitaciones superiores al promedio, se estiman en Baja California, Baja California Sur, el centro-occidente de Sonora, Zacatecas, Aguascalientes, Jalisco, Tabasco, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo.

En julio se prevé más lluvia que la media histórica con un acumulado de 144.6 mm, lo que representa 7.9% por arriba del promedio, que es de 134.0 mm. El incremento se verá reflejado en Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Zacatecas, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, el sur de Baja California, Baja California Sur y Puebla, el occidente de San Luis Potosí y Oaxaca, el oriente de Jalisco y el norte de Yucatán y de Quintana Roo.

En contraste, condiciones por debajo de lo habitual se estiman en Colima, Tamaulipas, el norte de Veracruz, Baja California y Baja California Sur y en regiones de Sonora, Sinaloa y Chihuahua.

Del 1 de enero al 9 de mayo de 2016, a nivel nacional se registró una lámina de lluvia acumulada de 77.7 mm, lo que representa 2.8 mm menos que el promedio de 80.0 mm, del periodo de 1971-2000.

Respecto a las temperaturas, se pronostica que en mayo, junio y julio próximos, las temperaturas máximas promedio se situarán por arriba de la media en el sur de México. En mayo se prevé un descenso en las temperaturas máximas con respecto a la media climatológica en el noroeste del país. En el centro y el sur se estima un aumento. Para junio se pronostican valores por arriba de lo habitual en la mayor parte del territorio nacional y en julio habría un aumento en las temperaturas máximas respecto al promedio en el noroeste y el sur de la República Mexicana.

De acuerdo con la climatología 1981-2010, en mayo las temperaturas máximas promedio mensuales superiores a 35 grados Celsius se registran principalmente en zonas de Sonora, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Sinaloa, Durango, Nayarit, Jalisco, San Luis Potosí, Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Chiapas y la Península de Yucatán.

Para el año en curso, se prevé que en mayo las temperaturas máximas promedio mensuales por arriba de la media se registren en regiones de Coahuila, San Luis Potosí, Zacatecas, Jalisco, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro, Estado de México, Tlaxcala, Puebla, Morelos, Ciudad de México, Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Campeche y Quintana Roo.

En regiones de Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León, se pronostican valores por debajo de la media.

Para junio, las temperaturas máximas promedio mensuales superiores a 35 grados Celsius se registran habitualmente en Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa y Nayarit.

En este mismo mes, pero de 2016, valores por arriba de la media se pronostican en Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Tabasco, Oaxaca, Chiapas y Campeche, así como en regiones de Sonora, Chihuahua y Durango, el norte de Baja California, Sonora, Chihuahua y Coahuila.

Temperaturas por debajo de la media se registrarían en sitios localizados de Nuevo León, San Luis Potosí e Hidalgo.

En julio las temperaturas máximas promedio mensuales superiores a 35 grados Celsius se perciben en Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa y Nayarit.

Baja California, Sonora, Chihuahua, Sinaloa y Nayarit, así como sitios de Jalisco, Michoacán, Guerrero, Puebla, Veracruz, Tabasco, Oaxaca y Chiapas, tendrán temperaturas máximas promedio mensuales superiores al promedio. En zonas de Baja California Sur, Coahuila, Nuevo León, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Hidalgo y el Estado de México habría temperaturas por debajo de la media.

Las condiciones medias esperadas pueden cambiar significativamente debido a sistemas hidrometerológicos de corta duración, por lo que se recomienda estar atentos a los boletines meteorológicos.

Estos cambios en los regímenes pluviales son ocasionado por la despedida del fenómeno de El Niño que ya se va del territorio nacional para ceder el lugar a su contraparte: La Niña, cuyos pronósticos aún no están del todo claros, según información de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

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