Irene Wangui | IJNet

En Lagos, la ciudad más poblada de Nigeria, las autoridades intentan darle a la población un mayor acceso al agua potable, creando un mercado en auge para el agua envasada. Las fábricas producen agua embotellada y en sachet (envase sellado de plástico flexible o papel plastificado que se usa para contener diversos líquidos), comúnmente empacada en bolsas de polietileno de medio litro. Conocida localmente como «agua pura», esta agua es popular entre los consumidores por su seguridad percibida y su precio más bajo.

Un proyecto de investigación de la periodista nigeriana Hannah Ojo reveló recientemente el alto nivel de contaminantes encontrados en el agua en sachet, lo que llevó al gobierno a tomar medidas contra las fábricas que no cumplen con los estándares.

Durante un período de tres meses, Ojo recolectó muestras de agua en sachet vendidas en la capital, que luego fueron sometidas a pruebas de laboratorio en la Universidad de Lagos. En total se analizaron 30 muestras de diferentes fabricantes para determinar si sus propiedades químicas, físicas y microbiológicas cumplían con los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el agua potable. The Nation Newspaper publicó los resultados, enumerando las marcas de agua cuyas muestras no cumplían con las pautas sanitarias establecidas.

«La mayoría de las muestras de agua contenían altos niveles de contaminantes», dice Ojo. «Gracias al enfoque científico, pudimos presentar las pruebas que ayudaran a nuestros lectores a tomar mejores decisiones».

La investigación fue financiada por impactAFRICA de Code for Africa, un proyecto periodístico que apoya historias basadas en datos en todo el Continente. Una de las principales preocupaciones de Ojo era que la tasa de enfermedades transmitidas por el agua en el estado de Lagos es bastante alta.

«Con la historia quería que las diversas agencias reguladoras, como la Agencia Nacional para la Administración y el Control de Alimentos y Medicamentos (Nafdac) y la Comisión Reguladora del Agua del Estado de Lagos (Lwrc), prestaran más atención al problema», cuenta Ojo.

Sus esfuerzos dieron sus frutos. Tan pronto como publicó la investigación, los funcionarios del Lwrc allanaron varias fábricas de agua y recolectaron muestras para hacer pruebas independientes de laboratorio. El 20 de octubre pasado, el gobierno del Estado de Lagos revocó las licencias de cuatro compañías embotelladoras por no cumplir con la ley estatal vigente. El público también ha respondido a la historia de varias maneras, y algunos han aprovechado las redes sociales para compartir su experiencia con el agua en sachet. Otros han solicitado que la investigación se extienda más allá de Lagos, hacia otras partes del país.

Mientras trabajaba en la historia, Ojo tuvo que adoptar un enfoque más científico para reunir evidencia empírica que fundamentara la cobertura. Consultó con varios expertos, incluidos científicos de alimentos, patólogos químicos y epidemiólogos para que la ayudaran a interpretar los datos del laboratorio. Ella alienta a otros periodistas que persiguen enfoques similares a ser exhaustivos pero equilibrado en sus informes.

«Es importante presentar una visión equilibrada consultando a todas las partes y dándoles la palabra, aun si la evidencia está en su contra», explica.

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