México tendrá en los próximos cinco años un observatorio geoestacionario del ciclo del carbón a 35 mil kilómetros de altura de la superficie terrestre, el cual permitirá monitorear la calidad del aire, contribuyendo a reducir los costos de monitoreo en la superficie.

El proyecto Geo Carb se encuentra en marcha, y su operación está proyectada para 2022, confirmó hoy Bernardo Rosas, de la Agencia Espacial Mexicana, durante su participación en el Segundo Encuentro Nacional de Respuestas al Cambio Climático, que organiza el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (Inecc).

Rosas explicó que en el desarrollo de Geo Carb participan agencias espaciales internacionales, entre ellas la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (Nasa), de los Estados Unidos, bajo el esquema de alianzas estratégicas con la Agencia Espacial Mexicana, académicos nacionales e internacionales e instituciones de gobierno como el Inecc.

“El proyecto permitirá contar con observaciones desde el espacio exterior para monitorear la calidad del aire contribuyendo a reducir los costos de monitoreo en la superficie, pues la detección satelital arroja información de regiones más amplias que la que es posible detectar con estaciones en tierra”, comentó Rosas.

Lourdes Morales, de la Agencia de Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos (EPA) presentó las medidas de este organismo para obtener la calidad del aire desde el espacio.

Explicó que la teledetección remota de contaminantes desde el espacio tiene más de 20 años en funcionamiento, pero su perfeccionamiento ha ido evolucionando hasta llegar a los instrumentos en proceso de implementación, como el satélite Tempo, el cual detectará las concentraciones de contaminantes en sitios determinados cada hora, a diferencia de las tecnologías previas que lo hacían sólo una vez al día.

Esta iniciativa cuenta con la colaboración de agencias de Corea del Sur, México, Canadá, Unión Europea y Estados Unidos y contribuirá con un número de muestras mucho mayor a los datos que arrojan los instrumentos actuales y con una resolución que permitirá detectar concentraciones en espacios de difícil acceso.

Inteligencia artificial contra la contaminación
Meng Zhang, de IBM, compartió la plataforma Air quality management decision support platform que hace uso de inteligencia artificial como un sistema de reconocimiento del comportamiento de los fenómenos atmosféricos para la previsión de episodios de alta contaminación.

Esta plataforma integra información de diversas fuentes, tales como información alojada en espacios virtuales de almacenamiento, redes sociales, internet y telefonía móvil, combinando e interpretando datos para generar mejores resultados en el pronóstico del tiempo, así como para proyectar escenarios y advertencias sobre contaminación y eventos meteorológicos en el futuro.

La plataforma contribuye con información precisa que utiliza una red de sensores de alta densidad para monitorear variaciones de contaminación, para después compararlas con datos satelitales y cruzarlo con datos de las fuentes anormales de contaminación, dando como resultado sugerencias de acciones para la legislación ambiental en centros urbanos y sus rutas de desplazamiento, además de hacer una evaluación cuantitativa del impacto de la contaminación atmosférica en la salud pública. Esta plataforma se implementa en diversas ciudades de Estados Unidos, Sudáfrica, India, China y Corea del Sur con el objetivo de contribuir en una gestión efectiva de la calidad del aire.

Agustín García, del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Beatriz Cárdenas, directora general de Prevención y control de la Contaminación de la Secretaría de Medio Ambiente del Gobierno de la Ciudad de México, presentaron un par de ejemplos que pueden ser de gran ayuda para medir los pronósticos de calidad del aire en la Ciudad de México.

Uno de ellos es por medio de la plataforma http://pronosticos.unam.mx/, presentada por García, en la cual se pueden consultar los datos actualizados acerca de la calidad del aire y sus previsiones. Cárdenas expuso Aire, una aplicación para dispositivos móviles que se alimenta de la información de la Dirección de Monitoreo Atmosférico. Esta aplicación disponible para los sistemas operativos iOS y Android, no solo indica la calidad del aire, sino también la intensidad de la radiación solar ultravioleta y el clima, así como permite pronosticar la calidad del aire de los siguientes días.

Estas aplicaciones tienen como objetivo que la población pueda estar informada y tomar decisiones que beneficien a su salud.

Transición hacia el crecimiento urbano verde
Las ciudades funcionan como los motores económicos de los países y son una gran oportunidad para realizar acciones para enfrentar el cambio climático, dijo Miguel Breceda, coordinador general de Crecimiento Verde, del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (Inecc) durante el cuarto día del Segundo Encuentro Nacional de Respuestas al Cambio Climático.

Planteó el enfoque de sustentabilidad no como una meta para las ciudades, sino como una ruta para cubrir las necesidades de la población y el entorno que las hospeda.

Aura Rodríguez Villamil, subdirectora de Economía Industrial y de la Energía del mismo instituto, quien compartió los avances en la creación de la Plataforma de conocimiento sobre ciudades sustentables. Respuesta al cambio climático desde las ciudades, misma que inició su planeación en 2016 y que hasta ahora tiene cubiertas cuatro de las cinco fases programadas para su lanzamiento vía web.

Esta plataforma está planeada para brindar información y asesoría a tomadores de decisión y la sociedad en general al identificar las diez dimensiones básicas (agua, aire, uso de suelo, edificaciones, industria, energía, movilidad, habitabilidad, bienes y servicios ambientales y manejo de residuos sólidos) que permiten evaluar el nivel de sustentabilidad de las ciudades en México.

Ciudades emergentes
El Programa Ciudades Emergentes y Sostenibles, una iniciativa del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), fue presentada por Javier Garduño, especialista en temas de finanzas públicas y política pública, quien utilizó datos sobre la realidad de las ciudades intermedias en Latinoamérica para identificar las dimensiones que evalúa el programa: Sostenibilidad ambiental y cambio climático (emisiones de gases de efecto invernadero), Sostenibilidad urbana (patrones de crecimiento) y Sostenibilidad fiscal y de gobernanza (creación de proyectos de inversión para una gestión adecuada de gasto público e ingresos).

El Programa, impulsado por el BID, considera cuatro factores para la toma de decisiones sobre los proyectos a implementar: opinión pública, impacto ambiental, capacidades técnicas y potencial económico de la ciudad.

Crecimiento urbano eficiente
La segunda mesa del día presentó la visión de la academia en torno a las ciudades sustentables. En ella, los panelistas coincidieron en que la definición de sustentabilidad para las ciudades debe basarse en un crecimiento urbano eficiente que contemple un impacto mínimo al ambiente y, a la vez, impulse el crecimiento económico de la sociedad.

Entre las estrategias que sugieren para el crecimiento verde en las ciudades se identifica la creación de normas, infraestructura y equipamiento al alcance de la población, contar con espacios e información disponibles para fomentar la participación de la ciudadanía, así como instrumentos que fortalezcan la paz y tranquilidad de las personas.

Sergio Efrén Martínez Rivera, de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, consideró que el primer paso para diseñar estrategias encaminadas a la creación de ciudades sustentables tiene que empezar por la reflexión del impacto de nuestro consumo.

“La construcción de una ciudad sustentable parte de la reflexión individual, la sostenibilidad no es un problema de información, es un problema de conciencia”.

Un ejemplo de ciudad con enfoque sustentable es la ciudad de Cozumel. Su presidenta municipal, Perla Tun Pech, compartió que las principales características de la isla es el involucramiento de la comunidad. Según Tun Pech, la gobernanza para un crecimiento verde no podría implementarse sin la convicción y compromiso de los habitantes, pues son ellos los que definen y contribuyen a las acciones necesarias en su comunidad.

La mesa cerró con las consideraciones de Mariana Boy Tamborel, directora general de Fomento Ambiental, Urbano y Turístico de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, quien dijo que es importante replantear el desarrollo a partir de un enfoque local, “no sólo construimos la ciudad, sino la ciudad nos construye como ciudadanos” refirió al compartir su visión de gobernanza.

Financiamiento para la sustentabilidad en las ciudades
José Cruz, de la Sociedad Hipotecaria Federal, expuso acerca de los programas de venta y renta de vivienda sustentable como EcoCasa, que tiene como objetivo reducir 20 por ciento de emisiones de gases de efecto invernadero, comparado con una casa de línea base y Urba, un programa de urbanización sustentable para la vivienda.

Señaló que el sector vivienda es el responsable del 15 por ciento del consumo energético y el 3 por ciento de las emisiones nacionales. Por esta razón, la Sociedad Hipotecaria Federal está llevando a cabo iniciativas para que, además de contribuir a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, muestre la factibilidad de la construcción de casa de alta eficiencia energética y ofrece disminución de consumo en servicios, como agua, gas y electricidad.

Carlos Pfister Huerta, consultor fiscal, detalló que muchos de los recursos de los municipios están mal administrados, lo que no permite que se realicen obras y acciones en beneficio del medio ambiente, por lo que sugirió la recaudación de fondos para revertir los efectos del cambio climático en las ciudades.

Ramón de la Torre, abogado asociado de la firma García Barragán Abogados, detalló que ante la expansión urbana y crecimiento de la ciudad se requiere reflejar costos a largo plazo de efectos del cambio climático ante la falla de mercado e incentivos para reducir la emisión de carbono, es decir, elevar el precio del mercado de carbono, por lo tanto, elevar el precio de los combustibles fósiles y disminuir su uso en automóviles u otros productos que dependen de éstos.

Casos de éxito y experiencias para la sustentabilidad urbana
María Neftalí Rojas Valencia, del Instituto de Ingeniería, y Erik García de León, del Instituto Tecnológico Superior de Tacámbaro, Michoacán, expusieron un par de ejemplos en los que a partir de desechos orgánicos y de residuos de construcción es posible la fabricación de ladrillos ecológicos.

En México se generan alrededor de 33 mil 600 toneladas al día de residuos de construcción, de las cuales sólo una pequeña cantidad se recicla. Asimismo, se reportan 17 mil ladrilleras artesanales en México; sin embargo, la producción de este ladrillo se hace de una forma no sustentable.

Entre los resultados es que la resistencia de ambos ladrillos es alta, cumplen con los parámetros de calidad solicitados por la normativa mexicana y lo mejor es que no se generan gases de efecto invernadero porque no se hornean, son hechos con materiales reciclables y pueden fabricarse de acuerdo a las necesidades.

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