La pérdida productiva o de valor por ausentismo laboral y muertes prematuras, causadas por la deficiente calidad del aire en la Ciudad de México, se traduce en una pérdida de más de mil 600 millones de pesos al año, dijo Gabriela Alarcón, directora de Desarrollo Urbano del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Estudios realizados por el IMCO revelan que en el país, se realizan 818 mil consultas, 14 mil hospitalizaciones y ocurren 5 mil muertes al año, a causa de la contaminación.
En la presentación del documento: “Recomendaciones para controlar la contaminación”, que se llevó a cabo en las oficinas del Imco, Alarcón puntualizó que “las pérdidas de productividad son de dos tipos: primero por quienes tienen que acudir a los servicios médicos por alguna enfermedad y pierden su día de trabajo; si es que están asegurados recibirán una paga, sin embargo, la empresa no va a producir la parte que le corresponde a ese trabajador. En el caso de las muertes, se toma en cuenta que son personas con menos de 65 años que se encuentran en una edad productiva y a las cuales se les saca de la economía de la ciudad por morir antes de tiempo”.
Entre las enfermedades a corto plazo que genera la contaminación del aire está la irritación de ojos, alergias, agravamiento del asma y bronquitis. En el mediano y largo plazos se empieza otro tipo de daños como los problemas pulmonares, cáncer, infartos y afectaciones al sistema nervioso, expuso.
Los daños “en la Ciudad de México por año ascienden a mil 823 muertes prematuras únicamente atribuibles a la contaminación del aire, 4 mil 494 hospitalizaciones por causas respiratorias y enfermedades cardiovasculares y casi 250 mil consultas por infecciones respiratorias agudas, como asma y enfermedades isquémicas del corazón”, señaló.
Sociedad inconsciente
La Ciudad de México cuenta con los más avanzados sistemas de monitoreo de calidad del aire que existen en el país, además de instrumentos modernos para comunicar en tiempo real la situación acerca de la contaminación en el Valle de México, explicó.
Las consultas que se hacen generalmente a este tipo de herramientas de información son prácticamente nulas. Una forma de medirlo es por las redes sociales en donde el resultado es que prácticamente a nadie le importa:
“Por ejemplo, uno ve el número de retweets que se dan ante los avisos cotidianos de cómo está la calidad del aire. Las veces que se comparte en su mayoría no pasan de un dígito y en contadas ocasiones, de las decenas. Ahorita que estamos en niveles altos de contaminación y que sí hay una buena cobertura de información, el número de retweets se ha elevado, pero generalmente esto es muy bajo, por no decir que prácticamente nulo”, mencionó.
A pesar de la información difundida por los diversos medios de comunicación (prensa, radio y televisión), los capitalinos hacen caso omiso a las alertas de contingencia ambiental y realizan ejercicio al aire libre, las obras viales no detienen las operaciones e inclusive las manifestaciones no cesan, puntualizó la directora de Desarrollo Urbano.