Ciudad de México, 18 de julio.– A través de campos, prados y bosques, los paseos en bicicleta son divertidos, pero también son sinónimo de polvo, tierra y suciedades en el vehículo. Pero ha llegado la salvación para una limpieza profunda.

Con frecuencia los ciclistas utilizan una cubeta llena de agua, un paño y un cepillo para limpiar su bicicleta o para evitar lo molesto que es agacharse para lavarla, muchos de ellos sujetan simplemente una manguera de jardín sobre la bicicleta sucia. Sin embargo, ninguno de estos procedimientos es especialmente efectivo. La mejor elección es conseguir una hidrolavadora de alta presión. «De este modo, se realiza de forma sencilla y sin esfuerzos una limpieza de la bicicleta», dice el técnico de aplicaciones Ralf Rapp, especialista en limpieza Kärcher. En pocos minutos la bicicleta está libre de cualquier suciedad.

Para este procedimiento, los consumidores lo único que necesitan es una hidrolavadora de alta presión, una conexión de agua y otra de corriente. El aparato se conecta con estas herramientas para iniciar su limpieza, la lanza de alta presión perteneciente a la hidrolavadora ajustada para chorro se orienta a los puntos sucios. «En este caso es necesario mantener una distancia mínima de 30 centímetros con la superficie», comenta Rapp. La presión de agua no debe ajustarse a plena potencia sino solamente a un tercio de ella.

No es posible cometer errores cuando se trabaja con una hidrolavadora de alta presión. Queda claro que no se debe orientar el chorro de agua contra rodamientos de la bicicleta y de los pedales, debido a que en ese caso se enjuagan. Lo mismo pasa para amortiguadores y conexiones eléctricas en el caso de una bicicleta eléctrica.

Trabajar con una hidrolavadora de alta presión es más conveniente para la ecología que el uso de una manguera de jardín, mientras que de la manguera fluyen hasta 3,500 litros en una hora, el caudal volumétrico de la hidrolavadora es de máximo 500 litros en el mismo periodo.

Cinco pasos para una bicicleta impecable:

  1. Colocar la bicicleta en un bastidor de montaje. Así tiene una sujeción segura y no se vuelca durante la limpieza, quien no dispone de un bastidor de montaje puede apoyar el aparato contra una esquina o contra un muro.
  2. Pulverizar suciedades persistentes con un detergente, el tiempo de actuación debe ser de tres a cuatro minutos.
  3. Retirar la suciedad basta con la hidrolavadora de alta presión. En este caso, orientar la lanza de alta presión inclinada siempre desde arriba sobre la bicicleta y trabajar desde abajo hacia arriba. De este modo se ve qué puntos ya están limpios.
  4. Frotar el fino velo gris que permanece sobre el cuadro con un cepillo de lavado conectado a la hidrolavadora de alta presión, esto genera que el cuadro reciba nuevamente su brillo original.
  5. Tras la limpieza de la cadena de la bicicleta y el grupo de cambios, engrasar nuevamente éstos con una cera para cadenas.

Es de suma importancia no sólo eliminar la suciedad, sino contribuir al mantenimiento del valor de la bicicleta. Las hidrolavadoras de alta presión facilitan el aseo del vehículo de manera rápida y hasta el menor ángulo de las coronas dentadas y eslabones de cadena.

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