Ciudad de México, 23 de noviembre de 2019.- Con 86 votos a favor y ninguno en contra se aprobó el jueves pasado la reforma a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, la cual busca regular la contaminación lumínica o exceso de luz ya que altera los procesos naturales de las especies, por ejemplo: las aves saben cuándo migrar dependiendo de “las horas luz del día”, mientras que las tortugas dependen de las noches oscuras para llevar a cabo su reproducción y desove mientras que los humanos también somos afectados porque influye en la alteración del sueño y puede provocar la ansiedad y la depresión.

“Al hacer uso excesivo de la luz artificial estamos modificando los ecosistemas, por lo que esta reforma permitirá que las funciones naturales no sean alteradas, además disminuirá el consumo de luz, lo que impactará en los costos y en la reducción de gases de efecto invernadero” explicó el senador Miguel Ángel Mancera Espinoza, en la actual Legislatura.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la contaminación lumínica crece anualmente 4 por ciento, derivado de la expansión de las zonas urbanas en países en desarrollo como México. Por lo que “es necesario que contemos con controles administrativos para proteger la salud de las personas y los animales”.

Una vez publicada la reforma en el Diario Oficial de la Federación (DOF), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de manera coordinada con la Secretaría de energía (Sener), establecerá una Norma Oficial Mexicana (NOM) con los horarios e intensidades de uso de la luz. Actualmente, 55 por ciento de las personas en el mundo vive en ciudades y se estima que esta cifra aumentará a 75 por ciento para el año 2050, por tanto, se vuelve crucial regular el uso de luz artificial.

En entrevista para el Foro Consultivo, Silvia Torres Peimbert, ex presidente de la Unión Astronómica Internacional, celebró la iniciativa, ya que establecer horarios e intensidades “de seguro ayudarán a combatir el exceso de luz”.

La astrónoma especialista en nebulosas planetarias dijo que para la comunidad astronómica es muy importante que los cielos nocturnos sean lo más oscuro posible, lo cual se ve interrumpido por el destello de las ciudades muy iluminadas. “Como astrónomos nos interesa poder ver las estrellas, y si la luz de las ciudades iluminan mucho el cielo ya no es posible hacer investigación”.

Dijo entender que la sociedad requiere luz artificial en la noche para sus actividades, y también para la seguridad; sin embargo, el problema es el exceso de luz que afecta al medio ambiente, eso nos genera costos extras y es un contaminante. Tenemos malas costumbres en términos de iluminación que no ayudan a cuidar el ambiente.

“La luz bien dirigida nos servirá de igual manera a nuestros propósitos de vida solo tenemos que buscar que no se desperdicie, así que la iluminación en las calles también se debe modificar. Además, las personas que viven en ciudades muy iluminadas pierden la oportunidad de ver las estrellas. Yo siempre digo que dejar de ver estrellas es como si no tuviéramos flores”, concluyó.

En 2016, el Foro Consultivo Científico y Tecnológico impulsó en colaboración con la Unesco un diálogo entre científicos de todo el mundo para promover el derecho a los cielos oscuros en el Centro de Cultura Digital-Estela de Luz. Como resultado, un año después se publicó el libro «El derecho a los cielos oscuros», una reflexión internacional que avanzó desde México para comprender que el cielo oscuro es patrimonio de toda la humanidad, un recurso cultural y científico.

Este libro fue publicado gracias a la colaboración, adicional del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Coordinación de la Investigación Científica de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam).

Anuncio

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí