Ciudad de México, 6 de enero de 2024.- Especialistas del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) –organismo de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural– evalúan y crían varias especies de catarinas como posibles agentes para controlar insectos plaga y vectores de enfermedades en los cultivos de cítricos.
La dependencia federal señaló que en el laboratorio de Ecología Aplicada al Control Biológico de Plagas del Campo Experimental Mocochá del Inifap se estudian las especies cheilomenes sexmaculata y Exochomus insatiabilis.
Las catarinas, conocidas también como “mariquitas”, “vaquitas de San Antonio” o “chinitas”, son escarabajos pertenecientes a la familia coccinellidae y depredadoras de estadios inmaduros (ninfas) de insectos como el psílido asiático de los cítricos (Diaphorina citri) y de pulgones, ambos vectores de enfermedades devastadoras de los cítricos.
Indicó que estos insectos son populares por su apariencia agradable y colorida y también son muy diversos, al día de hoy se contabilizan al menos seis mil especies alrededor del mundo y constantemente se descubren nuevas.
Agricultura reiteró que estos escarabajos juegan un papel importante en la agricultura, debido a su capacidad para controlar las poblaciones de plagas de los cultivos y mantener el equilibrio en los ecosistemas agrícolas.
Otra ventaja radica en su potencial para reducir el uso de insecticidas, lo que disminuye la contaminación ambiental y protege la salud de agricultores y consumidores, apuntó.
Subrayó que estos insectos se encuentran adaptados para cazar y comer larvas y estadios inmaduros de diversos insectos, como pulgones, cochinillas, trips y ácaros, algunos de los cuales se consideran perjudiciales.
Debido a su reconocimiento como agentes de biocontrol, indicó que en varias partes del mundo se han implementado programas de liberación de coccinélidos en cultivos y como estrategia de manejo sustentable de plagas.
Abundó que en México, por ejemplo, es utilizada la especie Cryptolaemus montrouzieri para controlar las poblaciones de la cochinilla rosada del hibisco (Maconellicoccus hirsutus).
Refirió que el escarabajo Rodolia cardinalis –originaria de Australia, fue introducida a California, Estados Unidos, y desde 1864 se ha criado y liberado para controlar la cochinilla acanalada de los cítricos (Icerya purchasi) en varios países, incluido México.
A ellas se suman Rhyzobius lophanthae como depredadora del picudo rojo, una de las principales plagas de las palmeras datileras en Chile y España, y Adalia bipunctata para controlar pulgones en cultivos de Europa y Norteamérica.
Agricultura insistió en que el estudio y la evaluación son necesarios para aprovechar el potencial de las diferentes especies de catarinas y, por ello, es también fundamental la cría en el laboratorio.
Hizo énfasis en la importancia de mantener las catarinas en un ambiente controlado para permitir la investigación, una mejor comprensión de su ciclo de vida, su comportamiento de alimentación, sus interacciones con otras especies y la evaluación de su eficacia, como agentes de control biológico.