Una familia cordobesa unida por los fierros y el teatro

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Buenos Aires, Argentina, 16 de junio de 2021.- “En 2004 viajé a Buenos Aires a participar en un programa de Cris Morena que reunía a talentos del interior y quedé seleccionada con una amiga. Un periodista del sector agro que editaba la revista de Cris mira la publicación, lee mi nombre y me reconoce por las plataformas”, recuerda Antonella Piersanti (29), la hija menor de Juan Carlos, el fundador de Plataformas Piersanti.

Don Juan Carlos trabajó durante 18 años como empleado en la legendaria fábrica de cosechadoras Arauz. Luego se independizó y creó la empresa familiar en Noetinger, localidad ubicada al sudeste de Córdoba. Siempre con el foco puesto en las plataformas y los cabezales.

Junto a su esposa, Elena Isoardi, tuvieron tres hijas: Valeria (39), la mayor, se fue estudiar y volvió a trabajar a la fábrica como gerente comercial, y Luciana (31), la del medio, que se desempeña como gerente administrativa y de Recursos Humanos.

¿Y la menor? Allá por los 90, mientras realizaban Draper y reformas de cabezales, Antonella jugaba a conducir Utilísima con todos los perros, las tuercas y los puntones que había en la fábrica. Con los tubos de cartón que encontraba en el taller armaba el estudio de TV.

Mientras recuerda su infancia en la fábrica, dice: “Lo que no me olvido más es que la Sociedad Italiana y el teatro del pueblo se convirtieron en supermercados”.

La menor de la familia decidió recorrer otro camino, diferente al de los fierros, pero con muchos puntos en común: perseverancia y pasión. Teatro y locución marcaron su vocación. Más de un lector atinará a decir: “La oveja negra de la familia” o, por qué no, “Animarse a salir de la zona de confort”.

“Agradezco mucho a mi familia. Nací en un entorno metalúrgico agrícola, pero no tuve que quedarme allí sí o sí. Me traje cosas que aprendí de nacer entre tuercas y puntones”, dice Antonella.

Al referirse a la relación campo-teatro, analiza: “Son dos medios que no se tocan, pero si se dejan tocar, lo que pasa está muy bueno. Tiene que ver con que te dejen ser. Mis padres fundaron la marca y la empresa y no tuvieron la oportunidad de ir a la escuela. Valeria y Luciana eran más aplicadas, y yo, más desordenada. Mis padres se esforzaron mucho para que encuentre un lugar donde estudiar. Tenían una preocupación enorme, ¿¡Qué va a comer esta piba!?, porque implicó independizarme y tener muy claro que en la familia se trabaja o se trabaja”, recuerda la hija menor de los Piersanti.

En 2010, llegó a Caba. A 500 kilómetros de su familia, se instaló en una pensión para aprender lo que tanto había esperado. Comenzó la carrera de Artes y Profesorado en Artes de teatro en Andamio 90, y en 2016 ingresó al Iser para estudiar Locución Integral.

Antonella siempre tuvo claro que tomaría otros rumbos, aplicando el arte, la innovación y el diseño que su padre le enseñó e inyectó a los fierros del agro. “Lo más curioso de todo es que mi familia lleva toda una vida haciendo plataformas. Mi viejo me dice “vos también terminás haciendo plataformas, pero de cultura y de comunicación”, comenta.

Siguiendo el ADN Piersanti, también se animó a emprender y crear soluciones. Recientemente, lanzó la primera plataforma de radioteatro. Fue creada a partir de un deseo y necesidad. Allí se pueden escuchar ficciones online aireradioteatro.com, con una clasificación para toda la población y edades (adulto, adolescente e infantil) on demand y sobre diferentes temáticas.

En este sentido, señala: “La idea es multiplicar la fuente de trabajo en un ambiente en el que es muy difícil tener laburo”. Una de las misiones que copió de su papá, quien creó una fábrica en un pueblo de 5,000 habitantes, generando fuentes de trabajo para Noetinger y sus alrededores.

Así como en el 2009 fue todo un desafío para Piersanti presentar la plataforma de lona, dado que no había otra en el mercado y en la industria nacional que lo hiciera, doce años después la historia se repite, pero con una plataforma de radioteatro, también la única en Latinoamérica.

¿En Aires de Teatro hay ficciones del agro?
En la sección infantil está Mate de Luna que es sobre la Leyenda del mate. Es muy de campo, yo fui criada a mate, y me recuerda los viajes que hacía mi papá a Misiones.

Por último, y con gran orgullo, la actriz y locutora de la familia reflexiona: “En un ambiente como el que yo nací, de trabajadores de campo, nunca me impidieron ser artista. Uno nace con esto. Mi viejo, mientras arreglaba las máquinas, me tenía bailando y por un momento se quería morir y por el otro decía: hay que dejarla ser”.

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